Argentina: con el control a otra parte
El gobierno uruguayo no aceptará controles argentinos en la planta de UPM (ex Botnia). Así lo anticipó ayer el canciller Luis Almagro, al rechazar la propuesta presentada por la Argentina para la vigilancia ambiental de la papelera
El gobierno uruguayo no aceptará controles argentinos en la planta de UPM (ex Botnia). Así lo anticipó ayer el canciller Luis Almagro, al rechazar la propuesta presentada por la Argentina para la vigilancia ambiental de la papelera. Almagro dijo que el plan “excede la competencia de la Comisión Administradora del Río Uruguay”. Más directa, la ministra de Vivienda y Medio Ambiente, Graciela Muslera, especificó que el cuestionamiento se debe a que es “un plan de monitoreo en la planta y no en el río”.
La Cancillería y la Secretaría de Medio Ambiente argentinas presentaron esta semana un proyecto de vigilancia “integral y continua” de la megaplanta, para poner en marcha lo dispuesto por el fallo de La Haya. Además pidieron que la CARU (inactiva desde 2006 a raíz del conflicto, pero que el tribunal internacional ordenó reactivar) se reúna el próximo lunes para tratar el tema.
La respuesta de los uruguayos llegó ayer a través del canciller Almagro, quien marcó el terreno. “No nos podemos exceder de las competencias de la CARU ni del fallo. Lo cumplimos y fortalecemos, pero el fallo refiere al monitoreo de la calidad de las aguas y no vamos a excedernos de eso”, declaró a los diarios de Montevideo.
Los funcionarios argentinos trataron de ocultar su malestar por la reacción uruguaya. Se cuidaron de no echar leña al fuego, pero en privado marcaron que el tema deberá ser negociado en el ámbito de la CARU. “La Corte de La Haya llamó a los dos países a ponerse de acuerdo en el control ambiental, y eso necesariamente implicará una negociación”, definieron.
La decisión sobre dónde se tomarán las muestras para controlar a la papelera es clave. Hasta ahora, los técnicos argentinos sólo han podido tomarlas del lado argentino del río. Así detectaron la presencia de una serie de sustancias tóxicas; sin embargo, en el juicio de La Haya, los jueces consideraron que no estaba probado que esos tóxicos procedieran de Botnia. Es claro que el modo más seguro de controlar a la pastera es el de analizar los efluentes en el lugar donde la papelera los vuelca al río.
Si en la reunión de la CARU del próximo lunes no hay avances, la discusión quedará abierta para la reunión que los presidentes Cristina Kirchner y José Mujica tienen prevista realizar el 4 de junio, en la quinta de Anchorena. En ese encuentro, los mandatarios estarán acompañados por sus gabinetes, con una agenda de dieciocho temas, entre ellos el del control del río. En Gualeguaychú, donde la asamblea ambiental se prepara para discutir este domingo cómo seguirá con su reclamo, la noticia no cayó bien. Los asambleístas están convencidos de que Botnia es un “estado” dentro del Uruguay y denuncian que ni siquiera la Dinama uruguaya ha podido tomar muestras dentro de la pastera.