RAP-Chile sobre la protección de la apicultura y la biodiversidad
“Apoyamos todas las iniciativas y declaraciones de las organizaciones de apicultores en oposición al nefasto proyecto de ley sustitutivo del ejecutivo, de regulación apícola. El proyecto del gobierno no cumple con los objetivos de protección al sector apícola, ni a las abejas y su hábitat ni a la biodiversidad, por lo que ha sido rechazado tanto por la Red Nacional Apícola como por otras organizaciones ambientales y de apicultores en general".
Frente a la total indiferencia del gobierno y la clase política por el grave problema que afecta al sector apícola y a los que no tienen voz -las abejas, las abejas nativas y otros polinizadores- la Red de Acción en Plaguicidas, RAP-Chile y la Campaña “Yo NO Quiero Transgénicos en Chile” apoyan la marcha organizada por “Salvemos las Abejas de Chile” que se realizará en Valparaíso el miércoles 16 de agosto a las 11 horas.
La coordinadora nacional de RAP-Chile expresa: “Apoyamos todas las iniciativas y declaraciones de las organizaciones de apicultores en oposición al nefasto proyecto de ley sustitutivo del ejecutivo, de regulación apícola. Ese proyecto, firmado por el Ministro de Agricultura Carlos Furche, fue informado a algunas organizaciones en mayo de este año, cuando se dieron a conocer las indicaciones sustitutivas a dos proyectos de ley, los boletines N° 9.479-01 del senador Letelier, y N° 10.144-01 del senador Tuma”. El nuevo proyecto eliminó entre otros asuntos importantes, el artículo que prohibía los plaguicidas neonicotinoides altamente peligrosos para las abejas. Rozas agrega “El proyecto del gobierno no cumple con los objetivos de protección al sector apícola, ni a las abejas y su hábitat ni a la biodiversidad, por lo que ha sido rechazado tanto por la Red Nacional Apícola como por otras organizaciones ambientales y de apicultores en general. Se ha quedado sin piso.”
La marcha partirá a las 10 de la mañana de la Plaza Victoria llegando a las 11 horas a la entrada posterior del Congreso Nacional con el objetivo de ser escuchados por el poder político.
A continuación, nuestra propuesta respecto de aspectos centrales a definir para legislar.
La protección de la apicultura y la biodiversidad:
Es imperativo discutir una ley que sea una “Ley de Protección a la Apicultura y los Polinizadores”. El proyecto de regulación apícola que el gobierno impulsa, expresa con su nombre (Regulación) su mezquino contenido, o sea no protege ni a los apicultores ni a las abejas y sólo se enfoca en “regular” el negocio. Se debe operar, por el contrario, con el criterio de respeto a la biodiversidad que fue sacado de la ley por el gobierno y la mesa de trabajo. Los científicos demandan a las autoridades que se aplique un criterio de protección de la diversidad apidilógica chilena y su hábitat, es decir de entender la diversidad existente entre los organismos vivos, como esencial para la función de los ecosistemas y para que estos presten sus servicios. La polinización es uno de los servicios ecosistémicos fundamentales porque hace que sea posible la producción de alimentos. "Un mundo sin polinizadores sería un mundo sin diversidad de alimentos, y a largo plazo, sin seguridad alimentaria", aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva (ver aquí)
Un nuevo proyecto de ley debe reponer el artículo original de la Ley que explicaba su objetivo en función tanto de la apicultura como de la biodiversidad y debe eliminarse el actual artículo 1 de carácter únicamente productivo. Asimismo planteamos que se debe remplazar el actual artículo 10 y en su lugar reponer la prohibición de los plaguicidas neonicotinoides y otros que evidencien efectos letales sobre la población de abejas u otros polinizadores”.
Justificación de las prohibiciones:
En la primavera de 2012 se hizo pública nueva información científica sobre los efectos subletales de los neonicotinoides en las abejas. La Comisión Europea, de conformidad con el artículo 21, apartado 2, del Reglamento (CE) no 1107/2009, pidió asistencia científica y técnica a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria para evaluar estos nuevos datos y revisar la evaluación de riesgos de los neonicotinoides en cuanto a sus efectos en las abejas.
La Autoridad Europea presentó el 16 de enero de 2013 sus conclusiones sobre la evaluación de los riesgos que presentan la clotianidina, el tiametoxam y el imidacloprid para las abejas. La Autoridad identificó para determinados cultivos un riesgo agudo elevado para las abejas derivado de los productos fitosanitarios que contienen las sustancias activas clotianidina, tiametoxam o imidacloprid. Señaló, en particular, riesgos agudos elevados para las abejas derivados de la exposición al polvo, en algunos cultivos, de la ingesta de residuos presentes en polen y néctar contaminados, en otros, y de la exposición a la gutación, en el caso del maíz. Además, indicó que no pueden excluirse riesgos inaceptables debidos a los efectos agudos o crónicos para la supervivencia y el desarrollo de las colonias, en el caso de varios cultivos.
