Estados Unidos bloquea la lucha contra el cambio climático


Prensa


    El Mundo, España, 26-11-00
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EEUU BLOQUEA LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO



"Hay que admitir que no hemos estado a la altura de lo que el mundo esperaba de

 nosotros", reconoció ayer Jan Pronk, el anfitrión holandés, tras tener que anunciar que  los 184 países reunidos 12 días en la Cumbre del Clima de La Haya no han logrado acordar medidas concretas para frenar el calentamiento del planeta. El desacuerdo entre EEUU -más Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda- y la UE ha conducido a un rotundo fracaso por la negativa norteamericana a reducir sus emisiones.

La Cumbre de la Haya era la cita ineludible para poner en marcha el protocolo de buenas intenciones consensuado en Kioto en 1997. Ya entonces, sólo el empeño personal del vicepresidente Al Gore pudo conseguir que EEUU estampara su firma, pero la postura de su país en este momento de interregno ha sido inflexible e incapaz de acercarse a las posiciones europeas. El resultado de la nueva cita que se ha improvisado para mayo del 2001 en Bonn dependerá mucho de quién se lleve el saco electoral de Florida, pues Bush estará dispuesto a ceder mucho menos que Gore.

Mientras los científicos avisan de que la atmósfera se calienta cada vez más, y los costes sociales y económicos son cada día más evidentes, el planeta sigue pendiente de la resolución de una nueva guerra fría. El reto requiere un esfuerzo global, pero nadie está dispuesto a dejar de contaminar primero y permitir a otros seguir creciendo a costa del clima. La actitud de los 15, suscrita por el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, ha sido la cara responsable de la Cumbre. No así la de EEUU, donde el 25% de los ciudadanos aporta dinero a causas ambientales y el 60% se declara preocupado por el entorno, pero cuyo Gobierno se ha valido de todo tipo de argumentos trucados para dilatar la adopción de medidas negativas para su industria, que emite el 25% de los gases de efecto invernadero en el mundo.

La UE se ha opuesto a dos propuestas inaceptables de EEUU: basar toda la reducción de gases en la compra de cuotas de contaminación a los países no desarrollados, y ampliar el uso del concepto de sumidero, consistente en permitir contaminar un poco más a aquellos países propietarios de bosques beneficiosos para la atmósfera. Bloqueados en esos puntos, no ha sido posible discutir sobre la aplicación de multas y la financiación de la vigilancia.

Pero lo que los ciudadanos piden, sin paliativos, es menos contaminación, no un maquillaje de cifras. El viejo orden industrial debe adaptarse a este nuevo fenómeno de globalización económica y, de momento, EEUU tiene la palabra.

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