Brasil impedirá actuar a 98 ONG's extranjeras
El Gobierno de Brasil impedirá actuar en el país a 98 organizaciones no gubernamentales (ONGs) extranjeras, en su mayoría en la zona de la Amazonía, por no registrarse y operar "de forma oscura" según publicó hoy el diario local O Estado de Sao Paulo
Según esta información, apenas 72 de estas entidades extranjeras del total de 170 que actúa en Brasil participaron del proceso de registro que efectuó el ministerio de Justicia hasta este último fin de semana.
Para el secretario nacional de Justicia, Romeu Tuma Junior, este hecho confirma la sospecha de que la mayoría de estas organizaciones operaba en el país "de forma oscura", sobre todo en la región amazónica, ya que ninguna de las ONG registradas está afincada en esa vasta zona del país.
En el inicio de 2008, el ministro de Justicia, Tarso Genro, encomendó a la Policía Federal analizar la actuación de estas organizaciones en la Amazonía para evitar delitos como la biopiratería, la exploración ilegal de recursos naturales o "agresiones a la soberanía nacional".
El Gobierno temía que la región se viera afectada por el interés de grupos extranjeros económicos o religiosos, por lo que dio el plazo para el registro, que terminó el pasado fin de semana.
En total, de las organizaciones registradas el 36,5% pertenece al estado de Sao Paulo, el 20% al estado de Río de Janeiro y el resto a la zona sur, centro y oeste del país.
Tras este proceso, a las 98 entidades que no entregaron la documentación requerida se les impedirá actuar en el país a no ser que se registren como organizaciones nacionales.
Hasta ahora, el ministerio no ha divulgado el nombre de las entidades registradas, ya que parte de la documentación todavía está siendo analizada y algunas solicitudes enviadas por correo aún podrían llegar en los próximos días.
Sin embargo, sí ha sido revelado que una de las ONG que no se ha mostrado interesada en el proceso de registro ha sido Cool Earth, una organización que venía estimulando la compra de grandes extensiones de tierra en la Amazonía con el pretexto de evitar la devastación ambiental.
Uno de los ideólogos de esta campaña es el millonario sueco Johan Eliasch, dueño de la multinacional Head, que en el año 2005 compró un área de cerca de 160 000 hectáreas para fines no comprobados de preservación.