México: devastan caciques ejidos de la Tarahumara
Vecinos de este poblado de la sierra Tarahumara -que comienza a padecer los estragos de la sequía por la falta lluvias- denunciaron que caciques comenzaron a talar pinos en la zona que protege los aguajes y arroyos que abastecen a la población
En asamblea, habitantes del ejido San Alonso, de esta comunidad, señalaron que técnicos e ingenieros forestales comenzaron el marcaje y derribo de pinos en la reserva territorial ubicada en la periferia del poblado, por órdenes directas de Manuel Frías, cacique del lugar.
Estanislao Caballero, Artemio Aragón y Manuel Loya Sandoval -este último fundador de San Rafael Urique- comentaron que el cacicazgo de Frías, quien impuso al comisario ejidal Eligio Morales, ha causado múltiples arbitrariedades en el aprovechamiento de la riqueza forestal.
El ejido San Alonso tiene una gran reserva poblada de pino, táscate y sabino, que durante años ha sido depredada por los taladores. Ejidatarios -un total de 263 que poseen derechos agrarios- han luchado por preservar el bosque e impulsar un aprovechamiento racional, pero pocas veces han sido escuchados.
A la lucha de los ejidatarios se sumaron habitantes de todo San Rafael Urique, preocupados por la escasez de agua en la región y la amenaza latente que conlleva la tala de los pinos.
El 21 de febrero pasado, vecinos y ejidatarios presentaron una denuncia escrita ante José Alberto Rodríguez Parra, presidente seccional de San Rafael Urique, a quien solicitaron una investigación sobre el marcaje hecho a los pinos en la zona de reserva.
Aparentemente el comisario ejidal Eligio Morales frenó la tala de árboles, pero hace dos semanas, a mediados de mayo, el sonido de las motosierras y el estruendo de los árboles derribados pusiera nuevamente en alerta a vecinos y ejidatarios.
"Realizan un marcaje ilegal. Nunca se había permitido cortar los pinos que crecen al margen de los arroyos y protegen los manantiales. Ahora lo están haciendo", denunció Manuel Loya Sandoval, quien se estableció en este lugar hace 60 años, cuando se levantó el primer caserío para atender a los trabajadores que construían las vías del ferrocarril Chihuahua-Pacífico.
Loya Sandoval dijo que la mayoría de la gente está preocupada por la sequía y la falta de lluvia que afecta esta zona de la sierra Tarahumara, donde no ha llovido lo suficiente en el último año, ni cayeron nevadas como en otros.
Atribuyó lo anterior a los graves daños al ambiente con la tala indiscriminada del bosque. "Cortan los pinos. Suben y bajan los camiones troceros, cargados de madera. Mucha de esa gente que viene a tumbar los arboles no está interesada en la vida de la sierra", lamentó por su parte Estanislao Caballero.
A su denuncia se sumó Albina Morales, ejidataria indígena, quien señaló que pese a que "están dejando los cerros pelones", a ellos no les llegan los beneficios de la venta de la madera.
José Acosta Chaparro, de 45 años, avecindado en San Rafael y con derechos que lo acreditan como ejidatario de San Alonso, consideró que los taladores "están cortando todo y a ese paso van a seguirle con los árboles del centro del pueblo".
Exigió a las autoridades remediar la situación, pues "entre los técnicos y los ingenieros forestales todo es corrupción; de eso viven, de sacar la madera y acabar con el bosque".
Durante años, Manuel Frías -señalado por los habitantes de San Rafael como el cacique de la zona- y su familia han controlado las elecciones para presidente del comisariado ejidal, cargo que incluso el mismo Frías ha ostentado varias veces.
Hace poco menos de seis años, luego de su última gestión al frente del ejido San Alonso, Manuel Frías instaló su propio aserradero dentro del poblado. Adquirió maquinaria y desde entonces se dedica a comprar madera por su cuenta.
"Nunca ha aceptado una auditoría, todas las veces que la hemos pedido nos mayoritea con su gente y manipula a los indígenas", acusó Estanislao Caballero.
Señaló que varios técnicos e ingenieros forestales trabajan directamente bajo sus órdenes y son los que han marcado los pinos localizados dentro del área de reserva del bosque, que ahora se están talando en los alrededores del poblado.
"Aquí la Semarnat nunca se para. Una que otra vez vienen y se entretienen con Eligio -el presidente del ejido- o con Manuel Frías, pero nunca revisan lo que está pasando", refirió Manuel Loya.