Cambios y más cambios
"Con temperaturas de apenas algunos grados y un eslogan que reza “buen clima para las negociaciones”, empezó el lunes en la ciudad polaca de Poznan la XIV Conferencia de las Partes (COP 14) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático"
Empezó la COP 14 de Cambio Climático: ¿mecanismos de mercado o soluciones reales?
Con temperaturas de apenas algunos grados y un eslogan que reza “buen clima para las negociaciones”, empezó el lunes en la ciudad polaca de Poznan la XIV Conferencia de las Partes (COP 14) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Se espera que los 192 países firmantes de la Convención lleguen a un consenso final para combatir el cambio climático en la COP 15 de Copenague, Dinamarca, el año próximo. No obstante, para eso será necesario que en Poznan se alcancen algunos acuerdos, aseguran los especialistas.
Las negociaciones sobre adaptación y mitigación del cambio climático en el Sur global, la transferencia de fondos desde el Norte para alcanzar esos objetivos, la transferencia de tecnología para la producción sustentable en el Sur, las reducciones de emisiones de dióxido de carbono necesarias por parte de los países industrializados y los mecanismos propuestos como soluciones, serán algunos de los puntos centrales de esta conferencia.
Al mismo tiempo, la alianza “Justicia Climática Ya”, integrada por unas 140 organizaciones, movimientos y redes sociales ya empezó a trabajar en Poznan, a fin de hacer llegar a los gobiernos las demandas de los pueblos en materia climática.
Decenas de personas que trabajan en el marco de esta alianza se reunieron ayer. Hubo dirigentes indígenas de algunos países latinoamericanos y de la frontera entre Canadá y Estados Unidos, representantes del Transnational Institute de Holanda, de la Red del Tercer Mundo, de la Coalición Mundial por los Bosques y de Amigos de la Tierra Internacional, entre otros grupos. Se espera que en estos días lleguen algunos dirigentes de la Vía Campesina.
El primer período del Protocolo de Kioto (adoptado en 1997 y firmado por más de 180 Estados de la Convención), que va desde este año hasta 2012, obliga a los países ricos a reducir sus emisiones un 5 por ciento con respecto a los valores de 1990. En base a lo que han sido los estudios de los científicos del Panel Intergubenamental sobre Cambio Climático (de la Organización Mundial de Meteorología y el Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente), para 2020 las reducciones deberían ser de 25 a 40 por ciento. Alertan que en caso de alcanzarse sólo el mínimo, los riesgos de catástrofes climáticas serían muy grandes, especialmente para los países pobres, los más afectados por la actual crisis del clima.
La captura y almacenamiento de carbono en los monocultivos forestales, las plantaciones de árboles, las grandes centrales hidroeléctricas, las plantas nucleares y los agrocombustibles, entre otros, han sido las soluciones al cambio climático planteadas desde el Norte.
Numerosos movimientos y organizaciones sociales aseguran que estas propuestas son “falsas soluciones” de los países ricos para evitarse las reducciones radicales y urgentes de emisiones de gases de efecto invernadero que deben afrontar. Proponen, en cambio, las fuentes renovables de energía como la solar y la eólica, la eficiencia energética, dejar los combustibles fósiles bajo suelo, la soberanía alimentaria y la soberanía energética, y un cambio profundo del modelo de producción y consumo, a fin de que respete el medio ambiente y los derechos humanos.
La soberanía alimentaria es el derecho que tienen los pueblos a decidir qué alimentos producir, de qué forma y cómo comercializarlos, en contraposición al modelo alimentario impuesto por las grandes corporaciones del sector, la Organización Mundial del Comercio e instituciones financieras internacionales, entre otros actores. La soberanía energética, en tanto, implica el derecho de las poblaciones a decidir sobre las fuentes a utilizar, cómo generar la energía y en qué usarla.
Estas dos reivindicaciones ponen el énfasis en la pequeña escala, en las comunidades, y se nutren de la agricultura familiar, de la agroecología, de la producción orgánica, de la generación de energía por parte de los campesinos para la elaboración de los alimentos, a fin de abastecer el medio local, regional y nacional.
Los gobiernos negocian en Poznan sus soluciones al cambio climático. Por su parte, desde los movimientos y organizaciones sociales se demanda un cambio de modelo de vida frente a una crisis que es climática, pero también energética, alimentaria y financiera.