¿El capitalismo puede ser verde?
Especialistas señalan que el crecimiento económico continuo, intrínseco del capitalismo, no es viable en un planeta con recursos naturales cada vez más escasos
TORONTO, 7 may (IPS/IFEJ) El capitalismo demostró ser ambiental y socialmente insostenible, así que la prosperidad futura deberá surgir de un nuevo modelo económico, afirman algunos expertos. El "cómo" es materia de intenso debate.
Una corriente afirma que el crecimiento continuo es compatible con el ambiente si se adoptan tecnologías más limpias y eficientes y si las economías dejan paulatinamente de elaborar bienes materiales para pasar a los servicios. A esto le llaman prosperidad sustentable.
Instrumentos internacionales destinados a abatir problemas globales, como el agujero de la capa de ozono y el recalentamiento global, adoptaron principios de mercado para lograr el cumplimiento del sector privado.
Pero el problema es que "consumimos 25 por ciento más de lo que la Tierra nos puede dar por año", señala William Rees, de la Escuela de Planificación Comunitaria y Regional de la University of British Columbia, Canadá.
Rees y otros estudiosos calcularon que el consumo humano de recursos naturales excede cada año en 25 por ciento la capacidad de la naturaleza de regenerarlos, una proporción que ha venido creciendo desde 1984, primer año en que la humanidad cruzó ese umbral.
"Nuestro planeta necesita un capital natural, como árboles, para proporcionar servicios como agua y aire puros, de los que dependemos", dijo en una entrevista Rees, uno de los inventores de la "huella ecológica", un indicador para conocer la cantidad de territorio productivo que una determinada población humana necesita para proveerse de recursos y para que absorba sus residuos.
El capitalismo se funda en la acumulación de riqueza mediante el consumo de recursos naturales cuya disponibilidad es limitada, alegó. También estamos excediendo la capacidad del planeta de absorber contaminación y residuos, como las emisiones de dióxido de carbono vinculadas al cambio climático.
Los economistas de mercado no hablan de contaminación, sino de "externalidades" que raramente incluyen como factor en sus modelos económicos, enfatizó.
Por eso la prosperidad sustentable es el uso global de recursos y la generación de desechos que no superen la capacidad regenerativa del planeta. Igual de importante es la dimensión social: la verdadera prosperidad sólo es posible cuando la brecha de ingresos entre ricos y pobres es pequeña, opinó.
Pero "los ejecutivos de Estados Unidos ganan entre 500 y mil veces más que sus trabajadores y esa desigualdad se está agravando", aseguró.
Si todos vivieran como los estadounidenses necesitaríamos cinco planetas que proporcionaran los recursos naturales necesarios, según el Living Planet Report 2006, del Fondo Mundial para la Naturaleza.
La solución no son más tecnologías limpias y eficientes. Las sociedades industriales ya usan los recursos de modo más eficiente que las naciones en desarrollo, pero consumen muchos más bienes materiales y por tanto más recursos naturales, estimó Rees.
A su juicio, los nuevos mantras, consumo de productos orgánicos o elaborados de modo sustentable y la desmaterialización de las economías (generar servicios más que productos), no resuelven nada. La única solución es abatir la contaminación y el uso de recursos, opinó.
"Toda esta charla sobre sustentabilidad significa que no queremos realmente cambiar lo que hacemos", agregó.
Las compras responsables o la responsabilidad social corporativa no harán mucha diferencia, coincidió el ecologista Brian Czech, presidente del Centro para el Avance de una Economía de Fase Estable, un instituto de estudios con sede en Washington.
"Tenemos que reducir nuestro crecimiento económico para estabilizarnos", dijo Czech en una entrevista para este informe.
La mayoría de las naciones en desarrollo necesitan crecer, pero los países ricos tienen que reducir su uso de recursos para que esto suceda, añadió.
La idea de que el crecimiento continuo se puede sustentar gracias a la desmaterialización "no tiene sentido", opinó Czech. Producir servicios requiere usar recursos naturales como energía, y el dinero generado será usado para comprar algo.
"Los economistas neoclásicos en el Banco Mundial y en la estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional, entre otros, siguen creyendo que no hay límites para el crecimiento", señaló Czech.
Hay que redefinir el éxito económico: en lugar de aumentar la riqueza, aumentar el bienestar, afirmó Nic Marks, director del Centro para el Bienestar de la Fundación Nueva Economía, con sede en Londres.
El gobierno británico reconoció que la economía debe caber en un solo planeta y que ya estamos más allá de sus medios, dijo Marks entrevistado para este informe.
"Sin embargo, es políticamente insostenible decir que el camino es un menor crecimiento económico", sostuvo.
Por tanto, un crecimiento más verde, más limpio y desmaterializado es la solución, junto con importantes reducciones en el uso de los recursos, dijo Marks.
El empresario estadounidense Peter Barnes considera que el capitalismo debe pasar de explotar recursos naturales como el aire y el agua a protegerlos como bienes comunes de la humanidad. Estos "fideicomisos de riqueza natural" pertenecerán a todos los seres humanos y tendrán poder para limitar el uso de recursos escasos, imponer tributos y distribuir dividendos, afirma en su libro "Capitalism 3.0".
Barnes imagina un mundo con muchos fideicomisos de ecosistemas, administrados por miembros que tendrán prohibido actuar en su propio interés y sólo podrán hacerlo en representación de los ciudadanos y las generaciones futuras por igual.
"Ni el gobierno ni las corporaciones representan las necesidades de las generaciones futuras, de los ecosistemas y de las especies no humanas. Los fideicomisos pueden hacerlo", dice en su libro.