Una bomba de tiempo: el alarmante impacto de la industria porcícola en Yucatán

Por Mercy
Idioma Español
País México

La Selva Maya en la península de Yucatán presenta diversos daños debido a la proliferación descontrolada de la actividad pecuaria, en específico, por la cantidad descomunal de granjas industriales porcícolas que se concentran en esta área. Nuestro equipo de investigadores sobrevoló algunas de estas instalaciones y encontró evidencia de un potencial colapso ambiental. Éstos son algunos ejemplos: 

  • Instalaciones con docenas de edificios con la capacidad de albergar miles de animales cada uno;
  • Millones de litros de desechos de animales que son vertidos en enormes fosas al aire libre, lo que contamina el suelo, el aire y, posiblemente, el agua de los cenotes;
  • Mega granjas industriales construidas en selvas tropicales en las que previamente no existía ningún tipo de afectación. 

Estimamos que el número de granjas porcícolas ha aumentado de manera exponencial en tan sólo tres años, pues detectamos una alarmante cifra de 872 posibles granjas porcícolas, muchas de ellas industriales tan sólo en el estado de Yucatán. Muchas de éstas albergan hasta cien mil cerdos y exportan su producción, principalmente, a otros países; no obstante, en México permanece la contaminación y la destrucción del ecosistema que genera esta industria.

Miles de animales en dichas instalaciones son tratados como mercancía, privados de sus derechos y sometidos a vivir en condiciones insalubres. Los cerdos habitan espacios reducidos, experimentan dolores indescriptibles por ser mutilados sin anestesia y, muy probablemente, deben soportar las altas temperaturas de la región.El impacto ambiental provocado por las actividades de estas granjas es desgarrador, pues contribuyen a la deforestación de la selva, la erosión y contaminación del suelo y a la emisión de gases de efecto invernadero. A la par, esta industria despoja de sus tierras y atropella los derechos de quienes habitan la región y buscan defender la biodiversidad de la zona. La combinación de estos factores da como resultado un ecocidio que afecta a todo ser humano o no humano. No permitamos que la industria de la carne ignore su responsabilidad y obligación de evitar este posible colapso ambiental.

Por estas razones, hacemos un llamado urgente para detener la proliferación de la industria porcícola y para evitar la destrucción de todo un ecosistema. .Es crucial que las autoridades, como Conagua, CONANP, Profepa y SEMARNAT, ya no otorguen permisos para la instalación de nuevas granjas industriales, que supervisen de cerca las descargas de agua turbia de las que ya existen y que clausuren todas aquellas que no cuentan con los permisos correspondientes.

De la mano, podemos preservar la biodiversidad de Yucatán. Tu voz es sumamente importante para que las empresas creen cambios que eliminen el sufrimiento de los animales.

Es momento de tomar la iniciativa. Ingresa a  www.megagranjastoxicas.com y únete esta campaña con tu firma. 

Recuerda que otra forma de ayudar a construir un mejor futuro para todos los seres vivos es dejar a los animales fuera de tu plato.

Fuente: Mercy for Animals

Temas: Agronegocio, Planes de infraestructura regional

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