Brasil: biodiversidad amenazada

Idioma Español
País Brasil

Con la mayor biodiversidad del planeta, tiene más de 200 especies amenazadas de extinción por la piratería, la deforestación y la contaminación del ambiente y los ríos por agrotóxicos, el combate a los cuales está en franca desventaja

Brasil, 04/05/05-El gobierno tiene en estudio hace más de un año un proyecto de ley sobre biopiratería, delito aún sin tipificar en el país, lo cual lleva a su juzgamiento como crimen ambiental, con penas benignas.

La legislación ambiental prevé sanciones de seis a 18 meses de prisión, casi siempre el condenado tiene la posibilidad de cumplirlas en libertad y muchas veces a los extranjeros se les permite irse tras firmar un documento de compromiso.

Un proyecto preparado a fines del 2003 por el Ministerio del Medio Ambiente tipifica el delito de biopiratería y prevé elevadas multas y hasta 12 años de prisión para los culpables.

El texto está hace más de un año bajo evaluación de la Casa Civil de la presidencia y el lento avance se atribuye a la multitud de intereses que involucra, al lobby de laboratorios privados por penas más bajas y hasta discrepancias en el gobierno.

El Ministerio de Justicia, según el diario O Globo, considera las penas previstas demasiado rigurosas, pues son mayores que las establecidas para otros delitos de mayor potencial ofensivo.

El combate a la biopiratería, además del vacío legal existente y de los medios cada vez más modernos que usan quienes la practican, se dificulta por la falta de recursos para combatirla.

La Amazonia, responsable por el 73 por ciento de la biodiversidad del planeta, alcanza en territorio brasileño una extensión de cinco millones 109 mil 812 kilómetros cuadrados, equivalentes a casi 70 por ciento del área total de ésta y 60 por ciento de la de Brasil.

Sin embargo, para vigilar tan extensa región, el Institututo del Medio ambiente sólo dispone de 360 fiscales y la Policía Federal de apenas 20 agentes.

Brasil origina un 10 por ciento del tráfico mundial de animales, en lo cual actúan de 450 a 500 bandas que retiran de la naturaleza unos 38 millones de ejemplares por año, según el ambientalista Dener Giovanini, segundo brasileño que recibe el Premio Sasakawa del Programa de Medio Ambiente de la ONU.

Giovanini declaró al diario Jornal do Brasil que de cada 10 animales capturados, sólo uno sobrevive.

Aseguró que el tráfico de especies protegidas, muchas veces vinculado al de piedras preciosas y de drogas, sólo es superado en lucro obtenido por este último y por el de armas, y agregó que la escasa repercusión que tuvo aquí su premio es indicativa de que apenas se está comenzando en la lucha contra ese fenómeno.

Asimismo estimó que, para combatir esta práctica ilícita, la legislación ambiental brasileña no es buena, pues "es bonita por fuera, pero prácticamente no se aplica", además de que las penas alternativas que prevé "no asustan a personas involucradas en la tercera actividad más lucrativa del mundo".

Según Giovanini, el 60 por ciento de los animales capturados en Brasil abastecen el mercado interno y el resto se destina principalmente a Estados Unidos, Europa y algunos países de Africa.

Existen muchos ejemplos de los problemas que enfrenta el combate a la biopiratería, como el del alemán Marc Baumgarten, detenido en febrero del 2001 con un cargamento de arañas cangrejeras y liberado porque el Ministerio Público consideró que esos insectos no entran en la definición de animales silvestres.

En el 2003 se descubrió que Baumgarten contrataba niños para capturar arañas, a quienes pagaba poco más de un dólar por ejemplar, con el resultado de que varios de ellos fueron picados por los insectos.

Una investigación más detallada detectó que él había entrado en Brasil 10 veces desde 1994 y que vendía las especies capturadas por valores que llegaban hasta más de tres mil euros el ejemplar.

Los modernos recursos tecnológicos usados por los traficantes son otro problema.

En febrero pasado, los alemanes Dirk Helmut Reinecke y Tino Hummel fueron detenidos en Manaus con un cargamento de peces amazónicos de venta prohibida.

El descubrimiento fue casual, debido a que la Policía Federal sospechó de la cantidad de piezas de equipaje que cargaban y decidió abrir las cajas, en las cuales se hallaron 280 peces de 18 especies, algunas aún no catalogadas.

El contrabando no se detectó por los procedimientos habituales porque revistieron las cajas de poliespuma de un tipo de aluminio inexistente en Brasil que impedía detectar su contenido por la máquina de rayos X.

A esto se suma que, de acuerdo con la estimación oficial en Brasil, la Amazonia ya perdió 16,3 por ciento de cobertura forestal debido a la indiscriminada y muchas veces ilegal explotación maderera, mineral, ganadera y agrícola.

Carlos Nobre, del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales, admite que Brasil tiene la mayor área deforestada del mundo en función de su tamaño.

Madrid Digital, Internet, 4-5-05

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