México: denuncian cultivos transgénicos en campos de Puebla y Oaxaca

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País México

Critican la postura del Gobierno foxista ante este hecho

La organización ambientalista Greenpeace en México criticó la postura asumida por el gobierno de Vicente Fox Quesada de negar y ocultar información sobre las condiciones reales que existen en el país sobre la contaminación de cultivos de maíz con semillas genéticamente modificadas, conocidas como transgénicos, así como por permitir la libre importación de dichos productos, principalmente de Estados Unidos.

De hecho, afirmó que desde hace varios años existen evidencias científicas, desdeñadas por el Gobierno federal y las empresas trasnacionales como Monsanto, de la contaminación de cultivos en los estados de Puebla y Oaxaca con semillas genéticamente modificadas, principalmente el Bacillus thuringiensis (Bt) y el BtCry9 C, conocido como Starlink, -el cual fue prohibido en EU como alimento para humanos al sospecharse que crea nuevas alergias o cepas bacterianas resistentes a los antibióticos.

Esto, afirmó Arely Carreón, colocó a México como “el único centro de origen de un grano básico para la alimentación mundial que ha sido contaminado con transgénicos”.

Sin embargo, agregó, un año después las pruebas realizadas en otros seis estados de la República Mexicana comprobaron la existencia de semillas modificadas genéticamente, de ahí que existan razones para creer que la contaminación es más grande e involucra a más entidades federativas.

Carreón García apuntó que por desgracia las autoridades mexicanas no han hecho nada para explicarnos cómo sucedió dicha contaminación, sobre todo “en un país donde no hay permiso para sembrar maíz transgénicos, sino sólo para importación de consumo humano”.

“No es un tema menor, no es un error pequeño sino un gran problema, sobre todo porque la dieta básica del mexicano”, acotó.

¿Qué hay detrás de todo este problema de los transgénicos? se le inquirió. Detrás, respondió la coordinadora de Greenpeace México, existen grandes intereses económicos de las compañías fabricantes de estos cultivos, que han invertido grandes sumas de dinero para inventar estas semillas y, por ende, esperan obtener fuertes ganancias. Además, esas empresas han presionado a los responsables de tomar las decisiones sobre el control de los transgénicos en el país, en este caso los diputados federales, que están por discutir y votar en el próximo periodo de sesiones una Ley de Bioseguridad.

Diario de México, México, 22-7-05

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