Re-descubrirnos para descolonizarnos
Hoy, como pueblo, impugnamos las institucionalidades que nos impusieron las diferentes colonizaciones, estamos en la búsqueda de diferentes formas organizativas que nos posibiliten definir colectivamente hacia dónde vamos, construir nuestro proyecto de país. En ese proceso, primero, debemos asumir de dónde venimos, como se fue constituyendo nuestra identidad
"El 12 de octubre de 1492, América descubrió el capitalismo. Cristóbal Colón, financiado por los reyes de España y los banqueros de Génova, trajo la novedad a las islas del mar Caribe. En su diario del Descubrimiento, el almirante escribió 139 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o Nuestro Señor.
Al cabo de cinco siglos de negocio de toda la cristiandad, ha sido aniquilada una tercera parte de las selvas americanas, está yerma mucha tierra que fue fértil y más de la mitad de la población come salteado. Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, siguen sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras, y siguen condenados a la negación de su identidad diferente. Se les sigue prohibiendo vivir a su modo y manera, se les sigue negando el derecho de ser. Al principio, el saqueo y el otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos. Ahora se cumplen en nombre del dios del Progreso. Sin embargo, en esa identidad prohibida y despreciada fulguran todavía algunas claves de otra América posible. América, ciega de racismo, no las ve".
Eduardo Galeano
A más de 500 años de la conquista, muchas comunidades indígenas a pura resistencia y lucha han conservado sus culturas, sus lenguas, sus formas organizativas, su cosmovisión. Pero por la pobreza, la falta de trabajo, de oportunidades de vida digna, algunos de sus miembros se vieron obligados a migrar, a perder su identidad, a aculturarse. En ese proceso, como pueblo, como nación, se nos va destruyendo la cultura, se fragmenta la construcción colectiva de conocimientos, se van produciendo fracturas en los puentes de trasmisión de la memoria histórica.
Hoy, como pueblo, impugnamos las institucionalidades que nos impusieron las diferentes colonizaciones, estamos en la búsqueda de diferentes formas organizativas que nos posibiliten definir colectivamente hacia dónde vamos, construir nuestro proyecto de país. En ese proceso, primero, debemos asumir de dónde venimos, como se fue constituyendo nuestra identidad.
A comienzos del 2005, se dio a conocer una investigación de docentes de la UBA, los que mediante análisis genéticos determinaron que el 56 % de los argentinos tenemos antepasados indígenas, parcial o total. El 44 % restante tiene orígenes mayoritarios europeos.
Una nota acerca de dicha investigación, publicada en un diario de circulación nacional preguntaba en torno del mito fundacional, puesto en cuestión:
¿Habrá que borrar esa parte de las guías de viaje y enciclopedias que dicen que más del 85% de la población argentina es de origen europeo? (1)
En sí misma esta pregunta, expresa las reticencias, de un número importante de argentinos, de convalidar un origen e identidad común, su inscripción latinoamericana, conocimientos ancestrales y un patrimonio colectivo. Da cuenta de años de políticas de dominación que intentaron borrar las reales huellas de nuestra historia, que profundizaron la discriminación y justificaron el exterminio.
"La trasmisión intergeneracional de la "Conquista de América" se va a asentar en una visión egocéntrica en la que el otro será negado o asumido como inferior e imperfecto, concepción que estigmatizará y oprimirá a los pueblos diferentes de este continente por siglos, doctrina a la que hombres de las distintas ciencias contribuirán a argumentar y conformará la estructura ideológica de la clase dominante en nuestro país".(2)
Dejar de ser único e individual para empezar a existir colectivo y plural
En textos anteriores expresábamos que " tenemos una deuda en nuestra identidad como pueblo y no será saldada sino integramos la identidad, la cosmovisión, la historia, la cultura de todos los Pueblos Originarios a nuestra memoria histórica colectiva, a nuestra identidad como nación" (3).
Las generaciones adultas, no saldaremos la deuda......sino dejamos de decir que somos un pueblo que "venimos de los barcos", sino reconocemos que una gran parte de nosotros estaba aquí desde hace más de 40.000 años, sino enseñamos a las nuevas generaciones no sólo quienes fueron Tupac, Juan Calchaquí, Calfucurá, sino las causas de su lucha aún vigentes. Pero fundamentalmente las jóvenes generaciones nos interpelarán por este presente que condiciona su futuro, sino modificamos las políticas que ratificaron una y otra vez la explotación de los pueblos, el saqueo y el avasallamiento cultural.
