Biotecnología: Greenpeace frenó dos embarques al Brasil
Greenpeace logró un polémico fallo judicial que impidió la descarga de maíz argentino. Los argumentos de la organización ecologista
La organización ecologista Greenpeace trabó en Brasil, por medio de una medida judicial, el desembarco de dos cargamentos de maíz argentino aduciendo que contenían granos transgénicos. La noticia sorprendió a los exportadores, que esta campaña ya habían colocado 800.000 toneladas de maíz en ese destino, donde nunca se habían adoptado restricciones por el hecho de que en la Argentina se utilicen maíces Bt. Y más todavía por que los Bt aprobados para la siembra están aceptados por la Unión Europea, que es donde hay más resistencia a los organismos genéticamente modificados.
Ahora los exportadores están desviando los barcos que habían destinado al Brasil para evitar el mismo problema. La cuestión no se reflejó en el mercado porque el maíz argentino tiene más de 50 países de destino. El problema es más serio para los productores de aves y cerdos brasileños, que tendrán que apelar a granos forrajeros más caros. Tienen dos alternativas: usar otros granos, o comprar maíz con certificado "no GMO". En la Argentina se consigue. Algunos exportadores están ofreciendo -con buenos sobreprecios- maíz con garantía de no transgénico para ciertos mercados, como los snacks europeos. También podrían comprarlo en EE.UU., que está segregando estos materiales, pero en este caso tendrían que pagar, además de la prima, los derechos de importación del 13%, que corresponden a los productos de extra zona Mercosur. Más el mayor costo de los fletes. Pero la Argentina también sufre un daño. Por primera vez, se frenaban exportaciones locales por acciones contra los transgénicos. Por eso le propusimos a Greenpeace que aclare los motivos de su actitud. Emiliano Ezcurra Estrada, coordinador de la campaña de Biodiversidad, vino a la redacción de Clarín Rural. El diálogo fue duro, de entrada.
-¿Por qué no dejaron descargar el maíz argentino en Brasil?
-La explicación la tienen que dar los semilleros. Ellos vendieron la semilla que dio origen a que haya maíz transgénico en la Argentina.
-Bueno, pero Greenpeace es la que inició la acción judicial en Brasil....
-En Brasil hay una ley de 1995 que establece que tiene que haber autorización de tres ministerios para el ingreso de organismos vivos genéticamente modificados. Lo que hicimos fue demostrar que se ha violado la ley, porque la empresa importadora (la avícola Perdigao) no dió esos pasos. El juez al que nos presentamos tuvo que hacer cumplir la ley. En Brasil los transgénicos están prohibidos y nosotros exigimos que se aplique la ley.
-Están prohibidos para sembrar, no para consumo. Y los acuerdos de Montreal de febrero pasado establecen criterios para ponerse de acuerdo en el comercio de transgénicos.
-Nosotros hemos acudido ante el juez y presentamos un recurso. El juez consideró que la sospecha de que ese cargamento podía contener transgénicos estaba fundada. Y obró en consecuencia. En todo caso que las empresas semilleras les expliquen a los productores porqué les venden transgénicos.
-Los productores los adoptan porque les generan beneficios, nadie los obliga a sembrarlos...
-Pero hay que ver también los perjuicios. Con este avance de la soja resistente estamos rociando medio país con Roundup, y la presión selectiva sobre las malezas va a ser un problema.
-Puede ser. Pero gracias a la RR y el Roundup terminamos con las malezas perennes, como el sorgo de alepo y el gramón, que además eran especies exóticas. Y se facilitó la siembra directa, con lo que se controló la erosión de los suelos.
-La siembra directa sería interesante si se hace con menos cantidad de insumos. Hay que hacer siembra directa apuntando a producir orgánicos. En ambos casos hay un campo enorme por descubrir. Nos gustaría ver un INTA mucho más agresivo en agricultura orgánica, que invierta mucho dinero en este desarrollo. Siembra directa sí, pero alejándose de los agroquímicos.
-Bueno, es lo que pasó con la soja resistente: el glifosato es más amigable con el medio ambiente que otros herbicidas. Y los maíces Bt justamente evitan o reducen el uso de insecticidas.
-Nosotros desde siempre estamos en contra de la utilización masiva de agroquímicos en la agricultura. Pero los OGM plantean otro riesgo. Es como pasar de los CFC (cloro fluo carbonos) a los HFC (hidroxi fluo carbonos), que fue la propuesta de las industrias cuando exigimos la eliminación de los CFC. Los HFC no tienen cloro, pero producen gases de efecto invernadero. Los OGM son peligrosos para la biodiversidad y la nutrición.
-No los que han sido aprobados y liberados al mercado, según las pruebas científicas.
-Para nosotros no son suficientes. No se trata de frenar porque sí. Lo que queremos es crear condiciones para otra agricultura. Queremos el menor uso de agroquímicos y de semillas patentadas por las empresas.
-Insisto: ¿qué pruebas les resultarían suficientes tanto en el plano del medio ambiente como de la nutrición.
-El tema es otro. Nuestro objetivo es lograr un sistema de producción de alimentos más justo, para que los que los comemos avancemos hacia un futuro cada vez menos dependiente de los productos químicos y semillas patentadas, que generan concentración del poder en un grupo de empresas. Nuestra tierra está cada vez más en manos de menos gente; un productor necesita cada vez más hectáreas para ser sustentable. Necesitamos reacomodar la agricultura con la idea de revertir estos efectos negativos. Necesitamos más brazos, no menos gente. Suena lindo, romántico, y no creo que las multinacionales estén en esto. En otros rubros pasan cosas: por ejemplo, Shell tiene una pizca metida en energía solar y eólica.
-¿Qué, para Greenpeace las petroleras son buenas.
-No, son pésimas. Pero los que están biotecnología no hacen nada. ¿Porqué no invierten en algo nuevo que no dependa de ningún insumo?.
-Qué habría que esperar en el futuro para los OGMs
-La prioridad de Greenpeace en la Argentina no está en los transgénicos. Tenemos tres temas donde concentramos el esfuerzo: la contaminación del agua, la selva de Yungas y la merluza.
HECTOR A. HUERGO
Diario Clarín, Suplemeto Rural, Argentina
Sábado 10 de junio de 2000