México: la cultura indígena, ''ausente en aulas''
La lengua, la literatura y los conocimientosindígenas ''no han entrado a las aulas'' en todoslos niveles del sistema educativo, y aunque se han frenado en varios frentes las políticas y tendencias que llevaban al exterminio de las culturas e idiomas originarios de México, la educación y la escritura siguen llegando a los pueblos ''en otra lengua, es decir, como forma de colonización''
Son planteamientos de Mario Molina Cruz, narrador zapoteco de Oaxaca, mientras que Juan Hernández Ramírez, poeta nahua de la Huasteca veracruzana,
comparte esta crítica al contar parte de su vida:
''En el pueblo de Colotlán crecí hasta los 15 años, lugar con una población indígena de 95 por ciento. A los 16 años empecé a trabajar en otro poblado indígena a 15 horas de camino a pie. En esa época mi misión fue castellanizar a niños en edad escolar, hasta que años después, junto a otros compañeros, me di cuenta que aquello que estaba haciendo era exterminar una cultura, matando una lengua que también era la mía.''
Molina, integrante de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, reiteró su demanda de que salgan del estado militares y policías, y su llamado al gobierno federal para construir con los pueblos indígenas ''un proyecto de vida, sin tanquetas, sin terror, que cierre la boca de la violencia y que escuche el clamor popular''. (La Jornada, 8/11/06)
Ambos escritores, Molina y Hernández, recibieron ayer el Premio Nezahualcóyotl de Literatura 2006 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, acto al que no asistieron, como estabaanunciado, la encargada de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Xóchitl Gálvez, y la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sari Bermúdez.
Pese a la atinada participación de Tonana, ''chilanga'' mestiza que canta en lenguas indígenas, el acto fue considerado ''deslucido'' por algunos de los asistentes, quienes recordaron que en febrero pasado, durante el lanzamiento de la convocatoria del reconocimiento, hubo un recital de poesía y además Bermúdez ofreció que la entrega se realizaría en la sala principal, lo que no sucedió.
Dichos asistentes, escritores indígenas o promotores culturales, se quejaron de que la sala Ponce no logró llenarse la noche de este miércoles, debido a la falta de difusión.
Racismo y etnocidio
Mario Molina, prolífico escritor y quien ganó el premio por su novela Xtille Zikw Belé, Ihén Bene Nhálhje Ke Yu' Bza'o (Pancho Culebro y los nahuales de Tierra Azul), dijo que comenzó a escribir en zapoteco cuando entendió que los indígenas estarían forzados a leer sólo literatura en castellano si no impulsaban una literatura propia.
''Hoy más que nunca se requiere retomar los mitos y leyendas originarios. Necesitamos crear y desarrollar una literatura que rescate nuestras raíces con visión contemporánea'', señaló, y agregó:
''Subyacen en Oaxaca y en el país las políticas racistas y etnocidas que no permiten la sobrevivencia armónica de nuestros pueblos.''
Luego criticó que mientras más de 60 por ciento de los oaxaqueños se asumen como indígenas, el gobierno no cuenta con un proyecto que promueva el rescate de la diversidad lingüística y cultural de la entidad.
Por el contrario, cuestionó, a escala estatal se clausuró el Centro de Lenguas Indígenas de Oaxaca y, en el plano federal, no se ha visto el trabajo del recién creado Instituto Nacional de las Lenguas Indígenas.
En concordancia con Molina, Juan Hernández, ganador del Premio Nezahualcóyotl de Literatura 2006 por el poemario Chikome Xóchitl (Siete flor), planteó:
''Acercarnos a las lenguas indígenas nos revelará otras cosas: las culturas que se sustentan en sus idiomas; las terribles condiciones de miseria en que se les ha obligado a vivir durante siglos a los pueblos que las hablan; el notable vigor de los indios para sobrevivir a masacres, represiones, despojos de tierras o de su fuerza de trabajo y, por supuesto, la capacidad para conservar y defender su lengua a lo largo de cinco siglos.''