Los agrocombustibles matan
El proyecto de Bush, en el que se involucra Lula, no sólo condenará al hambre a millones de seres humanos sino que pertenece al diseño bélico de Estados Unidos
Seguramente las necesidades políticas limitarán los efectos de la recientes manifestaciones surgidas desde Brasilia, críticas para quienes alertan sobre el peligro del programa estadounidense de agrocombustibles. Sin embargo los hechos no dejarán de suceder porque no se hable de ellos. El carácter nocivo del programa energético basado en la explotación agrícola es explicado con meridiana claridad por el experto Michael T. Klare, de Estados Unidos.
En su libro "Guerra por los recursos: el futuro escenario del conflicto global", Klare pronostica que "los enfrentamientos políticos de la Guerra Fría están siendo reemplazados por la inmensa y caótica lucha por las materias esenciales, como los combustibles, la madera, los minerales y el agua potable".
Con gran número de fuentes, entre las cuales figuran documentos internos de los gobiernos y publicaciones militares e industriales especializadas, ese libro considera la naturaleza cambiante de las conflagraciones bélicas en una era caracterizada por la tensión medioambiental cada vez más aguda y la aceleración de la competitividad internacional.
Klare es experto en seguridad internacional y dirige el "Five College Program in Peace and World Studies" del Hampshire College, de Massachusetts. Su libro fue editado en español por el sello Urano, de Barcelona, en 2003.
En otra de sus obras - divulgada por la misma editorial -, "Sangre y Petróleo", el especialista estadounidense describe la influencia del petróleo en los asuntos internacionales a partir de la Segunda Guerra Mundial y revela las doctrinas Truman, Eisenhower, Nixon y Bush en la materia.
El libro describe con claridad la grave situación internacional que se dibuja como consecuencias de la estrategia de Washington y exhorta a provocar cambios antes de que el mundo ingrese "en un largo período de canje de sangre por petróleo".
Un lectura detenida de ambos textos arroja pistas sobre las claves de la política estadounidense sobre agrocombustibles, la misma que técnicos y dirigentes políticos - entre ellos el líder cubano Fidel Castro en sus dos últimos análisis publicados - caracterizan como sustitutiva de la producción de alimentos y por consiguiente atentatoria de los principios de soberanía alimentaria, y agravante de los lazos de dependencia de los países agroproductores respecto de las economías centrales.
Los portavoces del gobierno de Brasil y los editores del periódico "Folha de sao Paulo" prefirieron poner el acento en ópticas que van a contramano de esas interpretaciones, con apreciaciones dignas de autoritarios que niegan el debate por la ideas.
Fue el principal asesor del presidente Luiz Inacio Lula Da Dilva, Marco Aurelio García, quien el viernes pasado aseguró a la prensa que los mandatarios de Cuba y Venezuela, Fidel Castro y Hugo Chávez, utilizan al etanol como "combustible ideológico, para desacreditar al emprendimiento estadounidense brasileño". Tanto Fidel Castro como Chávez criticaron con contundencia al programa de agrocombustibles.