Crece la huella ecológica
El hombre está saqueando el planeta a un ritmo que supera su capacidad de regeneración
El último Informe Planeta Vivo muestra que los seres humanos consumen un 20% más de recursos naturales de los que la Tierra puede producir y que las poblaciones de especies vertebradas terrestres, marinas y de agua dulce han disminuido en promedio en un 40% entre 1970 y 2000.
También muestra entre sus conclusiones que la salud del planeta empeora a gran velocidad debido a nuestro consumo creciente de recursos naturales. Los indicadores muestran tendencias poblacionales para más de mil especies y revelan que, desde 1970 a 2000, las poblaciones de especies terrestres y marinas han descendido en un 30%, mientras que las de agua dulce han sufrido una caída espectacular del 50%. Esto es consecuencia directa de la creciente demanda de alimentos, fibra, madera, energía y agua.
Otros antecedentes revelan que nuestra "huella ecológica", es decir, el impacto de la humanidad sobre la Tierra, se ha incrementado dos veces y media desde 1961. El informe de 2004 muestra que la huella media es 2,2 hectáreas globales por persona, mientras que sólo hay 1,8 hectáreas globales de terreno disponible para proporcionar recursos naturales a cada habitante del planeta. Este dato se ha obtenido dividiendo los 11.300 millones de hectáreas de terreno productivo y espacio marino entre los 6.100 millones de habitantes del planeta.
Asimismo, nuestra huella energética resulta muy alarmante, debido sobre todo al uso de combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo. Este es el parámetro que más rápidamente ha crecido de la huella ecológica, aumentando cerca de un 700% entre 1961 y 2001. Además la sobreexplotación de estos combustibles está poniendo a toda la humanidad bajo la amenaza del cambio climático.
El informe muestra también que la población de occidente consume recursos a un nivel extremadamente insostenible. La "huella" de un norteamericano medio no solamente es el doble que la de un europeo, sino siete veces mayor que la de un asiático o africano medio. El documento advierte que la presión sobre los recursos de la Tierra seguirá creciendo conforme estas regiones vayan desarrollándose y consumiendo más.
Los ecosistemas están sufriendo, el clima global está cambiando y cuanto más continuemos por este camino de consumo insostenible y explotación, más difícil será proteger y restaurar la biodiversidad que queda y más precaria será la vida sobre la tierra.