Brasil cierra puertos de granos de Cargill en la amazonía
Brasil cerró un puerto de donde exporta granos la empresa transnacional Cargill en la Amazonía, por no contar con un estudio de impacto ambiental, que es un requisito legal
Agentes de la policía federal y de medio ambeinte, cerraron el puerto en sábado pasado, por orden del juez Souza Prudente,
El puerto está ubicado en la ciudad de Santarem, una ciudad de 250.000 personas en el Estado de Pará.
Cargill elaboró un estudio de impacto ambeintal, que no sigue los estándares de la ley brasileña.
Cargill abrió sus operaciones en Brasil en 1965, y está preparando una apelación a la decisión del juez, de acuerd a la vocero de la empresa Loru Johnson. Ella dice que la empresa se ha visto envuelta en una disputa entre los requerimientos de la autoridad estatal y federal. El puerto fue abierto con el permiso de las autoridades del Estado, añadió.
El procurador público de Santarem Felipe Fritz Braga dijo que este constituye un precedente importante en esta región, donde hay una notoria ausencia de gobernabilidad.
El puerto fue abierto hace 3 años con un costo de US$20 million y su objetivo es exportar la soya producida en la región, para suplir la demanda global por esta leguminosa. Los planes del gobierno son pavimentar una carretera desde la zona de mayor producción de soya en Matto Grosso, hasta Santarem. Hasta ahora esta carretera no es pavimentada, por lo que desde el puerto de Santarem se exporta al momento el 3% de la soya producida en el Brasil (que suma un total de 7 millones de toneladas al año). Cargill aspira exportar desde Santarem entre 2 y 3 millons de toneladas de soya.
Este puerto ya fue cerrado por 3 horas y medias gracias a la acción de la organización ambientalista Greenpeace. El coordinador de la campaña de amazonía de Greenpeace, Paulo Adario dijo que este es un gran día para la amazonía y su gente. Añadió que este hecho constituye un paso importante hacia reforzar la responsabilidad y la gobernanza en el uso de recursos naturales en la Amazonía.
La producción de soya es una de las responsables de la destrucción de la amazonía, que perdió 18 mil kilómetros cuadrados de sus bosques entre 2003 y 2004. Casi 12 mil kilómetros cuadrados de soya fueron sembrados en ese período.