Riopaila quiere apropiarse de la producción de panela
Patentar es el proceso por el cual se obtienen del Estado derechos para explotar de manera exclusiva un invento, mejora o nombre comercial. En otras palabras, la patente garantiza que solo quien lo patentó pueda usarlo, venderlo o comerciarlo y, si otros quieren hacerlo, pues deberán pagar.
Uno de los ingenieros del Grupo Agroindustrial colombiano Riopaila, Jorge Enrique González Ulloa, ha anunciado con bombos y platillos un nuevo “producto” derivado de la caña de azúcar.
Este “científico” irónicamente afirma “descubrí el método para preservar el jugo de la caña de azúcar. Este contiene minerales, vitaminas y proteínas pero industrialmente -antes de mi invento patentado- se fermentaba y no se podía usar”.
Dicho “método de preservación del jugo de caña”, semi-industrializado o transformado, sin fermentarse y conservando la mayoría de vitaminas y minerales ya existe. Se llama PANELA y la producen miles de campesinos y campesinas en Colombia. También es un producto importante en la India, Venezuela y Brasil.
De realizarse la patente de un derivado de la caña similar a la PANELA y sin claras diferencias, perjudicará seriamente a las más de 350.000 familias paneleras en el país. Esto afectará a más de 1.700.000 empleos directos y perjudicará gravemente la economía campesina y de pequeños y medianos productores en más de 29 Departamentos.
Esta patente significa una nueva amenaza a la soberanía alimentaria del país. Generaría mayor burocracia para la producción panelera (al tener que pedir permisos para usar el método patentado) y un aumento en los costos de producción, al tener que pagar por el uso de la fórmula. Esto tendría como consecuencia el aumento del precio del principal endulzante en el país, así como también la persecución y posibles demandas contra los productores paneleros artesanales y campesinos.
Riopaila acaparó ilegalmente baldíos
La empresa Riopaila no solo ha estado involucrada en esta intención de apropiarse del conocimiento campesino colombiano. En el año 2013 se conoció a nivel nacional que este monopolio azucarero estaba involucrado en el acaparamiento ilegal de más de 42.000 hectáreas de tierras en el Departamento del Vichada, para lo cual construyeron 27 Sociedades por Acciones Simplificadas (S.A.S), buscando violar la normatividad colombiana que por ley debe entregar baldíos de la nación a las comunidades campesinas sin tierra o con tierra insuficiente y, además, pone límites a la adjudicación de tierras.
En modo de producción capitalista, la máxima es apropiarse individualmente de los procesos, productos y servicios producidos colectivamente. Mejor dicho, poner a otros que trabajen “para uno”. Con la patente de la técnica de producción de la panela y de productos parecidos a la miel de caña, la melaza y/o la panela pulverizada, estarían privatizando cientos de años de perfeccionamiento de uno de los productos básicos de la canasta familiar colombiana.
La panela es fruto del esfuerzo campesino, indígena y negro en el país. Su producción está culturalmente enraizada en la producción, la actividad colectiva de la molienda, la siembra, corte, soca, resoca, alzada, espichada y producción de miel y panela. La panela también endulza cientos de platos típicos y da de beber a los cansados trabajadores del campo o a los alegres invitados de reuniones rurales y urbanas en el país.
¿Qué hacer?
El Estado colombiano ha venido imponiendo a los paneleros del país, vía medidas sanitarias, importantes inversiones para poder mantener la producción y comercialización del producto. Relegando así a los pequeños y artesanales productores campesinos a la persecución y la incautación de sus productos.
A su vez, la llegada de panela extranjera y la comercialización de azúcar derretida como panela suponen un grave riesgo para esta importante actividad para la seguridad y soberanía alimentaria así como para las familias asociadas.
La tarea campesina y popular es poner el grito en el cielo. Presionar contra la patente ya obtenida en Estados Unidos para que no tenga efectos en Colombia y hacer gestión internacional para que en ningún otro país se vaya a patentar este proceso y producto de sabiduría campesina.
Fuente: Colombia Informa