Argentina: Monsanto negocia con el Gobierno el cobro de regalías
El Gobierno y la semillera Monsanto están a punto de cerrar un acuerdo que implicará un anuncio de inversiones por US$ 125 millones y el lanzamiento de una nueva tecnología para la soja. Y que incluirá además que la compañía desista de los juicios contra el país que ya implicaron 8 barcos parados en puertos europeos
Pero también, lo que será el punto central, que la compañía empiece a cobrar a los productores rurales regalías por sus semillas. Volviendo a ocupar un rol central en el sector agropecuario, Guillermo Moreno representa al Gobierno en estas negociaciones.
Monsanto es la inventora del gen RR, que revolucionó al mercado granario en los 90. En el mundo, la empresa le cobra a los productores un derecho fijo por el grano cosechado en concepto de regalías por su invento. En EE.UU. son US$ 15 por tonelada; en Brasil, US$ 5; en Paraguay, US$ 4. En la Argentina pretendían al menos US$ 2, pero nunca pudieron cobrarlos. Y entonces iniciaron demandas en tribunales europeos que bloquearon barcos de soja argentina, en diferentes puertos, para cobrarse esos derechos.
"La Argentina ganó US$ 20.000 millones en 10 años con la soja RR, y el 70% fue para el bolsillo de los productores", dijo Pablo Vaquero, director de Estrategia de Monsanto. Para la empresa, no haber cobrado los royalties significó dejar de ganar US$ 80 millones al año, estimó el ejecutivo. La patente de la soja RR se vence entre 2011 y 2014, y la compañía decidió dejar el tema en el cajón y pasar a nuevos negocios. Así es que empezó un diálogo con el Gobierno argentino y ya hubo intercambio de propuestas. "Esperamos cerrar en unos dos meses", dijo Vaquero.
La clave es que Monsanto ahora está a punto de lanzar una nueva variedad de soja, RR2BT, que además de resistente a los herbicidas lo es también a los insectos, y produce un 10 a 15 % más grano que su antecesora. La empresa empezó a conversar con productores, industriales y exportadores cómo cobrar regalías por esta nueva tecnología.
"Lo que precisamos es la bendición del Gobierno para que hagamos un acuerdo privado para que los productores ahora sí paguen por la nueva semilla", señalan en la empresa. Eso es lo que Moreno les estaría garantizando, pero a cambio de que la empresa haga un plan de inversiones en plantas de semillas por US$ 125 millones (sería para los próximos 4 años), que empresas nacionales sean parte del programa de investigación de la compañía, que haya una transferencia de tecnología al INTA y, por sobre todo, que desistan de los juicios contra el país por el royalty no pagado.
Para los productores argentinos, la introducción de la nueva tecnología representará una facilidad para la producción y mayor garantía de rendimiento. Pero Monsanto quiere cobrarles un 40% de la ganancia adicional que obtengan. Esto es, unos US$ 15 por tonelada cosechada.