Brasil: movimientos refuerzan combate contra la transposición
Las movilizaciones que marcaron los 505 años del río São Francisco y el reinicio de las protestas contra la transposición fueron terminadas con la conclusión de que, en realidad, éste es un proyecto que atiende a los intereses del Estado de Ceará
El entonces gobernador cearense Ciro Gomes proyectó los canales y arroyos, que esperan el agua del río para irrigar los negocios de la agro-exportación (camarón, flores, frutas). Ahora, estaría esperando la construcción de la transnordestina, que cortará todo el Estado recogiendo la producción para ser exportada por el Puerto de Pecém, instaurando un proyecto de desarrollo, que, para los movimientos, no llevará agua a los que tiene sed.
El manifiesto que salió de la movilización resalta que Ceará va a necesitar de mucha agua y ya tiene acequias y canales listos, sólo está esperando la obra para favorecer mega-proyectos orientados hacia la exportación. Por esto, Ciro Gomes estaría intentando imponer, a cualquier costo, el proyecto que destina el 70% del agua para la irrigación y solamente el 4% para la población difusa.
Fueron tres días de debates, movilizaciones y actos que marcaron el reinicio de la articulación popular contra la transposición del São Francisco, culminando con una caminata guiada por un alegórico surubí, de cerca de 50 metros, que, saliendo de la isla de Assunção, territorio pernambucano de los indios Truká, atravesó el puente y recorrió avenidas asfaltadas y callecitas de barro, rodeadas de los caseríos de Cabrobó (Pernambuco), para llegar a la vera del Río, donde los manifestantes celebraron el compromiso de defender la verdadera revitalización del "Velho Chico".
El surubí, que volvió por Cabrobó, ya había guiado la manifestación en Paulo Afonso (Bahía), celebrando los 505 años del descubrimiento del río, por el portugués Américo Vespucio. La protesta de los pescadores, indígenas, quilombolas, pequeños agricultores y ambientalistas, iniciado en la "Prainha", en la margen del Río, que también marcó un año de la huelga de hambre del obispo de la Diócesis de Barra, en Bahía, Fray Don Luiz Cappio, contra la transposición, fue finalizada frente a la oficina de Codevasf (Companía de Desarrollo del Valle del São Francisco), con la quema de cerca de 50 marcos de la obra arrancados del área por ribereños.
En la misma fecha, D. Luiz, que alcanzó fama internacional por el ayuno de 11 días, también celebró su cumpleaños número 60. En medio de las congratulaciones por su lucha por la revitalización del río, advirtió a los futuros gobernantes sobre la necesidad de escuchar a las poblaciones contrarias de la obra, que continúa suspendida por despachos preliminares del Supremo Tribunal Federal, obtenidos en acción conjunta de los Ministerios Públicos y organizaciones no gubernamentales de Bahía y Sergipe.
La huelga realizada del 26 de septiembre al 06 de octubre del año pasado, en Cabrobó, abrió camino para el diálogo y contribuyó a paralizar el proyecto. Para el ex-ministro de Articulación Política del gobierno federal y gobernador electo de Bahía, Jaques Wagner, que negoció el fin de la huelga, D. Luiz mandó un mensaje especial, recordando que ahora él ya no es más ministro del presidente Lula, sino gobernador electo "y Bahía se ha posicionado en contra de la transposición del Río".
La situación política terminó generando la única polémica de peso del Campamento de Formación del Bajo y Sub-Medio São Francisco organizado por la CPP, APOINME, MPA, IRPAA, MST y otras entidades, reuniendo a cientos de personas en Assunção, los días 05 y 06 de octubre.
Analistas de la coyuntura señalaron el voto a Lula en la segunda vuelta, como la mejor opción para los movimientos sociales y populares. Los dirigentes reaccionaron. Voces indígenas reclamaron respeto por la autonomía de los segmentos presentes, en la opinión de que el asunto no estaba en la pauta del encuentro.
El resultado de las discusiones sobre el proyecto popular para la Cuenca sanfranciscana será enviado al presidente Lula y al candidato electo en el segundo turno. Entre otros puntos, el documento defiende: el uso manejado y democrático del agua, para evitar la transposición; programa de revitalización pensado conjuntamente con las comunidades y no impuesto; atención especial hacia el Bajo y Sub-Medio, que más sufren las consecuencias de las represas; reforma agraria y agrícola apropiada; agroecología; convivencia con el semiárido y con el cerrado; preservación de la caatinga; agua para consumo humano, animal y para la producción; autonomía, con demarcación y ampliación de los territorios indígenas; exención del cobro del agua a las comunidades tradicionales y pequeños usuarios; recuperación de las lagunas marginales; no a la tilapicultura y a la carcinicultura; reducción de las tarifas de energía para la población; educación ambiental formal e informal, contextualizada y continuada; y nuevas fuentes de energía, sin represas, sin hidroeléctricas, ni usinas nucleares.
Traducción: moc.liamg@leinad.setnarrab