México: Proyectan presa; desestiman daños


Prensa


La Reforma, México, 27-1-03
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México: Proyectan presa; desestiman daños



Retoma Gobierno plan cancelado por Salinas. El proyecto de construcción de una presa hidroeléctrica en el río Usumacinta es impulsado por la actual administración federal; en 1992, ese mismo objetivo fue desechado porque afectaría al ecosistema y a vestigios arqueológicos

Por CARLOS MARÍ

GRUPO REFORMA

Villahermosa / Tabasco
A 10 años de haber sido cancelado por el entonces Presidente Carlos Salinas, el proyecto de la presa hidroeléctrica Boca del Cerro sobre el río Usumacinta ha sido retomado por la nueva administración federal, pese a que los factores que le dieron revés -daños al medio ambiente y zonas arqueológicas- sigan vigentes.

El proyecto reapareció en el Plan Puebla-Panamá, en el Plan Hidráulico 2001-2006 de la Cuenca Grijalva Usumacinta, y en el de México Tercer Milenio y, a raíz de reclamos de ambientalistas, Elías Ayub, director de la Comisión Federal de Electricidad, admitió el 7 de octubre ante el Senado que se trata de un proyecto a "mediano plazo".

En el PPP, la presa se contempla dentro del listado de los llamados "proyectos estratégicos" para el sur-sureste. Se argumenta que es una de las zonas más ricas del País en recursos energéticos y que si no logra conseguir abastecerse de los mismos, "difícilmente podrá pensarse en un desarrollo importante para la región".

Por ello, agrega, "con la concurrencia de la CFE, Pemex y los inversionistas privados, debe promoverse la instalación de nuevas unidades industriales en los estados de la región".

A diferencia del proyecto original, en el que se especificaba que la presa tendría una capacidad instalada de 490 megawatts, con 7 generadores, el PPP plantea una para 560 megawatts con 8 generadores.

En el Plan Nacional Hidráulico, elaborado por la Comisión Nacional del Agua, se indica: "De acuerdo con la programación de CFE, en 2002 entrará en operación una ampliación de 900 MW en Chicoasén; se prevé que para el 2010 entre en operación la planta hidroeléctrica de Copainalá, con una capacidad instalada de 140 MW, y se espera que en el año 2020 se haga realidad el proyecto de Boca del Cerro, con una capacidad de 700 MW".

Existen también cifras distintas a las originales en el proyecto "México Tercer Milenio". Este refiere que la altura de la cortina sería de 135 metros, mientras que el proyecto de 1992 prevé 46 metros, y en cuanto a la generación de energía, estima 700 MW.

Con la presa, destaca, México y Guatemala alcanzarán un uso pleno y racional de los recursos hidráulicos que comparten, "donde los beneficios de carácter social y económico asociados a tan trascendente proyecto -presume el de conservación de ecosistemas- serán el fundamento para fomentar a ambos lados de la frontera el desarrollo industrial-comercial-turístico, y en un futuro extenderlo a los demás países centroamericanos.

Lanzan advertencia

El 24 de marzo del 2002, unos 300 ambientalistas de AL y Europa realizaron en Petén, Guatemala, el Foro Mesoamericano contra las Represas, en el que hicieron un pronunciamiento en contra de Boca del Cerro y acordaron realizar acciones conjuntas para reclamar consultas para los pobladores de la región.

"Acordamos enfatizar nuestro rechazo a la concesión de cualquier represa sobre el río Usumacinta, porque dañaría a las comunidades de su área de influencia y de sus ecosistemas, así como cualquier proyecto relacionado con generación eléctrica en el marco del Plan Puebla-Panamá", fue uno de los puntos de acuerdo en esa reunión.

Homero Aridjis, líder de la organización ambientalista Grupo de los Cien, comenta que el proyecto ha sido cancelado en dos ocasiones: la primera durante el Gobierno de Miguel de la Madrid, en 1989, a petición del entonces Presidente guatemalteco Vinicio Cerezo, y la segunda, en el sexenio de Carlos Salinas.

"Mi Gobierno no construirá esta presa hidroeléctrica en el río Usumacinta, y tampoco tiene previsto desarrollar los proyectos para la misma. Es un río que tiene a sus lados parte de la selva tropical más importante del planeta y además uno de los espacios arqueológicos más sobresalientes de la cultura maya en nuestro País.

