El derrame de petróleo en Brasil amenaza las Cataratas
Desastre ambiental: más de 4 millones de litros de crudo contaminaron el Río Iguazú. Un diagnóstico dice que llegaría en dos semanas. Otros, que sería contenido por las barreras
Una parte de los 4.000.000 de litros de petróleo crudo, derramados el domingo sobre el río Iguazú -en territorio brasileño-, podría afectar las Cataratas. De ocurrir, el fenómeno se haría sentir dentro de dos semanas. Esa fue la información que obtuvo ayer Clarín a última hora.
En una entrevista con el presidente del Instituto Ambiental de Paraná (IAP), José Antonio Andraguetto, el funcionario señaló: "No puedo decir que no haya ningún riesgo de contaminar las Cataratas del Iguazú, porque sería una gran irresponsabilidad de mi parte". Pero al mismo tiempo dijo: "Las chances son escasas. Primero, porque nuestro instituto ha colocado varias barreras para detener la mancha de petróleo. Y segundo, porque hay varios lagos intermedios que desaceleran el desplazamiento de la capa negra contaminante, dando lugar a que se la aspire".
La primera información que se tuvo ayer por la mañana fue mucho más complicada. Los diarios señalaron que el derrame producido por la ruptura de un oleoducto, de la Refinería Getulio Vargas -a 43 kilómetros de Curitiba- estaba avanzando en dirección hacia la Argentina a razón de 1 kilómetro por hora. Al mediodía, una nueva advertencia mostraba un empeoramiento de la situación: si el petróleo descendía hasta una localidad llamada Unión de Victoria -a 200 kilómetros de Curitiba- de allí avanzaría a paso firme: a razón de 4 kilómetros por hora, con lo cual podía esperarse que las Cataratas fueran alcanzadas a principios de la próxima semana. Se llegó a decir que sería entre el sábado y el domingo.
La complejidad de la situación llevó al Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil a entrar en inmediato contacto con las autoridades argentinas, para mantenerlas al tanto de la situación de las Cataratas del Iguazú, la tarjeta postal argentino-brasileña más célebre en el mundo. Había una chance de que éstas se vieran ennegrecidas por la ruttura del oleoducto de la petrolera estatal del Brasil, Petrobrás.
El accidente, en el estado de Paraná, es la mayor catástrofe ecológica ocurrida en la región en los últimos 25 años. Y por sus características se temió que el desastre alcanzara dimensión internacional. Esto podría ocurrir si no dieran resultado las barreras colocadas por Petrobrás y por el Instituto Ambiental de Paraná, destinadas a contener el avance de la mancha.
Así, ayer por la mañana bien temprano, en la residencia del embajador argentino en Brasilia, Juan Uranga, sonó el teléfono. Del otro lado de la línea, el viceministro de Relaciones Exteriores del Brasil, Luiz Felipe de Seixas Correa, lo puso al tanto de la situación. Tanta era la preocupación brasileña, que durante el día se repitieron numerosas veces los contactos con la Argentina. El ministro de Medio Ambiente del Brasil, José Sarney Filho, se conectó con su colega argentino, el secretario de Desarrollo y Medio Ambiente, Oscar Massei, y allí le dio un informe. Mientras tanto, en una nota oficial, la Cancillería brasileña indicó que "se harán todos los esfuerzos para reducir el impacto del accidente".
Hasta ayer por la tarde, la mancha de petróleo se había extendido 50 kilómetros. En Brasil no había consuelo, ni en los medios oficiales ni entre las organizaciones ambientalistas. Pero el problema más grave, como describieron los funcionarios del Instituto Ambiental de Paraná, es el sufrimiento de las poblaciones ribereñas. No sólo hay pájaros empetrolados, millares de peces muertos y ciervos que caen a las orillas del Iguazú por beber aguas contaminadas. Hay algo peor: miles de pobladores empezaron a sufrir la escasez de agua.
Para peor, el petróleo ya empezó a infiltrar las napas freáticas. Para el estado de Paraná, esto representa un drama, porque además arruina la agricultura.
La furia del gobierno brasileño se volvió contra Petrobrás. El ministro de Medio Ambiente, Sarney Filho, y el titular del Instituto Ambiental de Paraná, José Antonio Andraguetto, apuntaron directo contra la empresa. Denunciaron "la falta de un plan de contingencia" de la compañía.
Sin embargo, en un comunicado difundido anoche, Petrobrás aseguró que logró contener el avance del petróleo derramado con equipos instalados en ocho puntos del río Iguazú.
ELEONORA GOSMAN. San Pablo. Corresponsal
Diario Clarín, Argentina, 19-7-00