EEUU y China hacen fracasar la cumbre del cambio climático
Faltan 22 días para la cita, Copenhague sería una mera declaración. Los países más contaminantes anunciaron ayer en Singapur que no será posible un acuerdo vinculante que permita la reducción de las emisiones del dióxido de carbono
Estados Unidos y China, los mayores contaminantes del mundo, han hecho oficial el fracaso de la conferencia del clima que se celebrará el mes próximo en Copenhague. Los líderes de ambos países, apoyados por algunas de las principales naciones emergentes del mundo, han comunicado este domingo en Singapur al Gobierno de Dinamarca que no será posible conseguir en esa ocasión un acuerdo vinculante que permita la reducción de emisiones de dióxido de carbono, según reporte de El País de Madrid.
En su lugar, se intentará lo que se ha llamado retóricamente acuerdo en dos etapas, y que, en realidad, consiste en hacer en Copenhague una mera declaración de intenciones, pero se postergarán los compromisos obligatorios para un momento posterior, quizá para otra conferencia que debe realizarse el 2010 en México.
“Ha habido una coincidencia entre los líderes de que no es realista esperar que un gran acuerdo internacional completamente vinculante pueda ser negociado entre ahora y Copenhague, que empieza en 22 días”, declaró Michael Froman, viceconsejero nacional de Seguridad de la Casa Blanca, al término de una reunión imprevista celebrada por los países que participan en la asamblea de la Asociación Asia-Pacífico (APEC) con el primer ministro de Dinamarca, Lars Loekke Rasmussen.
Consciente de que estaban en Singapur los dos gobernantes que tienen la última palabra en el asunto climático, el presidente de EEUU, Barack Obama, y el líder chino, Hu Jintao, Rasmussen se trasladó a Singapur en busca de una solución desesperada para salvar la cumbre de Copenhague. Pero sólo obtuvo, según fuentes norteamericanas, un compromiso de todos los participantes, incluido China, de respaldar en la capital danesa un documento que establezca objetivos ambiciosos, pero sin exigir que los países contaminantes reduzcan sus emisiones.
En tanto que “en la última reunión previa a la Conferencia de las Partes (COP15) (realizada hace una semana en Copenhague), los países en desarrollo terminaron decepcionados ya que no hubo avances significativos ni compromisos claros de parte de los países en desarrollo, demostrándose un claro estancamiento que perjudicará el desarrollo de la Cumbre”, explicó Nele Marien, del grupo boliviano de negociación de Cambio Climático.
Lo que se esperaba era un compromiso sobre reducción de emisiones por parte de los países desarrollados. “Esta discusión sobre los compromisos de los países desarrollados debía haber terminado en abril y junio del 2009, hay un retraso que afectará a la toma de decisiones en la COP 15 (reunión de Copenhague)”.
Para Bolivia y los otros países en desarrollo afectados es importante lograr acuerdos en la reducción de las emisiones de carbono de los países desarrollados y el aporte para ayudar a las naciones pobres a enfrentar los efectos del cambio climático.
La situación al momento es que: “No hay cifras claras sobre reducción de emisiones por parte de los países desarrollados para los compromisos después del año 2012”, afirmó Marien.
A esto se suma el informe de la Agencia Internacional de la Energía, que dice que las naciones emergentes se convertirán en plazo no muy largo en los principales emisores, por eso es que los afectados buscan un acuerdo vinculante para todos.
Por si pareciera poco, los países desarrollados han decidido abandonar el protocolo de Kioto, según la delegación boliviana que asiste a estas reuniones. “Parece que quieren establecer un acuerdo que no diferencia responsabilidades”, explicó Marien.
El Instituto de Ingenieros Mecánicos del Reino Unido reveló el viernes un estudio en el que advierte que los países industrializados no podrán cumplir el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de forma significativa para mitad de siglo, debido a que carecen de capacidad para producir energías limpias, informó la BBC Mundo.
“De esta forma, si no pasan milagros, el escenario para Copenhague es negro: un nuevo mandato político, desconociendo todos los buenos avances de años en las reuniones, con un enfoque especial para mitigación, a nivel de los más débiles de los países desarrollados”, dijo Marien.
Encuentros realizados
Protocolo de Kioto • El 11 de diciembre de 1997 los países industrializados se comprometieron, en la ciudad japonesa de Kioto, a ejecutar un conjunto de medidas para reducir los gases de efecto invernadero.
Reunión preliminar • Del 2 al 6 de noviembre en la ciudad española de Barcelona se hizo la conferencia previa con presencia de representantes de 180 países, no hubo consenso para hacer un documento que reemplace al Protocolo de Kioto.
Brasil se compromete en reducir CO2 en 36%
El Gobierno brasileño asumirá un “compromiso voluntario” de reducir en al menos 36% sus emisiones, sobre la previsión de lo que el país emitiría el 2020, informaron los ministros jefe de Gobierno, Dilma Rousseff, y Medio Ambiente, Carlos Minc.
La meta concreta de reducción será de entre 36,1% y 38,9% y será presentada ante la conferencia del Clima convocada por la ONU en diciembre en Copenhague, explicaron los ministros en rueda de prensa en Sao Paulo, tras recibir la aprobación del presidente Luiz Inacio Lula da Silva. Brasil es considerado el cuarto mayor emisor mundial de esos gases nocivos al clima, principalmente debido a la deforestación de su selva amazónica.
Brasil estima que, si nada fuera hecho, el 2020 el país emitiría 2.700 millones de toneladas de gases con efecto invernadero. La propuesta anunciada es llevar a Copenhague el compromiso “voluntario” de que el 2020 Brasil reducirá entre 975 y 1.050 millones de toneladas esas emisiones.
Eso significa que Brasil se propone llegar al 2020 con emisiones de entre 1.700 ó 1.800 millones de toneladas de CO2, menos que las 2.100 del 2005.
Numerosos puntos bloquean las negociaciones para Copenhague, entre otros cuál es el grado de compromiso que deben asumir los países ricos en materia de emisiones.