Avalan grupos campesinos declaración de zonas libres de transgénicos en comunidades rurales
La Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) y Vía Campesina se manifestaron en favor de la declaración de zonas libres de transgénicos en las comunidades rurales y convocaron a diversos grupos a integrar comités en defensa de las semillas criollas de maíz, así como a rescatar variedades nativas del grano mediante el fitomejoramiento participativo
Insistieron en la construcción de acciones conjuntas de todos los sectores de la sociedad para defender la soberanía alimentaria, generar el interés público y el compromiso institucional de los poderes Ejecutivo y Legislativo para “que haya instituciones que generen el servicio de consumo popular, impongan un control de precios de los alimentos de consumo popular, se invierta en el campo y frenen las importaciones indiscriminadas de alimentos”.
En la declaración del foro Crisis alimentaria, agrocombustibles y agricultura campesina, ambas organizaciones asentaron que la pobreza de campesinos e indígenas y su limitado o nulo acceso a derechos económicos y sociales no cambiará mientras se carezca de una verdadera inversión productiva y continúe el descenso en la producción de alimentos.
“La crisis alimentaria amenaza la soberanía de los pueblos y deja en las trasnacionales el control de la producción de los alimentos, las cuales además concentran grandes ganancias”, abundaron.
Desmintieron que las semillas genéticamente modificadas sean la “panacea” para aumentar la producción de alimentos. En Chiapas, abundaron, ya se pueden constatar los efectos negativos por el uso no permitido de esas semillas o por la multiplicación de las semillas mejoradas. “Muchas variedades de los maíces nativos que tienen adaptabilidad, resistencia, rusticidad y productividad están desapareciendo porque son sustituidas por maíces mejorados, híbridos y transgénicos”, advirtieron.
UNORCA y Vía Campesina se pronunciaron en contra del uso de granos y oleaginosas para la producción de agrocombustibles, los cuales “son una amenaza para los pueblos. Las políticas oficiales que impulsan la producción de éstos deben ser revisadas críticamente a la luz delabandono de la soberanía alimentaria”, acotaron.