Argentina: aumentan los casos de cáncer en zonas cercanas a cultivos transgénicos
Un aumento de casos de cáncer, malformaciones y abortos se han encontrado en regiones cercanas a donde se realiza el cultivo de soya transgénica en Argentina, el cual está asociado con el uso del herbicida glifosato, señaló Andrés Carrasco.
El investigador, jefe del laboratorio de Embriología Molecular de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, Argentina, y becario Guggenheim desde 2005, es autor del estudio Los efectos teratogénicos y genotóxicos del glifosato, un químico usado como herbicida en cultivos transgénicos en las líneas Round Up-Ready.
Detalló que los médicos de campo empezaron a hacer observaciones sobre esa situación en el norte y centro de esa nación, en las provincias de Paraná, sur de Santa Fe y Córdoba, zonas de producción de soya.
Explicó que de acuerdo con diversos estudios, en diez años se triplicaron las malformaciones en extremidades, cara y abdomen, hubo aumento de leucemias y otros tipos de cáncer. Incluso, un organismo del ministerio de salud estudió 27 tipos de malformaciones y encontró que en la zona centro del país aumentaron dichas anomalías.
Existe una correlación entre el momento en que comenzó a cultivarse –en 1996– y a crecer la superficie sembrada de soya transgénica con el incremento de estos problemas de salud en la población, sostuvo.
Actualmente en ese país se cultivan en total 23 millones de hectáreas de soya, algodón y maíz transgénico.
Los estudios indican que comparados los primeros 10 años de este siglo con los del pasado, ahora hay ciento por ciento más de leucemias y 400 por ciento más de malformaciones; el punto de disparo es poco después de 1996, cuando empezó a crecer el consumo de agroquímicos, detalló el experto.
En Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay hay 54 millones de hectáreas cultivadas con soya transgénica. Tan sólo en el primer país, 60 por ciento de su producción es de soya y sigue en expansión, precisó. Recordó que la empresa Syngenta –ahora asociada con Monsanto, una de las grandes productoras de transgénicos– consideró a toda esa región la República de la soya.
En entrevista Carrasco explicó que en este estudio se hicieron análisis sistemáticos con vertebrados y se encontró que a dosis bajas los embriones, si bien no mueren, sí sobreviven con malformaciones que van de 20 a 60 por ciento, y se observan en cráneo y cara, una de las más frecuentes también en humanos.
También hay malformaciones en columna vertebral, corazón y cerebro: Creemos que la razón de esto es que el glifosato incrementa el ácido retinoico, una sustancia derivada de la vitamina A que interviene en la formación del embrión, si aumenta o disminuye, se da esto. Se usa mucho en cremas cosméticas para la regeneración de piel.
Detalló que se realizaron estudios en diversas especies animales para demostrar el efecto de esta sustancia en el desarrollo de vertebrados. Los resultados fueron publicados en la revista American Chemical Society, en agosto de 2010.
La presencia de malformaciones aumenta en la medida en que las concentraciones de glifosato en los cultivos se incrementaron, incluso el estudio utilizó concentraciones menores a las usadas en las siembras transgénicos o las que se han hallado acumuladas en agua o suelos, y probablemente a las que se encuentran en el aire y son respiradas por las personas que viven cerca de sembradíos transgénicos, señaló.