El nuevo concepto de soberanía alimentaria
Los problemas del hambre y la pobreza en las zonas rurales la falta de mercados para la producción agrícola de los campesinos se han multiplicado tanto en los últimos treinta años, como consecuencia del capitalismo y su fase neoliberal, que han preocupado sobremanera a las redes internacionales y los movimientos sociales del mundo
Con este motivo se reunió en África Occidental (Selingué) del 23 al 27 de febrero el foro acerca del importante tema de la “soberanía alimentaria”, que analizó este concepto mas amplio de lo que entraña la idea de soberanía, definido como el derecho de la gente a contar con alimentos nutritivos y adecuados, accesibles, producidos en forma sostenible y ecológica, con técnicas agrícolas que respeten el medioambiente. Y el derecho de las gentes a definir sus propias políticas al respecto.
Esta “soberanía alimentaria” alude a un reordenamiento socio-económico del mundo que además de lo alimentario toma en cuenta el futuro de las sociedades y su propia supervivencia. Sus contenidos sociopolíticos serían la soberanía de los pueblos, la producción agro-ecológica y local, la pesca y la ganadería artesanal, los intercambios económicos igualitarios, el respeto a la biodiversidad, la igualdad de géneros, el consumo consciente. Entre las propuestas interesantes del mencionado foro está la inclusión del principio de la soberanía alimentaria en las Constituciones de todos los países y la tramitación de las demandas de reparación por los daños causados por el agro-negocio, la privatización del mar y la producción ganadera y pecuaria mercantilizadas. El consenso de que los alimentos no pueden ser mercancías sino derecho de todas las personas, tampoco la privatización del agua El comercio debería basarse en la necesidad de los pueblos y no en la ganancia. Y la responsabilidad que tienen los organismos multilaterales en la destrucción de las sociedades y el pillaje de recursos. Un ejemplo sería la producción de transgénicos fomentados por muchas transnacionales que controlan el mercado mundial, alimentos que son manipulados genéticamente, que alteran la salud de la gente y que constituyen un verdadero asalto a la soberanía alimentaria, pues tornan ilegales los derechos ancestrales de los campesinos a guardar y replantar las semillas. Es decir, al proceso natural de sobre vivencia alimentaria. La conclusión de que la soberanía alimentaria sólo será posible si va acompañada de la soberanía política de los pueblos, que necesitan basarse en condiciones de vida claras para ejercer la autonomía en sus territorios y frente al Estado, fue otra observación imprescindible, con el objeto de que los gobiernos diseñen Este tema, a pesar de hallarse incluido en el pensamiento ideológico progresista no ha logrado todavía hallar consensos en los movimientos sociales en pro de la autonomía que debe reinar en la producción de alimentos.