La mayor protesta ecologista en Gualeguaychú
Cuarenta mil personas cortaron el puente que une Gualeguaychú y la localidad uruguaya de Fray Bentos, en protesta contra la instalación de dos papeleras sobre el río Uruguay. La construcción había sido impulsada durante el gobierno de Jorge Batlle. Se reunieron ya 35 mil firmas que serán enviadas con los reclamos a Kirchner y a Bielsa
Unas 40 mil personas cubrieron, como una alfombra, el puente internacional que une la localidad entrerriana de Gualeguaychú y la uruguaya de Fray Bentos, en la mayor protesta ambientalista registrada hasta la fecha en el país, en rechazo a la instalación de dos plantas de celulosa sobre la margen uruguaya. La marcha, realizada el sábado, fue convocada por vecinos, organizaciones ecologistas y sindicatos.
Participaron también militantes de partidos políticos y funcionarios de gobierno, aunque la consigna fue no levantar banderías.
El conflicto se remonta al año 2003, cuando el entonces presidente uruguayo Julio Batlle dio vía libre a la construcción de dos plantas papeleras y un puerto para el transporte vía fluvial. Las empresas son la española ENCE y la finlandesa MatseBotnia.
Según denunció Sergio Verzenassi, presidente del Foro Ecológico de Paraná: “Autorizaron a las empresas sin estudios ambientales previos. Hay un incumplimiento del tratado entre la Argentina y Uruguay sobre el río Uruguay. Ninguno de los dos gobiernos puede tomar ninguna decisión que produzca un impacto catastrófico para el río Uruguay”.
Verzenassi dijo a Télam que ya se reunieron 35 mil firmas entre los 80 mil habitantes de Gualeguaychú y fueron enviadas por carta documento al presidente Néstor Kirchner y al canciller Rafael Bielsa “con nuestros reclamos para que tomen cartas en el asunto”.
Desde muy temprano, vecinos de Gualeguaychú se acercaron al Corsódromo local, punto de partida de la marcha.
A la hora anunciada, las 12 del mediodía, comenzaron a marchar, con banderas argentinas y uruguayas, los 40 kilómetros encabezados por un camión de bomberos y otro con agua potable, en una caravana de camiones, colectivos, autos y hasta bicicletas para recorrer los 40 kilómetros que separan la ciudad del puente internacional General San Martín, que une la Ruta 136 con la localidad uruguaya de Fray Bentos.
Ya a esa altura, la multitud estaba calculada en seis mil personas. Las estimaciones previas de los organizadores llegaban, con optimismo, a las 10 mil personas.
Pero cuando la marcha alcanzó el puente, un locutor oficial anunció que “según la Gendarmería Nacional, hay más de 20 mil personas”. Más tarde, voceros del gobernador entrerriano, Jorge Busti, y los organizadores corregían eufóricos que habían logrado reunir “más de 40 mil personas”.
“No queremos este mal para la región, por favor; por nuestros hijos, por los hijos de nuestros hijos, pedimos a nuestros gobiernos que expulsen a estas dos empresas que ya fueron echadas de países del Primer Mundo por contaminar el agua y hacer morir a la gente de cáncer”, dijo una joven maestra, con un grupo de alumnos a su lado.
Al llegar al puente, la multitud se encontró con la marcha organizada por los vecinos y ambientalistas uruguayos, con quienes se confundieron en un emocionante abrazo solidario. A esa altura, la marcha era literalmente una alfombra humana que cubría y desbordaba todo el puente.
La protesta es apoyada por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, la Red de Defensa del río Uruguay, el escritor Eduardo Galeano, Greenpeace, más de una decena de intendentes costeros del río Uruguay, ATE y la CTA y entidades de Corrientes, Santa Fe y Misiones.
La instalación de las dos plantas extranjeras fue impulsada por el gobierno de Batlle y sus intendentes, pero “ahora Tabaré (Vázquez) lo ha tomado como una herencia maldita, pero no se ha pronunciado”, dijo Marta López, del Movimiento de Vecinos Autoconvocados.
La caravana fue encabezada por carteles y pancartas con leyendas como “No a las plantas de la muerte”, “no a Botnia papelera contaminante”, “Tabaré, tú sabes de cáncer, ¿no?”.
También hubo una teatralización con cuatro parcas que tenían en su pecho escrito “dioxinas”, “potasio” y “plomo”.
“Yo confío en el trabajo del canciller Bielsa para buscar una salida que beneficie a ambos pueblos”, dijo el gobernador Busti. Según el titular de la CTA, Víctor De Gennaro, “ésta ha sido una clara demostración de que cuando el pueblo se organiza puede dar pelea.
Estamos contra estas papeleras extranjeras y mentirosas que con la excusa de crear trabajo nos matan el río y la naturaleza”. Para el vicegobernador entrerriano, Guillermo Guastavino (PJ), “estamos por la defensa de la vida y del medio ambiente.
Estamos trabajando codo a codo con las autoridades del gobierno vecino, pero repito que la postura de mi gobierno es un no rotundo a las papeleras por todas las consecuencias que traen para la salud”. Daniel Irigoyen, intendente de Gualeguaychú, dijo que “nos oponemos a las papeleras porque perjudican nuestras economías regionales y la salud de nuestros pueblos porque son altamente contaminantes”.
Por su lado, Luis Basano, de la Confederación de Organizaciones de Trabajadores del Estado, de Uruguay, dijo que “ésta es una gran lucha que vamos a dar argentinos y uruguayos por encima de nuestras fronteras.
Nosotros estamos participando de esta movilización porque estamos cumpliendo con lo resuelto en nuestro octavo congreso de la central PIN-CNT donde se votó mayoritariamente un pronunciamiento contundente en contra de estas dos empresas extranjeras”, agregó.
“Hemos protagonizado un hecho histórico para Entre Ríos y Uruguay y vamos a capitalizar este esfuerzo movilizador porque las que se vienen son peleas muy duras. Somos mujeres, hombres y jóvenes que luchamos por la vida de nuestros hijos y nietos. Por eso no podemos permitir la existencia de estas empresas papeleras que ya fueron expulsadas por ser contaminantes graves en países centrales del Primer Mundo”, dijo Verzenassi.
Página 12, Argentina, 2-5-05