Los países miembros del Mercosur firmaron la declaración conjunta
La Cumbre por la Soberanía y la Integración de los Pueblos de Sudamérica ratificó ,entre otros puntos, su rechazo a los Tratados de Libre Comercio y su defensa a la integración "desde y para los Pueblos", así como también su denuncia en contra de las pasteras
Los países miembros del Mercosur difundieron ayer una declaración conjunta, donde ratificaron su voluntad de profundizar la integración y de ampliar sus alcances a otras naciones de la región.
"No a los Tratados de Libre Comercio, si a la integración desde y para los Pueblos, no a la deuda externa y la injerencia de las instituciones financieras internacionales y si a la independencia económica con soberanía financiera", dijeron los representantes de los pueblos originiarios en su escrito.
Expresaron también su rechazo a la "militarización" y a la "doctrina de Seguridad Continental" y su defensa a la "Soberanía Popular y la Autodeterminación de los Pueblos".
También su repudio a la desigualdad del hambre y la pobreza y su reclamo por una más equitativa distribución de la riqueza, la universalidad del derecho a la vida y la soberanía alimentaria.
La declaración lleva la firma de delegados de organizaciones sociales, trabajadores, campesinos, Pueblos Originarios, de todas las razas y credos, mujeres y hombres dignos.
La Cumbre de los Pueblos se desarrolló en la ciudad de Córdoba, en forma paralela a la Cumbre de Presidentes del Mercosur, que reunió a las máximas autoridades de cada una de las naciones miembros del bloque comercial, sus Estados asociados y los países invitados.
Los Pueblos Originarios se resisten a la intención del presidente estadounidense George Bush de avanzar hacia la consolidación del proyecto de una Asociación de Libre Comercio para las Américas y el Acuerdo de Seguridad Continental, tal como quedó manifiesto en Mar del Plata, en noviembre del 2005, con motivo de la realización de la Cumbre de las Américas, según la resolución.
Los Pueblos representados en esta cumbre intentan construir "alternativas populares" a estas políticas representadas por los países más ricos del continente, en especial EEUU, con el objetivo de alcanzar "una sociedad más justa, fraterna y digna".
Denuncian también a los Tratados de Libre Comercio bilaterales como "sustento a los pactos militares" y se quejan que en América latina "todos los yacimientos estratégicos, minerales, energéticos, alimentarios y acuíferos son objeto de tratados para la instalación de bases para su control y dominio".
Rechazan la expresión del militarismo "al interior de cada país", que se traduce en "control social preventivo" y "represión abierta contra el reclamo popular", además de "autoritarismo e impunidad en todas las esferas de la vida".
Piden en este contexto el retiro de las tropas de Estados Unidos del Paraguay, en Haití, en Irak, y de las de Israel del Líbano y Palestina.
La declaración también incluyó el pedido de suspensión de "todo pago de la deuda externa, el rechazo de la extranjerización de la tierra, el monocultivo y los transgénicos y cualquier intento de privatización en el área educativa en todos los niveles".
Reclaman un código de agua de las Américas en el que deben insertarse los códigos nacionales, prestando especial atención a las reservas de agua dulce, y específicamente al Acuífero Guaraní.
Denuncian que siendo Sudamérica una de las más ricas del mundo en recursos naturales, capaz de producir alimentos y condiciones de vida digna al conjunto de su población, hoy posee más de la mitad de sus habitantes bajo la línea de pobreza, en especial las mujeres, los niños y los ancianos.
Finalmente, exclaman un "no" a las "industrias sucias en nuestros países" y exigen el cese de la construcción de las plantas de celulosa sobre las márgenes del río Uruguay, así como la continuidad de otros proyectos similares en la región.