Argentina: luz verde a la minería en La Rioja
El gobernador dejó sin efecto una ley que prohibía la minería a cielo abierto. Las asambleas ciudadanas declararon el estado de movilización. Las empresas del sector festejaron la vía libre
“El verdadero tesoro del cerro Famatina es el agua. Estamos en contra de que nos contaminen la tierra y el agua. Estamos en defensa de la vida”, afirmó el 29 de agosto de 2006 el entonces vicegobernador de La Rioja, Luis Beder Herrera. La crónica periodística lo muestra rodeado de alumnos y con una pancarta contundente: “No a la minería”. Herrera se había transformado en opositor al gobernador de entonces, Angel Maza –que fomentaba la minería en la provincia–, aprovechaba la movilización ambiental de los departamentos afectados y se mostraba como un ambientalista a ultranza. Seis meses después, impulsó la destitución de Maza y prohibió la minería a gran escala. Sólo dos años después, Beder Herrera –ahora como gobernador– vetó la ley que prohibía la minería, se reunió con funcionarios nacionales para impulsar la extracción de minerales y recibió elogios de empresarios del sector. La compañía canadiense Barrick Gold, líder mundial en minería, ya tiene permiso de exploración en el cerro Famatina, el mismo que Beder Herrera prometía proteger.
El valle de Famatina está ubicado a 230 kilómetros de la capital riojana, al norte provincial. Región turística y productiva, con viñedos, olivos, nogales y frutales, es una cadena montañosa con una altura máxima de 6250 metros, que atraviesa cinco departamentos. En esas mismas montañas, de donde bajan los ríos que proveen de agua a toda la región, Barrick Gold comenzó un proceso de exploración en 2006 con el fin de extraer oro, cobre y plata.
Para la obtención de este tipo de mineral se utiliza, por rentabilidad, un sistema de extracción llamado “a cielo abierto”. Se trata de continuas y enormes explosiones de rocas, millones de litros de agua y sopas ácidas (muchas veces con una sustancia contaminante como el cianuro) que producen un cóctel acusado de contaminar aire, suelo y napas subterráneas. Cuando a fines de 2006 los vecinos de Chilecito y Famatina comenzaron a observar las camionetas de Barrick, comenzó la organización, con movilizaciones y cortes de ruta.
Beder Herrera aprovechó la embestida contra el gobernador Maza y, desde la Legislatura que comandaba, apuntó a su (ex) socio político y compañero de fórmula. Lo sindicó como culpable de la avanzada minera, denunció negociados entre el gobierno provincial y Barrick, y sancionó tres leyes (reclamadas por las asambleas, pero con un contenido más suave) con mayoría propia en el recinto: la prohibición de explotación minera a cielo abierto con uso de cianuro o cualquier otra sustancia contaminante (Ley 8137), la convocatoria a consulta popular vinculante para el 29 de julio de 2007 en los departamentos de Chilecito y Famatina sobre la explotación minera (8138) y la creación de una comisión investigadora que indague los pormenores del contrato que une a Barrick y la provincia (8139). Aprobadas el 8 de marzo de 2007, fueron la antesala de la destitución del gobernador Maza, y posterior asunción de Herrera.
La desconfianza hacia la novedosa conciencia ambiental de la dirigencia política riojana comenzó a justificarse a poco de andar el gobierno. En noviembre de 2007, Beder Herrera se sinceró ante la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM). Adelantó que su gobierno acompañaba el desarrollo minero y que en su provincia no habría prohibición para la actividad. El 8 de agosto último cumplió su palabra. Con mayoría en la Cámara, derogó dos de las tres leyes (prohibición minera y consulta popular vinculante).
“Imaginábamos que sucedería esto. Nunca se creyó en el discurso de los políticos. Nunca tuvieron en cuenta nuestras propuestas de ley”, explicó Marcela Crabbe, de la Asamblea Ciudadanos por la Vida de Chilecito. Afirmó que redoblarán la movilización vecinal, recordó que está en juego el agua de la región (según estudios de la organización, el río que baja del cerro tiene un caudal de 476 litros por segundo, mientras un proyecto minero necesitaría mil litros por segundo) y responsabilizó a los gobiernos (municipal, provincial y nacional) por las intimidaciones, atentados y judicialización que sufren a diario.
El gobernador Beder Herrera no habló sobre el tema, pero también se mostró activo. Seis díasdespués de la anulación de las leyes firmó un convenio que permite la prospección y exploración minera en distintas zonas de La Rioja, entre ellas el cordón del cerro Famatina.
Cuando La Rioja sancionó la ley de prohibición minera, el 8 de marzo de 2007, los 21 diputados presentes en la Cámara votaron de manera unánime a favor de la norma. El 7 de agosto último, nueve de esos diputados cambiaron súbitamente de opinión, permitieron la actividad minera y desecharon las posibilidades de consulta popular alguna. El Diario de Sesiones da cuenta de la mutación que sufrieron. “Es incontrastable la entrega del patrimonio minero de todos los riojanos, porque si se explota de la manera que se viene haciendo en otras provincia argentinas, si se lo explota al cerro Famatina, no quedará nada. Pero el principal defecto que tiene esta forma de explotación minera a cielo abierto es que provoca una contaminación en el ambiente, se introduce en las capas freáticas y provoca muerte”, afirmaba indignado el diputado Mario Guzmán Soria. Y advertía sobre lo que podría suceder con la flamante norma. “Para que esta ley no sea objeto de una manipulación económica o política y sea derogada al otro día, es menester someterla a consulta de los pueblos de Chilecito y Famatina. Que sea el propio pueblo que diga si es menester que tenga o no vigencia la ley”.
Como titular de la bancada justicialista, Guzmán Soria –-fiel socio de Beder Herrera-- puso trabas a la realización de la consulta popular y fue la voz principal de la anulación de la ley. Sin recordar los efectos ambientales y sanitarios que él mismo había citado pocos meses atrás, argumentó: “Este Gobierno tiene interés en promocionar la minería, al igual que quien les habla, porque entiende que si no hay inversiones mineras en La Rioja vamos a postergar el desarrollo de nuestra provincia por generaciones”.
Otro ejemplo es el diputado Américo Barrios, uno de los discursos más duros en 2007. “En La Rioja tenemos la historia ya de la explotación minera en Chilecito, cuando los ingleses nos llevaron las riquezas. Mucha gente humilde de los pueblos, amigos, vecinos, nuestros abuelos o bisabuelos sufrieron, fueron explotados, marginados y maltratados para que otros se enriquezcan, pero las revoluciones políticas se hacen recordando la historia y defendiendo primero y principal el patrimonio. Tenemos que denunciar que esto es un robo, es un asalto de guantes blancos”, gritaba desaforado Barrios y denunciaba la contaminación. Sólo dieciocho meses después, el diputado Américo Barrios también votó a favor de las empresas mineras.
La diputada Teresita Luna había sido otra de las voces críticas. “No podemos permitir que se entregue la riqueza, el patrimonio de La Rioja a una multinacional. No permitamos que nos sigan robando el futuro de nuestros hijos, que no nos sigan robando la vida, que no nos roben el agua, que no nos contaminen. Votamos contra la explotación a cielo abierto porque preservamos la salud de nuestros habitantes y nuestra agricultura”. El 8 de agosto no votó a favor ni en contra en la sesión, pero sonrió cuando derogaron la ley. Estaba sentada frente a los diputados: es actual presidenta de la Legislatura, vicegobernadora e impulsa la minería en La Rioja.