Uruguay: el ministro Arana ¿clausurará a Botnia en cuanto empiece a funcionar?
"El ministro parece ignorar dos cosas muy importantes para el debate actual sobre la instalación de fábricas de celulosa en el país. En efecto, tanto Botnia, como Ence y Stora Enso piensan utilizar el sistema “kraft” al sulfato. Es decir, que el olor nauseabundo que tanto molestó al ministro en Juan Lacaze no solo va a ser el mismo, sino que probablemente será peor, ya que se trata de plantas mucho más grandes"
Comunicado de prensa 7 de agosto de 2006 – Grupo Guayubira
Durante una reciente visita al departamento de Colonia, el ministro Arana dijo: "en Juan Lacaze me sorprendí con el nauseabundo olor de esa planta [FANAPEL] que según mis informaciones está utilizando cloro elemental en situación incompatible con los criterios que nuestro Ministerio quiere impulsar para todo el país”.
Dichas afirmaciones contienen dos verdades y una conclusión errónea. Las dos verdades son: que el olor es nauseabundo y que FANAPEL utiliza cloro elemental para el blanqueo. Lo que es falso es que ambas cuestiones estén relacionadas.
En efecto, el olor nauseabundo no guarda relación alguna con el sistema de blanqueo y se origina en cambio en el proceso al sulfato que utilizan las fábricas de celulosa del tipo “kraft”. El olor a “huevo podrido” (como se lo define popularmente) proviene fundamentalmente de las emanaciones sulfurosas que se producen durante la “cocción” de la madera para la producción de celulosa.
En lo referente al sistema de blanqueo, existen actualmente tres sistemas en uso: 1) con cloro elemental 2) con dióxido de cloro 3) totalmente libre de cloro. La diferencia entre los tres sistemas no es el olor, sino la el nivel de emisión (o no) de sustancias muy tóxicas llamadas dioxinas y furanos. El sistema que ha venido utilizando FANAPEL desde hace décadas es el peor de todos y la empresa había prometido el cambio hacia el mejor de los tres: el totalmente libre de cloro. Sin embargo, aún no lo ha hecho y es bueno que el ministro presione en ese sentido afirmando que se “puede llegar a la clausura definitiva, si esa planta se mantiene sin variantes y con una inconducta ambiental que está perjudicando la vida de la gente".
Sin embargo, el ministro parece ignorar dos cosas muy importantes para el debate actual sobre la instalación de fábricas de celulosa en el país. En efecto, tanto Botnia, como Ence y Stora Enso piensan utilizar el sistema “kraft” al sulfato. Es decir, que el olor nauseabundo que tanto molestó al ministro en Juan Lacaze no solo va a ser el mismo, sino que probablemente será peor, ya que se trata de plantas mucho más grandes que la de FANAPEL, con una producción de entre 10 (Ence) y 20 (Botnia y Stora Enso) veces mayores a la de ésta. O sea, que los avances tecnológicos que se han hecho para reducir la emisión de estas sustancias olorosas se compensarán por el incremento de la escala de producción.
Lo anterior no es teoría, sino que es un problema inherente a todas las fábricas de celulosa que operan con el sistema al sulfato. Al respecto hemos denunciado los casos de las modernas fábricas de Valdivia (Chile), Misiones (Argentina), Porto Alegre y Espirito Santo (Brasil).
Más interesante aún es el caso de la recientemente inaugurada planta de Veracel en Bahía (Brasil) propiedad de la sueco-finlandesa Stora Enso (la misma que se quiere instalar sobre el río Negro), cuyo mal olor se siente a decenas de kilómetros de distancia. En su propia página web, la empresa informa que “el olor poveniento de la fábrica Veracel es causado por la emisión de gases TRS (compuestos reducidos de azufre) característicos del proceso industrial de fabricación de celulosa –utilizado por la empresa y por prácticamente todas las industrias de celulosa del mundo”. Tan característicos son esos olores, que la empresa informa acerca de la creación de una “Red de Percepción de Olor”, “montada especialmente para monitorear e informar a Veracel sobre eventuales olores originados por la fábrica”. Dicha red está formada por personas que habitan en ciudades y pueblos de los alrededores tales como Eunápolis, Itagimirim, Itapebi, Belmonte y Barrolândia, Santa Maria Eterna y Vera Cruz.
O sea, que no hay duda alguna de que la producción de celulosa huele feo y que el argumento de que Botnia, Ence y Stora Enso van a utilizar tecnología “de última generación” no es válido en lo referente al olor. Lo que importa saber es donde, cuando, cuanto y por cuanto tiempo va a oler.
Por otro lado, Arana también parece ignorar que ni Botnia ni Ence optaron por el sistema de blanqueo más limpio (totalmente libre de cloro), sino que lo hicieron por el que utiliza dióxido de cloro. La consecuencia de esa decisión es que sus efluentes resultarán en la descarga de dioxinas y furanos al río Uruguay, que si bien serán bastante menores a las del sistema de blanqueo con cloro elemental, igualmente estarán presentes y se irán acumulando en el ambiente.
Nos parece loable que el ministro haya afirmado que “Nosotros no estamos para defender empresas privadas. Nosotros estamos para defender a la gente, a la biodiversidad, al equilibrio ecológico y a la calidad de vida de nuestra población”. La pregunta es: ¿el ministro va a clausurar a Botnia en caso de detectarse “olores nauseabundos” que afecten la “calidad de vida” de nuestra gente? ¿Va a clausurar a Botnia en caso de que sus efluentes afecten el “equilibrio ecológico” del río Uruguay? En caso de ser así, más vale que Botnia no siga invirtiendo y que suspenda definitivamente sus obras, porque desde ya se sabe que va a producir ambos impactos.
Pero igual nos queda la duda: ¿El ministro Arana realmente clausurará a Botnia en cuanto empiece a funcionar y se perciba el desagradable olor a huevo podrido?
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Fuentes: Arana se sorprendió por el "olor nauseabundo" en Juan Lacaze (La República 5 agosto 2006). Veracel: página web