La cara oculta del fondo mundial para la naturaleza
Recientemente el WWF, supuesto defensor de la vida, publicó un informe de características catastróficas
En el mismo se señala que, para el año 2050, los recursos naturales del planeta serán insuficientes para abastecer a una población humana estimada para ese entonces en unos 10.000.000.000 de seres. Hilando fino, nos está señalando que millones de niños, mujeres y hombres sobran y sobrarán en este mundo. El WWF miente, la Madre Tierra tiene capacidad para albergar esa población, siempre y cuando deje de ser herida de muerte y depredada hoy mismo. Es ahora o nunca.
¿Por qué afirmo que el WWF no defiende a la vida sino que aboga por una cultura de la muerte? Por lo siguiente:
El WWF fue fundado por los príncipes Felipe de Gran Bretaña y Bernardo de Holanda ( recordemos que la petrolera SHELL es una compañía estatal anglo - holandesa) con el supuesto propósito de defender a determinadas especies de animales como el oso panda, en el año 1971. El Informe elaborado por el Profesor John Phillipson de la Universidad de Oxford, a pedido del mismo WWF en 1989, determinó que lo que menos sabía hacer la institución era salvar a las especies, que había elegido, de la extinción. Integran su Directorio representantes de las empresas transnacionales norteamericanas y europeas, organismos financieros y económicos internacionales, y funcionarios de distintos gobiernos de los países más ricos del mundo. En la década de 1990, el WWF y la cervecera Heineken , una de las transnacionales patrocinantes de la institución, realizaron estudios que proponían la disolución de los estados nacionales europeos para dar paso a un gobierno supranacional manejado por estas grandes corporaciones.
Esta idea ha sido recogida en la Constitución Europea, rechazada hace unos meses, por los pueblos francés y holandés. Por el bien de los pueblos europeos, esperemos que nunca logre imponerse.
El caso más grave y patente fue el de los elefantes en Ruanda. La African Wildlife Leadership Foundation, creada por Russel Train, presidente del WWF de los EEUU, convenció al gobierno ruandés de la imposibilidad de proteger a elefantes y gorilas simultáneamente y por lo tanto, como había bastantes elefantes en Africa y Asia; pero pocos gorilas, era conveniente matar a los elefantes. Una asistente de la experta en gorilas Dian Fossey, cuya vida fuera llevada al cine en la película 'Gorilas en la niebla' ' y cuyo asesinato no fue debidamente aclarado, denunció que a los elefantes los mataron porque la tierra donde vivían era ideal para el cultivo del piretro, de donde se obtiene la piretrina, un insecticida natural no contaminante. Cuando se descubrió un sustituto sintético de la piretrina, la producción del piretro terminó. El daño ambiental para Ruanda alcanzó ribetes trágicos y catastróficos. Los bosques talados para siempre, las laderas de las montañas, donde vivían los elefantes, con su capa vegetal perdida por la erosión, los ríos sedimentados, las inundaciones llevándose todo a su paso y obligando a la población a engrosar las villas miserias de las miserables ciudades ruandesas. Por esas ironías de la vida, Russel Train ocupó el cargo de Jefe de la EPA, la Agencia de Protección del Ambiente de los EEUU, hoy implicada en los canjes de deuda por naturaleza.
El WWF, forma parte del Proyecto elaborado por el Banco Mundial, en el cual también son socios Douglas Thompkins , la Fundación Vida Silvestre y la Fundación ECOS, ( en cuyo Directorio se encuentran integrantes del Banco Mundial, del WWF, de Vida Silvestre y de la Conservation Land Trust SA de Thompkins), para los Esteros del Iberá, en nuestra Provincia de Corrientes.
Afortunadamente el pueblo correntino ha hecho fracasar el proyecto y conoce muy bien el pedigrée de las instituciones y personajes implicados en el mismo.
Lo más triste de todo, es que funcionarios argentinos, con un elevado nivel de ignorancia, aplauden los proyectos elaborados por el WWF, creen a pie de juntillas sus falsos informes, y se emocionan cuando las autoridades los visitan. Lo mismo sucede con muchos integrantes y simpatizantes de diversas organizaciones ecologistas de nuestro país y el mundo. Para poder vencer al enemigo, hay que conocerlo. Como dice un viejo refrán popular 'Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía.' O aquel otro 'Dime con quién andas y te diré quién eres.' Huelgan los comentarios y al que le quepa el sayo que se lo ponga.