La política comercial chilena: se viene el TLC con Malasia
Santiago inicia las conversaciones para liberalizar el comercio con Kuala Lumpur. Cuando sea suscripto, habrá muy pocas naciones con las que no tenga librecomercio
Todas las semanas hay alguna noticia sobre la estrategia chilena de abrir su economía. Ayer se iniciaron y hoy deben culminar en Kuala Lumpur las conversaciones para que Chile y Malasia suscriban un tratado de libre comercio (TLC). Tras su rúbrica, habrá que preguntar que naciones no tienen un TLC con el país trasandino.
Para todos los casos se usan las mismas premisas. Malasia busca que Chile sea su puerta de ingreso a Sudamérica, mientras que Santiago persigue sumar un país más con el que comercia libremente, además de hacer pie en el sudeste asiático.
En palabras de director de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, Andrés Rebolledo, su país “pasaría a ser la puerta de entrada a Sudamérica, ya que sería el primer país de la región con el que Malasia estrechara sus vínculos comerciales, entregando una muy buena oportunidad para la estrategia de Chile como país plataforma".
Una comisión bilateral concluyó que la puesta en marcha de un TLC “es factible y recomendable”, por lo cual esta jornada debería ponerse negro sobre blanco la suscripción del acuerdo comercial.
Según la prensa internacional, lo que va a abordarse en la capital malasia son el comercio de bienes, servicios e inversiones, asuntos legales, defensa comercial y cooperación bilateral.
El tratado "se enmarca en nuestra estrategia comercial, por cuanto Malasia concibe a Chile como una puerta de entrada en América Latina y a la vez constituye un paso adicional en la profundización de nuestros vínculos con el sudeste asiático", agregó el funcionario de la Cancillería.
La relación comercial de Chile con esa zona asiática es significativa. Actualmente tiene un tratado comercial vigente con Singapur y Brunei, y un Grupo de Estudio Conjunto (GEC) con Vietnam, para explorar la posibilidad de negociar un TLC, además de otro GEC que se encuentra en vigencia con Tailandia.
Además, Chile suscribió un TLC con China -ya en vigencia- otro con Japón -falta la ratificación del Parlamento- y un acuerdo de alcance parcial con India, en vigencia desde febrero pasado.
Su apertura no se resume sólo a Asia. En total, Chile tiene más de 50 TLCs suscriptos, convirtiendo a este país vecino en el que más acuerdos de esta índole tiene en funcionamiento. No obstante, todavía hoy la brecha que separa a Chile de un país desarrollado medio es amplia.
En 2006, el intercambio comercial entre Chile y Malasia fue de 302 millones de dólares, con un crecimiento del 32 por ciento en comparación con el 2005 y un 226 por ciento respecto a 2002.
Las exportaciones chilenas al país asiático sumaron 114 millones de dólares (21,2 por ciento más que el año anterior), mientras las importaciones llegaron a 188 millones de la misma moneda, un 40 por ciento arriba.
Malasia tiene una economía pujante, aunque opacada en el último lustro por la irrupción china. En el país islámico se ensamblaban manufacturas por parte de multinacionales de bienes de consumo, que ahora trasladaron mucha de su producción al gigante amarillo. Su población asciende a 24 millones habitantes, presenta un Producto Bruto Interno de alrededor de 147.000 millones de dólares, y un ingreso per cápita que bordea los 5.000 dólares.
La prioridad para Chile en este acuerdo es dar “un paso más del proceso de acercamiento de nuestro país con ASEAN, bloque de diez países del sudeste asiático que jugará un rol comercial de gran importancia en la economía mundial y sobre el cual Chile tiene un interés especial", concluyó Rebolledo.
Más allá de esta “internacionalización” de Chile, el proceso iniciado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-7989) es ampliamente continuado por las autoridades democráticas, en un proceso que a la vez “aísla” al país vecino y le impide integrarse a los distintos proyectos políticos regionales.