Brasil: indígenas van a Europa a denunciar violaciones derivadas de la Transposición
Una comisión formada por representantes de pueblos indígenas del Nordeste está en Europa desde el 24 de enero para denunciar ante instituciones internacionales las violaciones a sus derechos, derivadas de las obras de transposición del Río San Francisco
La Comisión tiene programado pasar por Italia, Suiza, Bélgica y Francia. Tienen previsto el regreso a Brasil para el próximo sábado, 6.
El pasado lunes (1), la comisión de la ‘Campaña Opará - Pueblos Indígenas en defensa del Río’ estuvo reunida con representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y del Consejo Mundial de Iglesias. Durante el encuentro, los indígenas reforzarán la necesidad de intervención internacional para que el Gobierno Brasileiro cumpla con su propia legislación y la Convención 169 de la OIT.
En esta oportunidad, la delegación de la Campaña Opará también entregó el informe "Pueblos Indígenas del Nordeste impactados con la transposición del río San Francisco", en que se denuncian todas las formas de violencia contra los pueblos indígenas, derivadas de la transposición y las transgresiones cometidas por el Gobierno Brasileiro en lo que respecta a los tratados internacionales y a la Constitución Federal.
Según Juliana Barros, abogada da la Asociación de Abogados de Trabajadores Rurales en el Estado de Bahía (AATR), uno de los puntos críticos descrito en el informe es la discriminación identitaria. "El Gobierno Brasileiro insiste en afirmar que en el Nordeste no existen indígenas. Una campaña difamatoria y discriminatoria está siendo divulgada a fin de negar la presencia de esa población. Lo más interesante es que el mismo Estado ignora la presencia de los pueblos indígenas está con procesos de demarcación avanzado en la Funai".
Además de no realizar la consulta previa e informada a los pueblos indígenas y del gobierno haber ignorado las decisiones del Comité de la Bacía (cuenca), la materia no fue apreciada por el Congreso Nacional. Otro impase es la negación de que las obras afectan los territorios indígenas. Aun con todas las irregularidades las obras están avanzado desde junio de 2007, afectando el ‘principio de precaución’.
"En primer lugar es necesario que el Supremo Tribunal Federal juzgue los procesos pendientes que denuncian las irregularidades de la transposición Mientras eso no sea realizado las obras deberían estar detenidas para que sea respetado el principio de precaución. Los daños son irreversibles y las ilegalidades son patentes", denuncia Juliana.
La abogada expresó que los pueblos indígenas deben continuar las acciones de movilización con la expectativa de que los organismos internacionales intervengan en la línea de exigir la regularización de la transposición y un cambio de postura del Gobierno. Las denuncias por la falta de juzgamiento y apreciación también deberán continuar."Lo que estamos presenciando es la falta de democracia de un Gobierno que tiene una postura autoritaria y dictatorial, hiriendo así los derechos humanos de los pueblos indígenas y demás grupos afectados por la transposición", alerta.
Según informaciones del Consejo Indigenista Misionero (Cimi), cerca del 15% de los trabajos de la transposición ya fueron terminados. Ello con apoyo del Ejército Brasileiro que está ocupando los territorios indígenas Truká e Pipipã para garantizar la continuidad de las obras.
Con las obras de la transposición los pueblos indígenas van a perder su fuente de vida y sobrevivencia. Ello porque el agua, la pesca y la floresta ciliar están siendo ampliamente perjudicadas. Los perjuicios deberán afecta a 33 pueblos indígenas de la región, además de diversas comunidades quilombolas* ribereñas y tradicionales.
* Quilombolas: eran comunidades de negros, constituidas por esclavos que huyendo de las haciendas y demás centros de explotación se organizaron de manera autónoma en la floresta, lejos de los centros de dominación colonial. Los descendientes de los pobladores de los quilombos se identifican como quilombolas.
Traducción: Ricardo Zúniga