Crisis eleva el hambre a 53 millones de personas en Latinoamérica

Por DPA
Idioma Español

Las crisis simultáneas de los alimentos y la economía elevaron a 53 millones la cifra de personas que padecen hambre en América Latina y el Caribe, informó hoy la Oficina Regional de la FAO

El flagelo mantiene a 15 millones de niños menores de cinco años con desnutrición crónica, siendo las poblaciones infantiles de Guatemala, Bolivia, Honduras, el Perú y Ecuador las más afectadas.

"Estos son países además que no tienen recursos para seguridad social", alertó el director regional de FAO, José Graziano, al entregar un panorama regional de la seguridad alimentaria.

En dichos países, de hecho, la desnutrición aqueja a entre un 30 y un 55 por ciento de los niños y "es la base de las futuras desigualdades", opinó.

Los impactos de las crisis, sin embargo, no son iguales en todos los países. Brasil, Cuba y Chile, por ejemplo, han consolidado importantes avances en la lucha contra el hambre, agregó Graziano.

La situación, provocada en parte por el abandono de las políticas de fomento agrícola, coincide con la existencia de una alta disponibilidad de alimentos, principalmente en México y Sudamérica.

De hecho, en Uruguay, Brasil, Argentina, Chile y México hay al menos un 50 por ciento más de los nutrientes mínimos que las personas necesitan para alimentarse adecuadamente.

No obstante, en estos países la desnutrición infantil está entre un 7,0 y un 15,5 por ciento. La única excepción es Chile con un 2,1 por ciento.

La disponibilidad alimenticia, en todo caso, pemitiría acabar con el hambre en 15 años, hacia 2025, como comprometieron los gobiernos a fines de 2008, sostuvo Graziano.

"Pero es necesario que la lucha contra el hambre sea una prioridad de las políticas públicas", expresó el funcionario, ex ministro contra el hambre en Brasil.

La situación, eso sí, también comporta diferencias entre los distintos grupos étnicos latinoamericanos, según el informe.

Los ciudadanos indígenas, que las últimas semanas han desplegado protestas en Panamá, Ecuador, Bolivia y Chile, sufren niveles de hambruna "hasta siete veces mayores" a los que asolan a los no indígenas, agregó Graziano.

En este punto, las mayores desigualdades ocurren en Panamá, México y Paraguay. En contraste, en Chile, Brasil y Costa Rica la situación es más igualitaria.

Los orígenes de las carencias están en la incapacidad productiva agrícola de algunos países y en los problemas de acceso a los alimentos, ratificó el informe.

De hecho, la gran mayoría de las naciones latinoamericanas son importadoras de cereales, como es el caso de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Perú, México y Venezuela, entre otras

La situación obliga a pensar en políticas de fomento a la agricultura, en especial familiar, planteó Graziano. "Producir alimentos es más fácil de lo que se cree", insistió.

Hoy, sin embargo, América Latina dejará de producir unos 20 millones de toneladas de cereales, debido principalmente a las sequías en Uruguay y, sobre todo, Argentina.

Pero la situación más dramática la encara Guatemala, en especial el llamado corredor de la sequía, zona donde unas 400 personas murieron de hambre desde enero, según la prensa en ese país.

Sobre lo mismo, Graziano insistió en que combatir el hambre es más económico que encarar sus problemas derivados en salud, educación y mortandad, que afectan finalmente la gobernabilidad de los países.

Nuestro País, Internet, 14-10-09

Comentarios