"Por eso es que con la responsabilidad ecológica que hemos asumido, pero también con el compromiso por el desarrollo integral del país, no construiremos ni tenemos previsto el proyecto para la hidroeléctrica del río Usumacinta", fue la promesa de Salinas del 2 de abril de 1992.

En entrevista telefónica, Aridjis sostiene que "los factores ambientales y arqueológicos siguen vigentes".

Desde 1980, añade, un informe determinó que la piedra caliza porosa que forma el cañón de Boca del Cerro es muy frágil para sostener la cortina de la presa.

El ambientalista sustentó la advertencia a partir de que la altura sería de 140 metros. Ahora, una última versión sobre la altura de la cortina, la del subdirector de Construcción de la CFE, Benjamín Granados, publicada por un semanario, es que su medida no rebasaría los 25 metros y que las turbinas permitirían el libre paso del agua.

Empero, frente a esta versión, técnicos de la misma paraestatal refirieron que aún esa técnica podría generar inundaciones, en caso de que la represa supere el nivel del embalse en temporada de creciente, pues no contaría con compuertas como las de Malpaso o Peñitas, de Chiapas.

En el proyecto que elaboró la CFE en 1991, calculaba que serían mil 799 hectáreas las que comprendería el embalse del lado mexicano, de las cuales 707 corresponden al municipio de Tenosique, Tabasco, y mil 92, al de Palenque, Chiapas.

La pesadilla recurrente

El documento "Afectaciones, Reacomodos y Ecología. Informe de Avance de Factibilidad de la Planta Hidroeléctrica Boca del Cerro" indica que el área de embalse y obras comprendería fracciones de 21 predios, 9 de Chiapas y 12 de Tabasco, de los cuales 17 son de tipo ejidal y ocupan mil 450 hectáreas, el 86.3 por ciento de la extensión a inundar.

La población asentada en el área de embalse estimada a inicios de los 90 era de mil 559 personas, que conforman familias de origen chol y tzeltal procedentes de Chiapas, así como familias de migrantes de Guerrero, Puebla, Tabasco y Veracruz que llegaron a la zona con las reparticiones ejidales desde principios de los años 50.

"La realización de la planta hidroeléctrica y la modificación de los niveles del río, tanto aguas arriba como de aguas debajo de la presa, por el manejo de la central, tendrán repercusiones en los ámbitos socioeconómicos, urbanoarquitectónicos y ecológicos", advertía la administración de Salinas.

Agregaba que en cuanto a los aspectos socioeconómicos, la reducción de las parcelas provocaría la salida de ejidatarios y pobladores en búsqueda de nuevas tierras fuera del área de embalse, con lo que se incrementaría la presión sobre los terrenos no afectados.

Aridjis recuerda que en 1992 tuvo la oportunidad de que Salinas conociera en un recorrido en helicóptero la biodiversidad del cañón del Usumacinta.

De entonces a la fecha, las condiciones han variado. Fox en ninguna de sus giras ha recorrido Boca del Cerro y Aridjis ha tenido que reanudar sus reclamos, llamándole al proyecto "la pesadilla recurrente".

Del lado de Guatemala, el otro país que resultaría afectado por la presa, también se han prendido focos rojos, luego del memorándum de Cooperación Energética entre ese Gobierno y el de México-firmado en Mérida el pasado 28 de junio en el marco de la Expo-Inversión 2002.

Zona de impacto

De construirse la presa de Boca del Cerro generaría daños irreversibles en el agua, efectos adversos en la vegetación y repercusiones amplias en la fauna de la zona, según el proyecto que elaboró la CFE en 1991 para esa hidroeléctrica.

Proyecto de 1991

Proyectos que actualmente citan la construcción de la presa: Plan Puebla Panamá, Programa Hidráulico de Gran Visión 2001-2025 de la Región XI Frontera Sur, México Tercer Milenio.

1799 hectáreas superficie a inundar, mil 92 en Tabasco y 707 en Chiapas.

1450 hectáreas superficie ejidal, total de viviendas: 310.

18 zonas arqueológicas mayas serían afectadas por la construcción de la presa.

23 predios a inundar por el embalse.

Proyecto de presa
La extensión del Río Usumacinta hasta su desembocadura al Golfo de México 574 kilómetros.


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