Colombia: el TLC, ¿la estocada final para el agro?

Idioma Español
País Colombia

Ricardo Buitrago advierte, con cifras en mano, los peligros que podría representar para el sector agrícola el TLC si no hay un viraje en la negociación

Mientras escribo este artículo se adelanta la ronda bilateral agrícola del TLC en la ciudad de Washington y la percepción gremial del sector es la menos alentadora. Algunos bromean con que el gobierno los dejará colgados, otros son escépticos frente a los avances de esta mesa, dada la inflexibilidad de Estados Unidos y algunos ya proponen que se empiecen a tomar medidas contingentes para minimizar el impacto en los sectores perjudicados por este tratado.

Si para nuestros negociadores y el gobierno en general lo mejor que le puede pasar a Colombia es la firma de este tratado, ¿por qué esta preocupación? Veamos algunos datos que soportan este temor gremial (¿será solo gremial?).

La asimetría agrícola

El Producto Interno Bruto (PIB) sectorial estadounidense es 15,3 veces mayor que el nuestro; la superficie cultivada, 26,4 veces la colombiana; el valor de las exportaciones agropecuarias, 21,1 veces nuestras exportaciones, y el valor agregado por trabajador, 14,1 veces mayor.

Estados Unidos es el mayor productor y exportador de bienes agrícolas del mundo, en varios de los grupos de productos más importantes del agro contribuye con más del 15% de la producción mundial (carnes, cereales, fibras primarias y nueces). En algunos productos su participación en la producción mundial es aun más importante: en soya se acerca al 45%, y en maíz, al 40%. Es el mayor productor mundial de carne de aves, carne de res, maíz, sorgo, soya y aceite de soya; el segundo mayor de carne de cerdo, leche, huevos, miel y algodón; el cuarto de trigo, papa y tabaco

En el tema de transferencias (subsidios) la situación no es mejor, las diferencias son evidentes. El total de las transferencias de Estados Unidos asciende a USD 71.269 millones, que equivale al 51% del PIB sectorial, y las de Colombia, a USD 1.143 millones, equivalentes al 11% del PIB agrícola.

De otro lado, a partir de estudios realizados por el Ministerio de Agricultura, si entre 2000 y 2002 se hubiera eliminado la totalidad de los aranceles, restricciones y subsidios a la exportación, sin modificar las ayudas internas -como lo plantea el TLC con Estados Unidos-, los agricultores colombianos habrían visto reducidas sus transferencias en 77%, y los estadounidenses, solamente en 23%. Es una situación para preocuparse ¿cierto?

Si desde la perspectiva sectorial el panorama no es muy bueno, veámoslo desde las otras mesas "adelantadas" en la pasada ronda, que también son para preocuparse.

Propiedad intelectual

Según el informe de avance del Ministerio, en propiedad intelectual "En materia de biodiversidad se dio una amplia discusión sobre temas como recursos genéticos y material biológico, a partir de la cual podremos trabajar un texto que refleje los intereses andinos", ¡por favor! ONCE rondas y apenas ahora vamos a trabajar en un texto que refleje nuestros intereses.

La propiedad intelectual desempeña un papel esencial en la sociedad. Los Derechos de Propiedad Intelectual (DPI) estimulan la innovación al proteger la actividad intelectual, pero al mismo tiempo pueden auspiciar monopolios por demasiado tiempo cuando las condiciones de protección son demasiado rigurosas.

Países desarrollados, en particular Estados Unidos, consideran que el material biológico con información genética reproducible (plantas, animales que han sido objeto de investigación y desarrollo), da origen a una nueva forma de valor agregado susceptible de protección, razón por la que se han desarrollado nuevos esquemas de derechos de propiedad intelectual para el otorgamiento de títulos sobre estos desarrollos, bajo la forma de patente.

Dicho patentamiento tendería a generar incertidumbres y conflictos por la concesión de patentes a materias vivas que no cumplan los requisitos de novedad, altura inventiva y aplicabilidad industrial. En el TLC firmado con Chile y en el CAFTA se han sustituido los requisitos anteriores por los conceptos de "no evidente" y "útil", lo que disminuye los estándares para la concesión de patentes, y puede conducir a la ampliación del espectro de lo patentable (flexibilizando el patentamiento de los descubrimientos y no de los inventos), además de propiciar casos de biopiratería.

Estados Unidos no ha firmado el convenio de biodiversidad y, de firmarse el TLC en esas condiciones, se podría convertir en un mecanismo que impida la aplicación del convenio en el caso colombiano, ante lo cual quedaríamos descubiertos y sin protección en materia de biodiversidad. El sistema de protección de derechos intelectuales a través de patentes sobre productos biotecnológicos puede llegar a ser nocivo, especialmente en el sector agrícola, si las patentes conducen a la concentración en el uso de cultivos determinados o a la estandarización y la pérdida de la diversidad genética de las especies.

Medidas Sanitarias y Fitosanitarias

El informe del ministerio dice "EstadosUnidos presentó una nueva propuesta de texto, sobre la cual en principio se puede trabajar para que incluya los principales intereses andinos en esta negociación. El texto que se está discutiendo tiene los elementos para la construcción de una instancia permanente de resolución de problemas sanitarios, el reconocimiento de evaluaciones de riesgo y todo aquello que se requiera para lograr el acceso real de los productos."

Si apenas ahora se está "discutiendo" el texto, ¿cómo pretenden negociar acceso real al mercado para el sector agrícola en la ronda que se está adelantando? Me parece poco coherente la posición de "firmeza" de nuestro equipo negociador cuando deja abiertas semejantes brechas en una mesa que es de carácter ofensivo.

Instrumentos de protección

Con las pretensiones del equipo negociador estadounidense del desmonte del Sistema Andino de Franjas de Precios (SAFP) y la negativa de tratar sus subsidios en el TLC, la situación es aun más preocupante. En la investigación adelantada por el Ministerio de Agricultura sobre el impacto del TLC en el sector agrícola colombiano se ven unas cifras que son alarmantes.

En el informe se mencionan la Tasa de Protección Efectiva (TPE) y el Estimativo de Subsidios al Productor (ESP). La primera es un indicador del tamaño relativo de los incentivos otorgados a una actividad productiva como resultado de las políticas de intervención, y el segundo es un indicador de transferencias nominales. La TPE es una medida de transferencias efectivas.

Los investigadores hacen un cálculo entre las TPE y los ESP y plantean que en un escenario hipotético de negociaciones comerciales en el cual se elimine toda protección en frontera (aranceles), las TPE serían iguales a cero para la mayoría de los productos. En este escenario y de firmarse el TLC en las condiciones planteadas, sin el Sistema Andino de Franjas de Precios, los agricultores colombianos recibirían 13 centavos de dólar por tonelada de maíz, y de Estados Unidos, 28 dólares por tonelada; en el caso del arroz, sería de 9 centavos de dólar versus 99 dólares, y en la soya, 4 centavos de dólar versus 50 dólares por tonelada.

Bueno, esos son los datos y en esas condiciones estamos negociando. Debería estar preocupado sólo el sector agrícola, o ya es hora que la sociedad civil también se preocupe (bueno, es cierto que uno se preocupa en la medida en que cuenta con información).

Semana, Colombia, 13-8-05

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