Argentina: En Entre Ríos
Prensa
La Nación, Argentina, 14-2-03
http://www.lanacion.com.ar/03/02/14/de_473594.asp
En Entre Ríos, la expansión agrícola no benefició a todos
Por Daniel Tirso Fiorotto *
PARANA.- La siembra de soja en Entre Ríos creció en esta temporada casi un 30% respecto de la de 2002. El aumento supera el 220% en los últimos 4 años. Sin embargo, en tres lustros desapareció un cuarto de la planta de productores rurales: quedaron 20.226 de los 27.132 de 1988.
La experiencia de Entre Ríos sirve para observar a otras provincias que viven de los commodities y sufren la paradoja de los récords simultáneos de producción, desocupación y pobreza. La extensión sembrada con soja había crecido un 37% en la campaña 2002, un 60 % en 2001 y un 14 % en 2000. En la actual temporada el aumento oscilará entre un 27 y un 30 por ciento.
Así, la superficie con esta oleaginosa, bien adaptada a los suelos vertisoles (tierra greda, deficiente en fósforo) que predominan en la patria de Linares Cardozo, pasó de 324.450 hectáreas en la cosecha de 1999 a 810.000 en 2002 y 1.050.000 (aproximadamente) en la actualidad. Es decir, más del 220% sólo 4 años después. Las estimaciones surgen del sistema de Información Agrícola de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, basado en imágenes del Satélite Landsat 7 ETM, cuyos resultados definitivos para esta cosecha se conocerán dentro de dos semanas.
El aumento sería del 160 %, en cambio, si se considera la información ofrecida por la Secretaría de Agricultura nacional, que marca 60.000 hectáreas más en las estadísticas sojeras de 1999. Pero de cualquier forma la expansión es muy superior a la del resto del país. En el orden nacional, el crecimiento de 1999 a 2003 se estima en un 50%, de 8,4 millones de hectáreas hace 4 años a las 12,6 millones actuales. En la provincia de Buenos Aires creció un 32% (de 1.732.000 hectáreas a 2,3 millones), y en la provincia de Córdoba, un 41% (de 2.564.600 a 3.616.800), en el mismo lapso.
Algunos riesgos
Otros cultivos conservaron su espacio o cedieron parte a la soja. En 4 años, el maíz se mantuvo en Entre Ríos cerca de las 200.000 hectáreas, el trigo osciló en las 250.000 hectáreas, el girasol bajó de 160.000 a 46.400 y el arroz, de 151.600 a 51.700. De hecho, hace 9 años esta provincia producía granos en 600.000 hectáreas y en 2003 superará las 1.700.000 hectáreas, si se cumplen las estimaciones.
Estas novedades positivas tienen sus riesgos. Durante las primeras jornadas agronómicas sobre problemática rural realizadas a fines de 2002 en la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Entre Ríos, un grupo de ingenieros agrónomos advirtió sobre el peligro de que la provincia sustituya su tradicional producción diversificada por el monocultivo. Considerando que aquí se venden los granos en bruto, sin valor agregado, una eventual superproducción mundial, un cambio en los hábitos de consumo, un aumento en los subsidios agrícolas en los países del norte, la aplicación de barreras paraarancelarias o la aparición de otros granos que reemplacen a la soja podrían generar conflictos de dimensiones insospechadas, dijeron los profesionales, a una economía como ésta, sujeta al mercado externo.
Esta tendencia agrarista no opacó a la ganadería. La Fundación de Lucha contra la Fiebre Aftosa -Fucofa- informó ayer que desde el 17 de este mes vacunará 4.400.000 vacunos, es decir, un stock de 400.000 cabezas más que hace 3 años.
El contraste o, mejor, la concentración económica se verificó esta semana cuando la Dirección de Estadística y Censos admitió que de 1988 a 2002 el número de productores, en lugar de crecer, bajó de 27.132 a sólo 20.226, en un informe preliminar de los resultados del Censo Nacional Agropecuario.
El crecimiento abrupto de la producción, favorecido desde hace un año por la devaluación, contrasta también con la desocupación (15,4% en Paraná, 18,3% en Concordia), y los déficit de la provincia y los municipios, en cuyas jurisdicciones se constatan los récords productivos que las exportaciones convierten en dólares, pero la mayoría de los trabajadores, incluso los privados, cobran la mitad de sus sueldos en bonos provinciales devaluados.
La educación, la salud, la seguridad, la provisión de agua, la limpieza de las calles y las cloacas dependen de las comunas y la provincia, pero las retenciones impuestas por el gobierno nacional a las exportaciones (23,5% en soja) no son coparticipables (los entrerrianos aportaron más de 600 millones de pesos en retenciones, sólo en 2002); no existen regalías por la explotación del suelo como sí están estipuladas para el subsuelo (una ventaja para las regiones petroleras y gasíferas), y la provincia renunció hace casi una década al cobro de impuestos a los ingresos brutos a la producción primaria.
* Corresponsal en Entre Ríos
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