Argentina: en cuatro años, el desmonte de bosques creció casi el 42%

Idioma Español
País Argentina

A contrapelo de las exhortaciones de científicos y ambientalistas, en la Argentina se desmontan cada vez más bosques, y a mayor velocidad: entre 2002 y 2006, la deforestación creció casi un 42% respecto del período que va de 1998 a 2002

Los datos de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación son preliminares, y aún no incluyen la provincia de Misiones ni los bosques de caldenes de La Pampa. Únicamente los andino-patagónicos se mantienen estables, y las masas de ñires se habrían extendido.

En 1998, cuando se realizó el "Primer Inventario Nacional de Bosques Nativos", las selvas y montes de Salta, Chaco, Formosa, Santa Fe, Santiago del Estero y Córdoba sumaban 23.688.921 hectáreas. Apenas ocho años después habían perdido casi el 10%. Entre 1998 y 2002 desaparecieron 781.930 hectáreas. Pero en los últimos cuatro años, el proceso se acentuó y la tala arrasó con 1.108.669 hectáreas, en su gran mayoría, ahora con soja.

Con estas cifras, la tasa de deforestación de la Argentina —que mide el porcentaje de pérdida anual respecto de la superficie remanente— resulta seis veces más alta que el promedio mundial.

A cargo del relevamiento está la Unidad de Monitoreo del Sistema de Evaluación Forestal de la Dirección de Bosques, que coordina la ingeniera Celina Montenegro. Su equipo recibe las fotos satelitales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, las procesa a formatos "legibles", y les aporta la georreferenciación, lo que implica darles coordenadas, para establecer así las correlaciones entre las imágenes y los mapas.

"El avance más importante de la frontera agropecuaria se produjo en la región del Parque Chaqueño", señala Montenegro. Santiago del Estero encabeza el ranking de desmonte: 515.228 hectáreas en estos cuatro años, lo que significa un 71,61% más que entre 1998 y 2002. Las nuevas peladuras que se ven en los mapas satelitales se concentran en el este, el noroeste y el sur.

Pero la mayor aceleración se registra en Salta, donde, en este lapso, la desaparición de masa boscosa (414.934 hectáreas) fue un 113,45% mayor que entre 1998 y 2002. Sólo el departamento de Anta perdió 239.681 hectáreas.

El ritmo sigue incrementándose: Greenpeace relevó que desde diciembre hasta la fecha, el gobierno salteño convocó a audiencias públicas para autorizar desmontes por un total de 195.941 hectáreas. "Ni siquiera se aprovechan los productos forestales, los árboles se arrancan de raíz", observa el ingeniero Enrique Wabo.

El desmonte más intenso se produjo en la franja de transición entre el Parque Chaqueño y las Yungas. Pero en esta selva se observa también un descenso de la cubierta boscosa, que contribuyó a causar el desastre de Tartagal, la grave inundación producida en abril de 2006.

No es sólo la tala masiva lo que acarrea problemas ambientales y, por lo tanto, también económicos y sociales (ver Las consecuencias...). El informe final incluirá también datos sobre degradación de los bosques —cuando se extraen las especies más importantes, lo que reduce la diversidad— y sobre fragmentación, con consecuencias similares.

¿Mejoró algo en estos cuatro años? "Nuestra técnica y, por lo tanto, la información", ironiza el director de Bosques, ingeniero Jorge Menéndez. Como ventana a la esperanza apunta que "la Secretaría de Ambiente está marcando una política, al apoyar la sanción de la ley de presupuestos mínimos para proteger los bosques nativos. Además, estamos trabajando en otra iniciativa, de promoción al manejo forestal sustentable de los bosques nativos".

Pero el proyecto que impone restricciones al desmonte, sancionado por Diputados, está frenado por los senadores de ocho provincias, sobre todo Salta, Formosa y Misiones. Entretanto, se pierde un promedio de 821 hectáreas de bosques por día, es decir, 34 hectáreas por hora. "Con esta información —apunta Menéndez— estamos vacunando muy fuertemente a la opinión pública".

moc.niralc@spmacs

Clarín, Argentina, 25-06-07

 

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