Sin agrotóxicos ni incendios: el asentamiento del MST que el gobierno intenta desalojar
“Desde 2010 hemos dialogado sobre la producción agroecológica, las familias ya habían comprendido que aquí no podemos usar agrotóxicos, que lo mejor es cultivar y sacar de la naturaleza nuestro sustento sin agredir al medio ambiente, sin agrotóxicos o incendios”. La afirmación es de Maristela Cunha, una de las integrantes del Asentamiento Jacy Rocha, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), ubicado en Prado, municipio en el extremo sur del estado de Bahía.
Ahora, tras la amenaza del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), que busca desalojar a algunas familias del asentamiento, ella está preocupada pero sigue optimista con relación al posible fin del embrollo. “Este es el lugar que elegí para vivir hasta el final de mi vida” afirma la agricultora, que también forma parte de la dirección estadual del MST en Bahía.
El área de 30 mil hectáreas donde se ubica el asentamiento y viven 227 familias, resultó de un acuerdo firmado en 2010 con las empresas Suzano Papel y Celulosa y Fibria S/A, que se fusionaron en 2020. El área fue reconocida por el INCRA en 2015. Al año siguiente, el MST realizó el reparto del terreno según la aptitud de cada familia.
“Cada una de las personas dijo lo que le gustaría cultivar o que animales les interesaba criar y entonces determinamos el área, según las características del terreno. En el caso de que a dos personas les interesara el mismo lote, realizábamos un sorteo”, recuerda Cunha, que llegó al asentamiento en 2010.
A lo largo de los últimos 10 años, el asentamiento Jacy Rocha se volvió un referente en agroecología. La producción de alimentos sanos se convirtió en una de las banderas del asentamiento que, en 2012, creó la Escuela Popular de Agroecología y Agroforestería Egídio Brunetto donde se ofrecen dos cursos, el Curso Técnico en Agroecología, reconocido por la Secretaría de Educación de Bahia y la Especialización en Educación del Campo y Agroecología, realizado en sociedad con la Fundación Fiocruz.
En la Escuela Popular del asentamiento también se enseñó a leer y escribir a 300 familias del extremo sur de Bahía. “La escuela está aquí desde 2012 y cumple un papel fundamental en el interior del territorio y del movimiento. La escuela existe para trabajar la agroecología y la agroforestería. Ni todos los que estudian en la escuela son hijos de integrantes del asentamiento, pero son hijos de pequeños agricultores, indígenas y quilombolas de la región”, afirma Eliane Oliveira, coordinadora pedagógica de la Escuela de Agroecología.
La escuela recibe integrantes de 15 asentamientos donde viven 1.500 familias en cinco municipios de la región: Eunápolis, Itamaraju, Mucuri, Prado y Santa Cruz de Cabrália.
En el territorio del asentamiento Jacy Rocha se ubica también la Escuela Estadual del Campo Anderson França, inaugurada en 2013 y reformada el marzo de este año. En total, 490 niños del asentamiento estudian allí.
Durante la pandemia las clases se realizan desde los hogares del asentamiento. Algunos conductores hacen el puente entre los alumnos y los docentes. Al comienzo del día, los coches dejan la escuela con actividades e informaciones por escrito para los alumnos. Al final de la tarde, regresan con los cuadernos y tareas realizadas por los estudiantes para entregar a los docentes.
El alimento en los mercadillos y el café
«Hay una diversidad de producción agrícola en las 227 parcelas del territorio del asentamiento. La yuca es el principal producto del asentamiento, además de hortalizas, cacao, achiote, plátano, entre otros. En el asentamiento también cuenta con producción de leche y cría de ganado, cerdos y aves.
Se comercializa la producción en los mercadillos de los municipios de la región y así se garantiza los ingresos de las familias del asentamiento. «Mi sustento viene de los huertos, nunca había imaginado que mi sustento podría venir del cilantro o cebollín. Participo dos o tres veces por semana en los mercadillos”, explica.
Gracias al programa Alianzas Productivas, del gobierno de Bahía, que distribuyó R$ 60 millones [aproximadamente US$ 11,36 millones] en todo el estado, hubo recursos para iniciar el cultivo de café en el Jacy Rocha. Cada integrante del asentamiento contemplado en el programa cultivará café en una hectárea de su porción de tierra, en total serán 3 mil cafetos cultivados.
En el sur de Bahía, la producción de los sin tierra ofrece un contrapunto al agronegocio en la región, lo que podría ser uno de los motivos de la agresión del INCRA contra el asentamiento, según Oliveira. «Cuando vemos nuestras banderas de lucha, educación, soberanía alimentaria, producción agroecológica, este es un territorio muy rico, pero que ha sido empobrecido debido al monocultivo de eucaliptos, caña de azúcar y café».
Para Cunha, la manutención del asentamiento y la afirmación de su producción agraria aseveran su decisión al comienzo de la década pasada. «No me arrepiento de ningún modo, crié a mi hijo aquí. Mi vida, mis amigos, la escuela, están todos aquí. Mi hijo tiene un hogar, alimentación y dignidad».
Edición: Camila Salmazio
Traducción: Luiza Mançano
Fuente: Kaos en la Red