Ambientalistas mexicanos fustigan megaproyecto hidroeléctrico
Organizaciones ambientalistas mexicanas agrupadas en la coalición "No a la presa La Parota" denunciaron hoy aquí las devastadoras consecuencias que se derivarían de ese megaproyecto hidroeléctrico en el suroccidental estado de Guerrero
La construcción de La Parota implicaría el desplazamiento de unas 25 mil personas asentadas en 24 comunidades, la desaparición de 17 mil hectáreas de selva baja y mediana, garantes de la rica biodiversidad de la zona, y la condena a muerte del río Papagayo.
El costo del proyecto, estimado en unos mil millones de dólares, representará un nuevo endeudamiento para el pueblo mexicano, que no será sin embargo el principal beneficiario de la presa, subrayó Luis Bustamante, de la Unión de Grupos Ambientalistas, I.A.P.
Precisó además que se trata de dar la posibilidad de realizar un multimillonario negocio a corporaciones constructoras nacionales y extranjeras, cuyas operaciones se insertan en los intereses multinacionales que pugnan por la privatización de la energía eléctrica en México.
Por su parte, la presidenta de la asociación Guerreros Verdes, Elena Kahn, insistió en que el megaproyecto impulsado por el gobierno del presidente Vicente Fox rendirá beneficios para sólo unos pocos y sus impactos lo sufrirán todos los mexicanos.
Alertó que, tal y como señalaron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México en el estudio de impacto ambiental, La Parota pretende construirse en la zona conocida como la "Trinchera Mesoamericana", la de más alta sismicidad del país.
Precisamente, de la confluencia de las placas de Cocos e Intercontinental, donde su ubica la Trinchera..., se generó el sismo de 8.1 grados en la escala abierta de Richter que en 1985 devastó a la Ciudad de México, recordó.
Sin embargo, enfatizó, de materializarse este proyecto hidroeléctrico, el cercano balneario de Acapulco y otras regiones aledañas quedarían expuestas a la posibilidad de sufrir un temblor de entre 8.4 y 8.7 grados.
Kahn, quien confirmó a Prensa Latina que el caso de la Parota será uno de los que aborde en marzo próximo el Tribunal Internacional del Agua, sustentó sus pronósticos en el hecho de que el propio peso de la presa provocaría un reacomodo de las placas tectónicas.
La dirigente de Guerreros Verdes fustigó además el hecho de que la presunta aprobación de la expropiación de los terrenos para acometer la gigantesca obra se realizó en asambleas ilegales, rodeadas de un clima policial y represivo, y sin la participación de quienes resultarán directamente afectados.
La Parota es el principal proyecto hidroeléctrico del llamado Plan Puebla-Panamá, impulsado por el gobierno mexicano y que organizaciones sociales y ambientalistas definen como un plan neocolonizador, neoliberal y ajeno al desarrollo sustentable.