El Salvador: etanol mete al país en otra "guerra fría"
Brasil y Estados Unidos eligieron a El Salvador para producir. Al otro lado, Venezuela, Cuba y Nicaragua
Luis Laínez
Diario El Mundo
Cuando el sábado los presidentes George W. Bush, de Estados Unidos, y Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil, anunciaron en Camp Davis que El Salvador había sido elegido como una de las naciones en las que se apoyarían para producir etanol pusieron al país en el centro de una nueva guerra fría.
Los gobernantes de Venezuela (Hugo Chávez), Nicaragua (Daniel Ortega) y de Cuba (Fidel Castro) atacan frontalmente la masificación del etanol y los biocombustibles bajo el argumento que la tierra debe ser cultivada para combatir el hambre y no para alimentar a los automóviles.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo el canciller Francisco Laínez, da seguimiento en las fases para conocer cuál es la cantidad exacta de dinero que Estados Unidos y Brasil destinarán para El Salvador, se firmen los convenios y se establezca una planta de etanol.
De hecho, este tipo de alcohol ya es producido en el país, por ingenios cañeros y una empresa que lo importa deshidratado desde Brasil. Se envía a Estados Unidos libre de impuestos gracias al TLC.
“Nosotros tenemos una total y absoluta determinación. Vemos esta alianza entre Brasil y Estados Unidos como una alianza ambiciosa y por supuesto que nosotros, como país, vamos a aprovechar al máximo esta decisión de ambos países que se han asociado para la producción de etanol con caña de azúcar, precisamente para impulsar la agricultura en el país y nuestra política de Estado, que tiene que ver con la elaboración de biocombustibles”, manifestó el presidente Saca.
Opositores
Ortega, a pesar que una empresa nicaragüense recientemente exportó tres millones de litros de etanol a Europa, se opone a la masificación del etanol porque implicaría que la economía dependa del monocultivo de caña de azúcar.
Chávez abandonó una iniciativa para fomentar el etanol y le dio un amplio respaldo al petróleo que su país produce.
La semana pasada, Castro reapareció en la opinión pública con un editorial en Granma contra “la idea de convertir alimentos en combustible”.
Celso Amorim, canciller brasileño, dijo que las ideas de Castro eran “antiguas”.
Con años de preparación
Ninguno de los tres aliados por el etanol (Brasil, El Salvador y Estados Unidos) comenzó ayer su cruzada por el combustible alternativo.
De hecho, el mandatario carioca, Luiz Inacio Lula da Silva, le propuso a sus homólogos centroamericanos, durante la cumbre que mantuvieron en septiembre de 2005, apostarle al bio combustible.
En esa época, fue El Salvador el que logró meter el tema en el encuentro, el cual iba a dedicarse al aumento del arancel del banano que se exportaba a la Unión Europea.
El 10 de enero pasado, el presidente George W. Bush mandó al Congreso su proyecto de presupuesto, en el que incluía $2 mil 700 millones para fomentar el desarrollo de combustibles alternativos como el etanol.
Unos días después, el mandatario estadounidense descartaba dedicarse a producir el combustible exclusivamente a partir del maíz amarillo.
El 27 de febrero, un sonriente Antonio Saca dijo, al salir de una reunión con Bush en la Casa Blanca, que el país estaba dispuesto “a sumarse al proyecto del etanol, aprovechar la siembra de caña y disminuir la dependencia del petróleo que se mantiene a precios muy altos”.
Diario El Mundo, El Salvador, 2-4-07