Verzeñassi: “Nuestro trabajo puede haber molestado a quienes generan dinero”
Luego de que se conociera la noticia de que el decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Ricardo Nidd, restringió el acceso a las 96 mil historias clínicas recolectadas en el marco de los campamentos sanitarios realizados cada año bajo la órbita de la cátedra de Práctica Final, el programa “Bajo Consumo”, que se emite por Radio Sur 88.3, entrevistó al doctor Damián Verzeñassi, director del Instituto de Salud Socioambiental y subsecretario académico de la Facultad de Ciencias Médicas.
Los campamentos sanitarios, llevados adelante desde el año 2010, consisten en viajes realizados por estudiantes y docentes de la Facultad de Ciencias Médicas a distintas ciudades con el objetivo de efectuar relevamientos sobre el estado de salud de la población, trabajando en conjunto con comunidades y recabando información de las enfermedades prevalentes en cada uno de los lugares. Estos son considerados como una evaluación final integradora del Ciclo de Práctica Final. La información obtenida durante los 27 campamentos que se han desarrollado logró comprobar el impacto que genera en la salud de las poblaciones la aplicación masiva de agrotóxicos.
El día 4 de noviembre los integrantes del Instituto de Salud Socioambiental se encontraron con que las historias clínicas obtenidas se encontraban en un oficina cerrada con una cadena, restringiendo el acceso a la información necesaria para llevar adelante el procesamiento y análisis de los datos.
Verzeñassi fue uno de los interlocutores del Capítulo Argentino en el Tribunal Internacional contra Monsanto que se realizó los días 14, 15 y 16 de octubre de 2016 en ciudad de La Haya, Holanda. “La visibilidad a nuestro trabajo que le dio el haber sido convocados como testigos fue muy importante. Además puso al descubierto una situación sanitaria epidemiológica en la región que hasta este momento no se ha asumido como preocupante desde ningún estamento oficial de salud pública”, afirmó. “Esto creo que puede haber molestado a alguna autoridad sanitaria o a algunos núcleos que generan mucho dinero a partir de la utilización de estos paquetes tecnológicos”, subrayó también.
Ante la masiva ola de solidaridad nacional e internacional que se generó en apoyo a los científicos del Instituto de Salud Socioambiental, las autoridades de la alta casa de estudios dieron marcha atrás en su decisión.“Logramos recuperar la custodia de esa documental que es lo que le da respaldo a lo que nosotros decimos”, contó el especialista.
Asimismo detalló: “Después de haber recorrido 27 localidades, cuatro provincias, de haber identificado un perfil epidemiológico que es muy similar entre todas ellas y haber identificado que un punto en común muy importante era el modelo extractivista agroindustrial, encontramos que efectivamente la presencia de la química en volúmenes en los que se encuentra en esos territorios podía tener un impacto en el incremento del riesgo para determinadas enfermedades que eran las que nosotros estábamos encontrando”.
“Haber puesto cadenas en la puerta de una oficina en una universidad pública es simbólicamente muy fuerte y creo que eso fue lo que se vio reflejado en la ola de solidaridad y apoyo que recibimos. Como equipo nos ha quedado de esta situación además del dolor, la alegría de sabernos acompañados y que nuestro trabajo no nos pertenece, sino que es de las comunidades y son las que sufren en carne propia el impacto del extractivismo”, finalizó el director del Instituto de Salud Socioambiental.
Daiana Melón – @Godi_M18
Fuente: Notas