Ecuador: movimientos promueven marcha nacional contra minería
Con el objetivo de denunciar los efectos de la minería en las comunidades ecuatorianas, movimientos sociales de distintas partes del país convocan a una gran marcha mañana (05). Entre las demandas están la aplicación del Mandato Minero y la paralización urgente de todo emprendimiento del tipo
Lina Solano, miembro del Directorio de la Coordinadora Nacional por la Defensa de la Vida, habló a Adital sobre la marcha y como está se conduciendo los problemas decurrentes de la expansión minera.
Adital - ¿Cuál es el objetivo de la marcha?
Lina Solano - El objetivo principal de la marcha es evidenciar la movilización permanente en que nos encontramos las comunidades afectadas por mega proyectos mineros en Ecuador, además de recordar el inicio del Levantamiento Nacional contra las mineras que fue justamente el 5 de junio del año pasado, Día Mundial del Ambiente, fecha que fue escogida por las características de nuestra lucha, es decir, en defensa del agua, de nuestros ecosistemas, nuestro patrimonio natural. También la marcha permitirá reunir nuevamente las delegaciones de distintas provincias de la Coordinadora Nacional para tomar decisiones sobre las acciones a seguir desarrollando para exigir el cumplimiento del Mandato Minero, rechazar la nefasta ley de minería reformada y exigir que Ecuador sea declarado libre de minería a Gran Escala.
Adital - El problema de las empresas mineras sigue cada vez más intenso en América Latina, ¿Con qué grado se tiene afectado a las comunidades de Ecuador?
Lina Solano - Las afectaciones a las comunidades en Ecuador son sumamente graves tanto en lo ambiental como en lo social. En lo ambiental las comunidades están afectadas por la contaminación de ríos con metales pesados y químicos, producto de la actividad minera, por ejemplo en la zona de Tenguel, provincia del Guayas (región costanera de Ecuador), cuyos ríos han sido contaminados por las mineras asentadas en la parroquia Ponce Enriquez. Allí la gran mayoría de empresas mineras siguen laborando normalmente, a pesar de que el Mandato Minero expresamente señala, en el artículo 3, que las concesiones que afecten nacimientos y fuentes de agua deben ser extinguidas.
A más de los impactos ambientales, sufrimos los efectos de la violencia, la inseguridad, la persecución, la criminalización de nuestra lucha, por parte de las empresas mineras y el gobierno pro-minero de Rafael Correa.
Adital - El gobierno tiene llamado al "Diálogo Nacional Minero". ¿No sería un paso serio para resolver los conflictos promovidos por la explotación minera?
Lina Solano - Nosotros hemos rechazado desde el año pasado este pretendido "diálogo". La posición del gobierno para nosotros es clara: está a favor de las transnacionales mineras, y va entregar el país a los saqueadores extranjeros, por lo tanto no puede haber diálogo con los vendepatria. Si el gobierno estuviera a favor de las comunidades ya hubiera escuchado nuestro pedido de que no se permita el desarrollo de la industria minera en el país. El gobierno solo está interesado en las miserables regalías que las mineras dicen que van a dejar de 3 y hasta 5 %. Pero como decía con mucha sabiduría una joven colegiala, hace unos días cuando daba una charla en un colegio sobre el problema de la minería: "El Presidente no está vendiendo el oro ni el cobre, está vendiendo nuestra vida y nuestra soberanía, eso es lo que está haciendo".
Adital - En varios países las inversiones mineras se han colocado como forma de desarrollo en las naciones y sus comunidades. En la práctica, las organizaciones sociales tienen se posicionado en contra. ¿Cuáles serian las formas efectivas para un desarrollo realmente sostenible para las comunidades? Cómo debería ser eso proyecto?
Lina Solano - Para ir hacia un desarrollo realmente sostenible, entendido como la posibilidad de bienestar no solo para la actual sino para las futuras generaciones se debe en primer lugar tener independencia nacional. Atados a las cadenas de la globalización imperialista es imposible que nuestros países puedan salir de la pobreza, en las que han sido sumidos por los saqueadores internacionales y sus socios nacionales. Esa independencia real permitiría la nacionalización de los sectores estratégicos, expulsando a las transnacionales que se embolsan millones cada año con la explotación del petróleo o de las telecomunicaciones por ejemplo. Permitiría además el No pago de la Deuda Externa que sangra al país para saciar a los acreedores, mientras cada vez se destina menos para la salud y la educación de nuestro pueblo. Luego un nuevo sistema económico independiente tiene que promover los sectores productivos, como la agricultura, especialmente para garantizar la soberanía alimentaria y la satisfacción de las necesidades internas y vitales del pueblo ecuatoriano. En fin todo partiría de hacer una verdadera revolución y no una farsa como la del actual gobierno socialdemócrata neoliberal.