Argentina: Una dura crítica al modelo productivo de monocultivo
Prensa
El Litoral, Argentina, 1-3-03
http://archivo.litoral.com.ar/index.php3/diarios/2003/03/01/economia1/ECON-01.html
Una dura crítica al modelo productivo de monocultivo
Buenos Aires (C).- "Somos una republiqueta sojera". La afirmación de Jorge Rulli, un integrante del gabinete de la Secretaría de Agricultura, tuvo eco en el país luego de que The Ecologist de Inglaterra, uno de los medios más prestigiosos del mundo en defensa del medio ambiente, publicara un extenso artículo sobre el tema.
Rulli le explicó a El Litoral que la cada vez mayor extensión de tierras dedicadas a la soja "ha terminado desplazando a casi todos los cultivos, al trigo, el maní o el algodón, y también posterga otras producciones como la de frutales e incluso los tambos".
"En los mayores niveles históricos de baja de producción, la cuenca lechera también está amenazada". Según su vaticinio, este invierno serán hasta 5 tambos por día los que cerrarán por la combinación de la crisis del sector y la reconversión de los campos hacia la producción sojera.
"Hoy importamos lentejas de Canadá, algodón del Brasil y leche de Conaprole del Uruguay. Y esto va para mucho peor", aseguró Rulli, integrante del Grupo de Reflexión Rural y una de las fuentes consultadas para el periódico inglés y para otro artículo similar publicado en Le Monde Diplomatique.
Según relató, el "modelo agrícola de concentración y exclusión" fue acordado "en la negociación de Menem con las semilleras en el '89, en la que les entregó el manejo del Ministerio de Economía y se tomó la decisión histórica de cambiar el país de espaldas a la opinión pública".
Puntualizó que a esa determinación sobrevino la década de los transgénicos que "al combinarse con herbicidas y máquinas de siembra directa produjeron un salto en producción de oleaginosas para forrajes y aceites".
Pronóstico reservado
Rulli apuntó, de cara a la nueva cosecha, que "se excede nuestra capacidad de silos y vamos a tener un problema grave. Se supone que el precio va a caer". El especialista sostuvo además que es una falacia dividir exportaciones por calorías y concluir que el país pasa hambre cuando podría alimentar a 300 millones de personas.
Dijo que ante el "desastre que significa que 7 u 8 millones de argentinos pasen hambre", lo que el país produce "es comida forrajera, para rumiantes". Explicitó que mientras se discute si "la Argentina ha dejado de ser el granero del mundo o si -como dicen desde la izquierda- hay un problema de equidad, nosotros decimos que el problema es de estructura".
Incluso Rulli calificó a la soja como un "controlador social". Señaló que el producto contiene fitoestrógenos ("por eso se le daba a las mujeres menopáusicas, para normalizarlas") y refirió a las isoflabonas como "fuertes disruptores hormonales".
Apuntó que los médicos del hospital Garraham en Capital Federal han constatado la formación temprana de mamas en niñas e incluso en niños de zonas del interior alimentados en base a soja, y que en el caso de las chicas se les anticipa la menarca.
También refirió a casos de hipotiroidismo, o de osteoporosis en la adolescencia, por una toxina que inhibe la absorción de calcio en casos de alta ingesta de soja. Por último, relató que el doctor Jorge Kaczewer está por publicar tres libros con las últimas investigaciones sobre el tema.
Disputa globalizada
Al apuntársele que la Unión Europea cerrará el acceso de transgénicos en 2004, Rulli sostuvo que Estados Unidos "estaba especulando para que la Argentina se convirtiera en el país forrajero de China. Pero ese país también va a erradicar transgénicos en 4 ó 5 años".
"Estamos embarcados con Estados Unidos en una guerra total, donde la biotecnología es parte del chantaje de la victoria. Ellos buscan provocar en Europa un cambio de política, y en este sentido el rol argentino es cobarde, incluso con nuestros ancestros".
Rulli relató que durante la firma del protocolo de bioseguridad en Montreal, un embajador dinamarqués y presidente de la CE calificó de "traición a sus antepasados" a la postura argentina en la materia.
Como ex integrante del Inta, Rulli cuestiona las políticas del organismo. Actualmente, milita contra la producción de transgénicos, en especial en el marco del Foro Social Mundial.
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