México: inauguran la primera Feria por una Alimentación Libre de Transgénicos
''Esta es la pureza que tiene que reproducirse, la que nos regala la tierra'': Jesusa Rodríguez
Artesanías de grano de café orgánico, 60 pesos. Extracto de vainilla, 40 pesos. Barra de pan integral, 12 pesos. Cereal de amaranto, 18 pesos. Litro de productos lácteos de soya, 20 pesos.
Salsas sazonadoras de tamarindo, 45 pesos. Café chiapaneco, 60 pesos el kilo. Jabón de coco o mandarina, 20 pesos. Una vida sin organismos genéticamente modificados (OGM) "es lo que el mundo se merece".
En el contexto del Día Mundial de Acción contra los Transgénicos, diversas organizaciones civiles y ambientalistas celebraron esta fecha con un tianguis -emulando a la cultura mexica- de productos orgánicos, que ocupó durante todo el día los jardines del parque México: Verduras recién cosechadas; productos de miel; pomadas para el cuerpo; licores de frutas; alimentos de soya y vegetarianos, entre cientos más.
"Esta es la pureza que tiene que reproducirse, la que nos regala la tierra", aseguró la actriz Jesusa Rodríguez al inaugurar la feria. Agregó que los intereses mezquinos han transformado al mundo en un espacio lleno de chatarra.
La actriz refirió que actualmente en México "todas las leyes están impidiendo la justicia", entre éstas la ley de biodiversidad. Criticó que es inconcebible que en México, siendo uno de los países que desde hace milenios cultivó y consumió maíz, "estemos en amenaza de perderlo" por los OGM.
La actriz Jesusa Rodríguez participó en la inauguración de la primera feria de alimentos libres de transgénicos. En la otra imagen, algunos de los productos que se ofrecen en el tianguis del parque México, en el que se dio a conocer el lanzamiento del sello "libres de OGM"
Al centro del tianguis se ubicó una ofrenda con la imagen prehispánica de Naui Ollin, que es la representación de los cuatro elementos. Icono que connota el equilibrio de fuerzas: entre lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad, y entre fuego, aire, tierra y agua. Así, amparados en el "sagrado" copal que perfumaba la ofrenda, los organizadores dieron por inaugurada la primera Feria por una Alimentación Libre de Transgénicos.
Oaxaca, Jalapa, Uruapan, Guadalajara, Tlaxcala, Texcoco, Puebla y el Distrito Federal fueron las ciudades mexicanas que se unieron a la conmemoración del Día Mundial sin Transgénicos; el cual se celebró en más de 300 ciudades en 40 países alrededor del mundo, entre ellos: Alemania, España, Francia, Inglaterra, India, Estados Unidos, Paraguay, Bolivia y Costa Rica.
Algunos de los visitantes a esta feria preferían llamar a los transgénicos "los OGT's" (Organismos Genéticamente Transformados). Lo gritaban, se lo recordaban a los impulsores de esa tecnología como a Víctor Villalobos, secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem). A quien Jesusa Rodríguez definió como "el enemigo declarado de la salud de todos los mexicanos"
Libres de OGM
Asimismo, se presentó un sello "libre de transgénicos", que se colocará en productos que no contengan OGM, en respuesta a la negativa de diferentes trasnacionales que no alertan a sus consumidores del contenido de esa biodiversidad, indicó Catherine Marille, del Grupo de Estudios Ambientales.
Durante el recorrido por casi medio centenar de puestos, se ofrecían desde playeras de algodón hasta mezcales. Pizzas vegetarianas, frutas bañadas de caramelo -proceso de cristalizado-, cocadas, tamarindos, quesos, lechugas frescas, grano de café, cacao, maíz, algas, tortillas blancas y azules, amaranto, aceite vegetal y de oliva, aretes hechos con la vaina de vainilla, pomadas de sávila, extractos de propóleo.
Marille explicó que el objetivo es que esta celebración se realice anualmente para "promover el gran esfuerzo y se haga patente la resonancia ante la biodiversidad". Añadió que se intenta reivindicar el derecho de los pueblos a consumir y seguir produciendo los productos de la tierra, para no entrar en el patrón de consumo anunciado en televisión e impuesto por las cadenas trasnacionales.
Productores de Morelos, estado de México, Tlaxcala, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y de la ciudad de México se dieron cita en el acto para exponer y ofrecer sus productos, "todos libres de OGM", advirtieron.
Juan Carlos Pérez, productor de lechuga del pueblo de San Gregorio Tlapulco, en Xochimilco, dijo que prefiere usar productos ciento por ciento orgánicos para sus siembras, "porque aunque ofrecemos caro, es mejor ante la competencia". Cada pieza de este vegetal tenía un costo de 10 pesos: orejonas, romanas, escarolas y francesas; todas ellas con un envidiable verde en sus hojas, rebosantes de frescura e impecable sabor.