Costa Rica: agricultura, MAOCO demanda reglamento para Ley de Agricultura Orgánica
La publicación urgente del Reglamento de la Ley para el Desarrollo, Promoción y Fomento de la Actividad Agropecuaria Orgánica, aprobada hace ya casi un año por la Asamblea Legislativa, fue demandada por el Comité Nacional Movimiento de Agricultura Orgánica Costarricense (MAOCO)
En un documento de siete páginas, MAOCO sostiene que es urgente que el Ministerio de Agricultura publique el Reglamento de la Ley y se empiecen a poner en práctica los incentivos y medidas que facilitarán el crecimiento de la agricultura orgánica agroecológica en el país, como una opción para aportar a la soberanía alimentaria de nuestra población.
Responsabilidad
Además de lo anterior, y tomando en consideración que en nuestro país los pequeños agricultores/as son aún mayoría en el sector productivo, resalta que es urgente que el gobierno elabore y ponga en práctica políticas que permitan la implementación inmediata de esta propuesta, escuchando la voz de las organizaciones campesinas e indígenas que siguen defendiendo la agricultura familiar.
Hoy, más que nunca, existe una responsabilidad directa de todos los ciudadanos y ciudadanas, en nuestra capacidad de consumidores, de involucrarnos más directamente en este tema, de ello puede depender nuestra sobrevivencia a futuro, afirma el documento de MAOCO.
Agregó que debemos exigirle al gobierno y a las organizaciones de apoyo que generen e implementen políticas y acciones coherentes con las condiciones que actualmente se están viviendo en el mundo, además de utilizar nuestro poder de compra como consumidores para apoyar las iniciativas en esta dirección.
“No podemos darnos el lujo de seguir perdiendo tiempo para actuar estratégicamente”, advierte el documento suscrito por la Presidenta de MAOCO, Eva Carazo.
Durante los últimos 30 años los gobiernos han preferido que se compre la comida afuera antes que promover la producción nacional, y por mucho tiempo, a pesar de eso, hemos hecho realidad la soberanía alimentaria desde la agricultura orgánica familiar campesina e indígena.
Hoy que el mundo vive una crisis de alimentos, “queremos compartir nuestros aprendizajes y hacer sentir la voz de miles de familias agricultoras que han alimentado a la humanidad a lo largo de la historia, y que están dispuestas a seguirlo haciendo”, asegura el documento de Carazo.
Crisis alimentaria
Para respaldar su demanda, MAOCO explica que la crisis alimentaria no es casual, era inevitable que sucediera por la forma en que se ha entendido y manejado la agricultura bajo la lógica de la agricultura industrializada, especialmente en los últimos treinta años.
En Costa Rica y muchos otros países del Sur, las políticas públicas en el sector agropecuario se han dirigido a promover los monocultivos y la producción para exportación, la utilización de insumos externos en los sistemas productivos (como agrovenenos y semillas “mejoradas”).
Además, alteran los ciclos naturales para buscar mayor productividad por área en el corto plazo, sin tomar en cuenta los efectos que esta visión tienen sobre la naturaleza, la calidad de los alimentos y las economías rurales.
“O sea, la consigna ha sido producir para exportar, la mayor cantidad posible en la menor área posible, basándose en el desarrollo de sistemas intensivos y monocultivo que han sido “forzados” artificialmente y, finalmente, han deteriorado los sistemas naturales, olvidando los aspectos ambientales y sociales”, aseveró el documento de MAOCO.
El aparato público de apoyo a la producción agropecuaria campesina se ha venido debilitando, incluyendo los sistemas de investigación y asistencia técnica, la infraestructura de acopio y distribución de alimentos, la posibilidad de acceso a financiamiento y la intervención del Estado para garantizar precios justos a las familias agricultoras y consumidoras.
Dos décadas
Indica que ya en el primer gobierno de Oscar Arias (86-90), se decidió optar por la agricultura de cambio y desechar la reactivación de la producción nacional alimentaria, y esta tendencia se ha venido profundizando con las posiciones costarricenses en la OMC y en los distintos Tratados de Libre Comercio (TLC).
Incluso, en medio de la discusión del TLC con Estados Unidos, se seguía desvalorizando la agricultura familiar e insistiendo en la importación de alimentos baratos como solución al tema alimentario.
El documento suscrito por Carazo, explica que cosa muy diferente han hecho países desarrollados como Japón, Estados Unidos y la Unión Europea, que más bien han optado por proteger a toda costa la capacidad de producir su alimentación básica, como lo mencionó el propio presidente estadounidense: “¿Pueden ustedes imaginar un país que no sea capaz de garantizar alimentos suficientes para alimentar a su población? Sería una nación expuesta a presiones internacionales. Sería una nación vulnerable. Y por eso, cuando hablamos de la agricultura americana, en realidad hablamos de una cuestión de seguridad nacional”. Es claro que la política de subsidios a los agricultores estadounidenses es consistente con esa afirmación del presidente Bush.
“Volviendo a nuestro país, la agricultura familiar ha sido abandonada cuando no directamente atacada: muchas veces los gobernantes de turno nos dijeron que la agricultura familiar era ineficiente, y que debíamos cambiar a otras actividades más rentables o desaparecer”.
“Efectivamente, esto ha significado el debilitamiento de los sistemas productivos que daban vida a nuestras comunidades rurales, con la migración de miles de familias campesinas a las ciudades o a otros países a engrosar cinturones de miseria, la grave pérdida de semillas criollas, y la pérdida y desvalorización del enorme conocimiento campesino e indígena sobre la producción de alimentos desde una relación sustentable con la tierra y el bosque”.
A pesar de eso, desde la agroecología aplicada a la producción agropecuaria orgánica, miles de familias y organizaciones hemos insistido en recuperar, mantener y compartir nuestro conocimiento y recursos naturales mediante la reproducción de prácticas agropecuarias que producen una amplia variedad y cantidad de alimentos en armonía con la naturaleza, asegurando así la estabilidad de los sistemas agroecológicos y la soberanía alimentaria para nuestras familias y para todas las que consumen los alimentos que cultivamos.
La agricultura orgánica agroecológica se basa en sistemas de producción diversificados, que buscan la máxima eficiencia ambiental, energética y económica, y que parten de las necesidades alimentarias básicas de nuestra población en vez de centrarse únicamente en producir en forma intensiva para la exportación.
Las familias agricultoras garantizan así su propia alimentación, además de asegurar una oferta diversa y segura para las comunidades locales y el mercado nacional e internacional, que permite a las familias consumidoras contar con alimentos de calidad, nutritivos y saludables.
Como ejemplo, MAOCO cita un estudio del Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes de Cuba, que demuestra que “bajo sistemas de agricultura orgánica agroecológica una familia campesina de cuatro miembros, en un terreno de una hectárea, puede tener la capacidad de producir suficientes alimentos para alimentarse a sí misma y al menos a otras tres familias del mismo tamaño”.