Insiste Bolivia en explicaciones sobre represas brasileñas
La Paz, 17 sep (PL) El gobierno boliviano insistirá con Brasil en nuevas explicaciones sobre la construcción de dos represas sobre el río Madeira, en la zona limítrofe, pero con afectaciones para el medio ambiente, confirmó hoy una fuente diplomática
De acuerdo con el ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, desde el pasado 2 de agosto, La Paz envió una nota oficial, donde se solicita argumentos sobre el impacto de la construcción de las hidroeléctricas.
"Si las obras afectan a los pueblos bolivianos, no podemos quedarnos callados", expresó.
El diplomático aseveró que la instalación de las hidroeléctricas de San Antonio, ubicada a 190 kilómetros de la frontera con Bolivia, y Jiraú, a tan sólo 84 kilómetros, afectaría a la población y dañaría su principal forma de subsistencia, la pesca.
Esa construcción obstruiría además ríos y afluentes de la cuenca del Madeira, afectando directamente a los ríos Abuná, Madre de Dios, Beni, Mamoré y Guaporé, convirtiendo a la región en un extenso pantanal.
También el Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (FOBOMADE), señaló que esas obras traerán afectaciones a la biodiversidad de la región.
En un informe de la institución se asegura que las dos represas tendrán una capacidad de generación de seis mil 450 megavatios sobre el embalse, pero para ello inundarán unos 529 kilómetros cuadrados en plena Amazonía, afectando al ecosistema.
Según ese texto, la instalación de las hidroeléctricas pretende la conversión de las tierras de la región al monocultivo y la expropiación de las mismas por parte de los intereses de los agrocombustibles, la minería y la explotación de los hidrocarburos.
A ello se suma, según esta entidad, la pérdida de áreas de cultivo, bosques y paisajes con potencial turístico implicando la expulsión de los habitantes hacia la periferia de las ciudades, o su sometimiento al subempleo y al trabajo forzado.
También agrega que el negocio de la construcción y del agro se imponen a criterios sociales y ambientales.
La organización aclara además que las inundaciones ocurridas entre 2006 y 2007, por efectos de El Niño, han mostrado claramente como será la vida con las represas, ya que las aguas que actualmente están retornando a sus cauces no lo harán nunca.