La realidad compleja que vivimos, nos compromete a los trabajadores de la educación a interrogarnos ¿qué es lo múltiple, lo diverso, lo diferente, la igualdad?. Nos responsabiliza a precisar ¿quién determina?, ¿quién fragmenta?, ¿quién oculta? ¿quién decide qué conocimientos?, ¿desde qué arbitrario cultural?, ¿para quiénes qué conocimientos?, ¿para qué proyecto?
Una convicción de la que partimos es que no hay un único patrón, ni concepción única del mundo, ni uniforme identidad, ni cultura homogénea.
Un desafío que nos planteamos es que estas reconceptualizaciones tienen que tener una expresión pública en el aula y la escuela. Es decir, posicionamiento político, acción y proyecto como parte de la batalla cultural que damos contra las ideologías que nos dominan.
Tenemos que desaprender y reaprender y en ese proceso seguramente vamos a tener la posibilidad de gestar la formación de nuevas generaciones que transformen la realidad social de nuestro pueblo, vamos a poder proyectar un futuro con trabajo, salud y educación, sin excluidos, sin pobreza y sin políticas de dominación y sometimiento.
Re-descubrirnos colectivamente para descolonizarnos y emanciparnos
Como organización sindical venimos confrontando contra el neoliberalismo, con su construcción hegemónica, desnaturalizando el proceso que direcciona y resignifica el sentido común de nuestro pueblo. Dado que una de sus estrategias de dominación se asienta en la cultura, una de nuestras estrategias de lucha y disputa se desarrolla en ése campo.
Hemos definido a la escuela como el espacio político y cultural desde el cual disputar significados, producir construcción de nuevos sentidos, posibilitar que circulen diferentes visiones de la realidad, de la cultura, proyectar la formación de sujetos críticos, transformadores, reconocedores de las diferencias, las diversidades, las igualdades y sus múltiples manifestaciones, diseñadores de otras realidades, otros mundos. Para construir, como dice el Subcomandante Marcos "un mundo en el que todos los mundos tengan lugar".
Para los trabajadores de la educación, generar propuestas político pedagógicas desde esta concepción implica resignificar nuestro trabajo, nuestra identidad, la responsabilidad de interpelar y accionar contra las políticas educativas reproductoras de la desigualdad y la injusticia.
En este proceso es que, los trabajadores de la educación organizados en SUTEBA y CTERA, estuvimos debatiendo en las escuelas, en distintos ámbitos gremiales con delegados, directivos, docentes de los diferentes niveles y ramas de la enseñanza, los lineamientos políticos para la elaboración de una propuesta educativa nacional, de emancipación, popular, democrática que nos posibilite no sólo la perspectiva de salida del modelo educativo neoliberal, sino que aporte a la construcción de un proyecto de país para todos.
Toda Latinoamérica estuvo y está siendo transitada por colonizadores que en distintos contextos históricos representan los intereses políticos y económicos de los distintos sectores dominantes. Esto hace necesario el análisis de la realidad de nuestro pueblo producto de las nuevas y viejas hegemonías, de los antiguos y nuevos imperialismos, de las anteriores estrategias de conquista y las nuevas. Hace varios siglos, el símbolo fueron las carabelas, hoy tienen el nombre de tratados como el ALCA, el tratado de libre comercio de las Américas, nuevas restricciones a nuestros derechos, instrumento de legitimación del sometimiento de los pueblos americanos.
Este análisis será puesto en acción, en el mes de noviembre, cuando sesione en Mar del Plata, la III Cumbre de los Pueblos de América, los trabajadores estaremos posicionándonos con fortaleza acerca de que otra América es posible, desde los argumentos, las propuestas y la lucha tanto en los encuentros, foros temáticos, actividades locales, regionales, provinciales como en el paro nacional del 4 de noviembre convocado desde la CTA:
No al ALCA, Sí a la integración de los Pueblos; No Somos Deudores, Somos Acreedores de la Deuda Social; No a la Militarización, Sí a la Soberanía Popular, y No a la Pobreza, Sí al Trabajo y a la Distribución de la Riqueza.
Es tiempo de re-descubrirnos como hermanos latinoamericanos, con una historia y origen común y un camino colectivo por andar, construyendo las herramientas para descolonizarnos.
Notas:
1. Clarín, enero 2005.
2. Morlachetti, Alberto.
3. Luchas, memoria e identidad de los Pueblos Originarios, SUTEBA, Sept. 2002
Por Silvia Almazán, Secretaria de Educación y Cultura, SUTEBA.
Fuente: SUTEBA - Suplemento Digital N° 24. Los Pueblos Originarios están vivos y luchan