Brasil propone la creación de un fondo para proteger la Amazonia

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País Brasil

Brasil, que cuenta con la mayor selva tropical del mundo, pedirá esta semana a los países ricos en la conferencia sobre cambio climático de Nairobi, apoyo para desarrollar un plan destinado a disminuir la deforestación, dijo un responsable del sector medioambiental del país

El plan es el primer paso hacia la inclusión de la deforestación en los acuerdos globales para reducir las emisiones de carbono, un gas producido por la quema de combustibles fósiles y responsable del calentamiento del planeta.

Representantes de decenas de países se reúnen desde el lunes en Nairobi para celebrar la decimosegunda ronda de conversaciones sobre clima de las Naciones Unidas, iniciadas en 1992.

La reunión debe comenzar a diseñar una ampliación del Protocolo de Kyoto, el tratado que estableció en los países desarrollados límites obligatorios para la reducción de las emisiones de carbono.

El secretario de biodiversidad y selvas de Brasil, Joao Paulo Capobianco, dijo que su país presentará un plan para que las naciones ricas aporten dinero a un fondo que podría ser usado por los estados en vías de desarrollo que demuestren haber reducido las tasas de deforestación.

"Un país sólo tendría derecho a obtener recursos después de certificar el beneficio medioambiental", dijo Capobianco en una entrevista.

Los críticos han dicho que Brasil sólo quiere recibir fondos para proteger la Amazonia, la mayor selva tropical del mundo y que alberga a una cuarta parte de las especies del planeta.

Para Capobianco, la reducción de la deforestación es un modo barato y rápido de disminuir las emisiones globales de carbono, ya que casi un 20 por ciento de estas provienen de la quema de los árboles.

"Cuando Brasil aumenta la deforestación, la gente sale a las calles en Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia y gritan que Brasil tala", añadió. "La pregunta no es por qué invertirían ellos dinero en esto. La pregunta es ¿por qué no?".

Según el Protocolo de Kyoto, Brasil no puede obtener créditos por reducir la deforestación, aunque queme relativamente poco combustible. Un tercio de las emisiones de carbono del país provienen de los árboles derribados en la Amazonia.

En 2005, Brasil tuvo un área talada equivalente a la extensión de Israel. Capobianco señaló que el país redujo la deforestación en un tercio el año pasado y podría hacer más si recibiera créditos por las emisiones evitadas, que invertiría en crear nuevos modelos económicos para la selva.

"Las personas no deforestan la Amazonia porque odien los árboles", apuntó. "De hecho es muy caro y trabajoso. La gente lo hace para garantizar sus condiciones de vida".

El plan de Brasil necesitará el apoyo de otros países en vías desarrollo, que fueron excluídos de las reducciones obligatorias de emisiones de carbono para que puedan centrarse en su crecimiento económico y combatir la pobreza y las enfermedades.

Reuters, Internet, 7-11-06

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