Mal pronóstico para el clima
La Cumbre de Cambio Climático celebrada en Cancún, México, aprobó un paquete de medidas que el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, consideró como “un importante éxito para el mundo”. Sin embargo, estas medidas parecen salidas de una ronda de negocios
Las medidas acordadas durante la 16º Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 16) pueden considerarse como un importante éxito para “el mundo empresarial”. Entre ellas, figura la creación de un Fondo Verde climático, el compromiso de proporcionar 30.000 millones de dólares de financiamiento rápido y de movilizar otros 100.000 millones a partir de 2020 para atender las necesidades del desarrollo, la implementación de los mecanismos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD) -que pretenden incorporar los bosques y las selvas a los mercados internacionales-, y la adopción de un Marco de Adaptación para afrontar los mal llamados “desastres naturales”, que de naturales no tienen nada, según el consenso general de la comunidad científica.
El clima parece ser ahora una nueva oportunidad para hacer negocios. El Organismo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), llamó a reducir el hambre con agricultura “climáticamente inteligente”. Impulsar las inversiones en la agricultura de los países en desarrollo es fundamental no sólo para reducir los niveles actuales de hambre en el mundo, sino para salvaguardar el suministro futuro de alimentos frente a las consecuencias del cambio climático, sostuvo director general de la FAO, Jacques Diouf.
Diouf afirmó que será imposible alcanzar la seguridad alimentaria sin inversiones sólidas en la adaptación al cambio climático y la reducción de los desastres naturales en el sector rural. Explicó que por agricultura climáticamente inteligente se entiende una agricultura sostenible que incremente la productividad y la capacidad de resistencia a las presiones ambientales, y que, al mismo tiempo reduzca los gases que provocan el efecto invernadero.
Sin embargo nada dijo de la agricultura industrial imperante que es responsable de gran parte de la crisis climática, tampoco sobre las propuestas de Soberanía Alimentaria sostenidas por los movimientos sociales para enfrentar el binomio crisis climática/alimentaria y salir de ella.
Por otro lado, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) alertó sobre derretimiento de los glaciares patagónicos. Los glaciares de la Patagonia, que cubren parte de Argentina y Chile, seguidos por los de Alaska, se están derritiendo más rápidamente que los de otras partes del mundo, alertó el PNUMA.
Al presentar un informe en la Cumbre, el experto del PNUMA, John Crump, señaló que los glaciares que están a baja altura, vitales para las comunidades de tierras secas, pueden desaparecer en los próximos decenios.
“Hay un mensaje claro en este estudio. Los cambios en la intensidad y frecuencia de las lluvias, la disminución de las nieves de altura y el derretimiento de los glaciares amenazarán la seguridad alimentaria y los recursos vitales de la población más vulnerable del planeta”, dijo.
Crump agregó que es necesario impulsar la adaptación a este cambio para disminuir los riesgos que afrontan las personas, el ganado y la infraestructura.
Todas estas medidas a adoptarse ponen de manifiesto la idea de “adaptarse” al calentamiento global más que a detenerlo o a retrotraerlo a índices anteriores, ya que los compromisos de elevar los objetivos en la reducción de gases de efecto invernadero, no son de cumplimiento obligatorio.
Según el catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), John Saxe-Fernández, sin freno formal a las emisiones de gases con efecto invernadero y con el endoso a los novedosos instrumentos financieros del Banco Mundial, los acuerdos de la COP 16 son “malas noticias para el clima, buenas para el aparato bélico-industrial”.
En un artículo publicado en el periódico La Jornada, de México, Saxe-Fernández señala que la felicitación del presidente estadounidense Barack Obama a su par mexicano Felipe Calderón por el resultado de la COP 16, fue toda una oportunidad para el control de daños por los cables de “Wikileaks” y por haber decretado -semanas antes-, el fin de la moratoria a la perforación petrolera en aguas profundas, en medio del mega-desastre ecológico del Golfo de México, y para beneplácito de la industria del gas y del petróleo.
“La COP 16 no afectó sus operaciones normales, en mar, tierra y aire, ni las atroces -y ambientalmente devastadoras- guerras preventivas y acosos, en torno a los yacimientos super-gigantes de petróleo que quedan en la corteza (Irak, Irán, Rusia, Venezuela, etcétera). El Pentágono usa suficiente energía en doce meses como para mantener en funcionamiento el sistema urbano de transporte masivo de Estados Unidos en su totalidad, ¡por 14 años!, según estimaciones de Michael Renner en el State of the World Report Watch. Por motivos de seguridad militar, Estados Unidos valora el crudo, carbón, metales y minerales en áreas cercanas y seguras, por lo que no sorprende su intervención/ocupación de Canadá, México y Centroamérica, su agresión contra los países de Alba y sus apetitos por los recursos naturales de América del Sur”, señala este analista.
Y agrega, “ahora las petroleras que operan en el Golfo, en Suramérica, y las dedicadas a la extracción de petróleo de las arenas bituminosas de Alberta, Canadá, pueden proceder tranquilas: en Cancún se pospuso limitar los gases de efecto invernadero al tiempo que se mantuvo la mano visible de monopolios, especuladores y financistas para hacer lo suyo con el termostato que regula la temperatura terrestre”.
Mal pronóstico para el clima.