Ecuador: plebiscito para el ALCA, por Marcelo Larrea
Las negociaciones del ALCA transcurren tras bastidores en mesas donde funcionarios de los gobiernos, en la mayoría de los casos no electos, deciden el destino de nuestros pueblos y naciones dándoles la espalda
Quito, Ecuador - Marcelo Larrea* para Adital - Acuerdos sobre aspectos tan decisivos como la alimentación, que afectarán a todo el sector agropecuario que emplea a una parte significativa de la población latinoamericana, a la seguridad y soberanía alimentaria de los países y finalmente a los niveles de consumo vital de cientos de millones de ciudadanos avanzan sigilosamente como para garantizar que sus víctimas los ignoren.
Lo mismo ocurre, por cierto, con las inversiones, el comercio, el medio ambiente, la propiedad intelectual, el trabajo, las materias primas, la ecología y todos los temas que asume el ALCA. ¿Cuál será la gravedad de sus perspectivas para que sus contenidos no estén expuestos al escrutinio público?
La imagen de una América sin fronteras que vende el ALCA, al estilo de la "chispa de la vida", y otros de sus dioses cotidianos con sabor a plástico, es para el dinero y las cosas, no para los seres humanos degradados a la calidad de "ciudadanos subalternos del dinero y las cosas.
Las inversiones podrán ingresar, reproducir capital a través de la explotación de fuerza laboral y de las materias primas y salir de nuestros países luego de exprimirlos como naranjas. Las mercancías podrán hacer lo propio, producidas bajo subsidios enormes en EEUU, entrarán sin aranceles, a diferencia de las europeas y asiáticas, competirán con los productos locales no subsidiados hasta derrotarlos en el ring del mercado. Sin embargo, paradójicamente, los ciudadanos latinoamericanos no podrán ir a EEUU sin la visa otorgada por sus rigurosos filtros de inmigración. Y los que viven allí sin papeles seguirán siendo fuerza laboral desechable.
Exactamente como en la guerra de Irak, nuestras economías en las negociaciones están siendo desarmadas, sometidas a la indefensión total para abrir el paso a la invasión del capital y las mercancías de EEUU. En este teatro de guerra colonial los bombardeos no ocurren en todos los países con el espectacular despliegue de alta tecnología militar que deja cadáveres regados en las carreteras, campos y ciudades. Las líneas de avanzada de esta ofensiva, contienen también, crímenes cometidos con guante blanco como la deuda externa, la convertibilidad en Argentina, la dolarización en Ecuador y El Salvador, los programas de ajuste estructural del FMI y la fiebre privatizadora que han extendido segundo a segundo la pobreza y la miseria en nuestros pueblos.
La misión y visión del ALCA para la cofradía de los halcones son perfectas, pretenden hacer del continente un Área Libre para el Capital Americano, yanqui. Implica la liberación de las operaciones del capital y las mercancías de las corporaciones transnacionales estadounidenses que gobernarán entonces nuestros países por encima de la soberanía de sus pueblos. Lo que incluye una "justicia" transnacional de perfiles dictatoriales para la protección del capital y las mercancías sobre la humanidad de los pueblos bajo el control de los intereses del capital y las mercancías. Una versión corregida y aumentada en el tiempo de la globalización de los Bush del mismo colonialismo nada democrático y bárbaro de Cortés y Pizarro.
El debate abierto sobre el ALCA en todos sus aspectos, que permita revelar sus intersticios, sus intrigas y fines últimos, es una tarea urgente. El imponer el ALCA al margen de los pueblos socava todo principio democrático. El ALCA no puede pasar sin el pronunciamiento plebiscitario soberano de los pueblos.
*Marcelo Larrea es corresponsal de Adital en Ecuador y director del periódico "el Sucre".
ADITAL, Internet, 23-5-03