Atan de mano la soberanía y nacionalidad nicaragüenses

Idioma Español
País Nicaragua

Después de una votación crítica, 217 contra 215 votos, ratifican el Tratado de Libre Comecio con Cenroamérica y República Dominicana en el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica; de esta manera, Nicaragua y el resto de centroamérica, excluyendo a Costa Rica, confirman el DR-CAFTA

Los parlamentarios nicaragüenses, con la estafeta del servilismo en la mano, condenan a los pequeños y medianos productores con la aprobación del TLC con Norteamérica.

Consideramos que es una condena, porque el presidente Bush siempre ha dicho que lo que importa son los 41.8 millones de consumidores que conforman estos países, lo que nos demuestra que para la administración Bush lo comercial es prioridad, sin importarle los efectos sociales positivos o negativos (que serán los más) que resulten de esta firma.

Así que el pasado lunes 10 de octubre del año en curso, con 49 votos, la asamblea nacional aprueba el fulminante tratado comercial. Dicho acto no es más que una traición a la patria, pues con ello le entregan la soberanía y nuestros recursos al gran capital transnacional. Desde los años '80, la administración norteamericana ha venido aplicando ajustes (desajustes) estructurales en lo económico y social con los famosos ESAF, con los que desarticuló a los estados y las economías nacionales y con ello el andamiaje productivo. Esto ha sido la estrategia previa a la exigencia de la firma del TLC; firma exigida con la amenaza de no desembolsar los financiamientos para mejora de infraestructuras como la vial y portuarias, entre otras, con lo que continúan endeudando las economías nacionales y por lo tanto a nuestros pueblos. Garantizando así, la más rápida y mejor movilidad de mercancía, lo que beneficia únicamente a las empresas transnacionales.

Consideramos esto como una entrega sutil de nuestra pobre nación, puesto que no tenemos ningún mecanismo de protección para enfrentar la embestida y vejamen que trae consigo este intercambio comercial desigual y desde ya injusto.

Esta consideración se debe a que, en primer lugar, productos agrícolas subsidiados norteamericanos entrarán sin arancel alguno a Nicaragua, y por otro lado; Nicaragua importa el 202.14 % de lo que exporta, en tanto los Estados Unidos 12.4 %. Esto relativo a Centroamérica. La economía de los EE.UU., representa el 25 % del PIB mundial en comparación con la de Centroamérica que apenas es el 0.2 % del PIB mundial. Esto sólo como un ejemplo.

Creemos que el tratado no es más que un proyecto estratégico de neocolonizar en lo comercial, económico y social a la sub-región, como lo deja establecido la ley de implementación de este acuerdo, aprobada por el congreso de los EE.UU. en su sección 102, titulada "Relación del Acuerdo con la Legislación de Estados Unidos ( Federal ) y de los Estados" y que expresa lo siguiente: "La normativa estadounidense ( federal y Estatal ) prevalece sobre cualquier precepto del CAFTA; todas las disposiciones que sean inconsistentes con la normativa federal quedan sin efecto; nada del Acuerdo podrá alterar o modificar la legislación Federal ni la de los Estados; ninguna persona privada podrá demandar a los EE.UU. a ningún nivel de sus formas de gobiernos".

En síntesis EE.UU. quiere vender, pero no quiere comprar; quiere que sus serviles pro capitales transnacionales, modifiquen las estructuras de los países con los cuales negocia, pero sin tocar ellos su sistema interno.

Por otra parte, la economía estadounidense, es 4,600 veces mayor que la nicaragüense y 180 veces mayor que la de toda Centroamérica. Como si esto fuera poco, pretenden imponer cuotas a nuestra poca capacidad exportadora: con la firma del TLC nos permitirán vender 132,000 k. de azúcar, lo que representa apenas un 3 % de la oferta exportable de este producto, ya vendemos 484,000; en queso nos concederán un 4 % más de nuestra oferta exportable, ya exportamos 19,250 de 352,000, nuestra disponibilidad.

Entonces, en síntesis, consideramos que eso no es un tratado de libre comercio, sino un tratado para libre consumo. Por lo tanto, teniendo en cuenta dichas condiciones, no será posible generar puestos de trabajo dignos, sino, más bien, continuar entregándonos a los inversionistas de maquilas, generadores de trabajo chatarra. Dicho en otras palabras, trabajarle a los chinos para comprarles a los gringos.

Con este análisis del tratado, es que decimos que con esta firma se promovió una traición a la nación, a la sociedad nicaragüense y a la clase trabajadora. Están entregándoles en bandeja al capital salvaje, nuestros recursos, nuestra riqueza natural, nuestra biodiversidad y nuestra fuerza de trabajo.

Algunos de estos datos fueron tomados de ponencias de los doctores Oscar René Vargas y Orlando Núñez Soto.

UNI Américas, Internet, 24-20-05

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