"La idea siniestra de convertir los alimentos en combustible"
Fidel Castro contra el impulso a combustibles hechos con cereales. "Aplíquese esta receta a los países del Tercer Mundo y verán cuántas personas dejarán de consumir maíz entre las masas hambrientas de nuestro planeta"
A menos de una semana de su primer artículo sobre los biocomubustibles, Fidel Castro, volvió arremeter hoy contra el acuerdo sobre este tema que impulsan Brasil y Estados Unidos.
En una nueva nota de su autoría publicada en el diario Granma -órgano oficial del Partido Comunista de Cuba- el aún convalesciente mandatario aclaró que no es su intención "lastimar a Brasil, ni mezclarme en asuntos relacionados con la política interna de ese gran país".
No obstante, criticó con dureza las conversaciones mantenidas el fin de semana último por los presidentes de Brasil, Lula da Silva, y Estados Unidos, George Bush, en la residencia de Camp David, ya que en ella "nadie ha respondido a la cuestión fundamental", señala el artículo reproducido por Prensa Latina.
"¿Dónde y quiénes van a suministrar los más de 500 millones de toneladas de maíz y otros cereales que Estados Unidos, Europa y los países ricos necesitan para producir la cantidad de galones de etanol que las grandes empresas norteamericanas y de otros países exigen como contrapartida de sus cuantiosas inversiones?", se pregunta Castro.
En el nuevo artículo, titulado "La internacionalización del genocidio", Castro afirma además que este "colosal derroche de cereales" para producir combustible "sólo serviría para ahorrarles a los países ricos menos del 15 por ciento del consumo anual de sus voraces automóviles".
"Bush en Camp David ha declarado su intención de aplicar esta fórmula a nivel mundial, lo cual no significa otra cosa que la internacionalización del genocidio", apuntó.
En su artículo anterior, el líder cubano denunció "la idea siniestra de convertir los alimentos en combustible quedó definitivamente establecida como línea económica de la política exterior de Estados Unidos". Adivirtió acerca de las consecuencias de una política de este tipo para los sectores más pobres de los países del Tercer Mundo y sobre los efectos de calentamiento global.
"Aplíquese esta receta a los países del Tercer Mundo y verán cuántas personas dejarán de consumir maíz entre las masas hambrientas de nuestro planeta. O algo peor: présteseles financiamiento a los países pobres para producir etanol del maíz o de cualquier otro tipo de alimento y no quedará un árbol para defender la humanidad del cambio climático."
Página 12, Argentina, 5-4-07