Con el fin de minimizar la exposición de las abejas, la autoridad Europea acordó una moratoria al uso de esas sustancias activas, prever medidas específicas de reducción de riesgos para proteger a las abejas y restringir a los usuarios profesionales el uso de los productos fitosanitarios que contengan dichas sustancias
En particular, acordó que debe prohibirse el uso de productos fitosanitarios que contengan clotianidina, tiametoxam o imidacloprid en el tratamiento de las semillas y del suelo en cultivos atractivos para las abejas y en los cereales, excepto los usos en invernaderos y con cereales de invierno. Además deben prohibirse los tratamientos foliares con productos fitosanitarios que contengan clotianidina, tiametoxam o imidacloprid en cultivos atractivos para las abejas y en los cereales, excepto los usos en invernaderos y los usos después de la floración (ver aquí).
La Autoridad Europea consideró que el riesgo para las abejas derivado de las aplicaciones foliares es similar al ya identificado en el caso del tratamiento de las semillas y del suelo, dada la traslocación sistémica de las sustancias activas clotianidina, tiametoxam e imidacloprid a través de la planta. Sobre la base de estos antecedentes la Comisión Europea llegó a la conclusión de que el alto riesgo para las abejas solo puede descartarse imponiendo más restricciones.
Desde 2012 a 2016 se han realizado decenas de estudios que confirman los daños de los neonicotinoides en las abejas y otros polinizadores. En 2017, se agregan nuevos estudios de campo realizados en Europa y Norte América, y publicados en la revista Science de junio pasado, sobre uso de los insecticidas neonicotinoides clotianidina o thiametoxam, que entregan elementos que confirman la necesidad de prohibir de manera urgente este tipo de plaguicidas. Los investigadores europeos encontraron que la exposición a neonicotinoides desde diversas fuentes no objetivo, reduce el éxito de la invernada y la reproducción de la colmena, tanto en las abejas melíferas como en las abejas silvestres. Este estudio tuvo entre sus financiadores a Bayer y Syngenta, que tras estos resultados han procurado desvirtuar las conclusiones de estos científicos (ver aquí).
Los estudios canadienses, por su parte, sostienen que las abejas cercanas a cultivos de raps (canola) están expuestas a neonicotinoides por 3 o 4 meses a través de polen no objetivo, lo que tiene como resultado una disminución de su sobrevivencia y de sus respuestas del sistema inmunológico, especialmente cuando hay co-exposición a un fungicida químico utilizado generalmente.
El caso del glifosato y neonicotinoides en Chile:
Por otra parte, en Chile el Centro de Investigaciones Aplicadas CIAP de la Universidad Técnica Federico Santa María instalado en la ciudad de Rancagua realizó un estudio durante la temporada 2010 – 2011(adjuntamos Boletín con resumen y gráficos del estudio). Se trató de un seguimiento a los residuos de agroquímicos presentes en la miel de la región para identificar las sustancias a las que con mayor frecuencia estaban expuestas las abejas y medir su relación con la supervivencia.
Lo que se buscaba era comprender la condición de exposición de las abejas a agroquímicos en el entendido de que si estaba en la miel había sido transportadas a la colmena a través del néctar, del polen, de las resinas obtenidas en los arboles o del agua ingerida por las abejas.
Se analizaron 62 muestras de apiarios ubicados en diferentes comunas de la región. Los resultados mostraron la presencia de 17 compuestos diferentes, entre los cuales está glifosato, un herbicida clasificado como altamente peligroso. Según la Organización Mundial de la Salud, glifosato es posible carcinógeno, y a esto se une su impacto letal en las abejas.
Los investigadores chilenos destacan como importantes los hallazgos de residuos de Glifosato, que se usa asociado a cultivos de maíz y raps transgénico pero también se utiliza en cultivos convencionales de verduras y hortalizas en la región y el país. Estaba presente en el 80 % de las muestras, con efectos asociados a la letalidad de las abejas, ya que el 69% de larvas afectadas, murió.
También es importante el alto número de moléculas de otros plaguicidas, lo que llega a 17 residuos diferentes. Thiametoxan es uno de los compuestos identificados en las mieles de la región, lo que se traduce en que 14,5 % de los apiarios muestreados se vieron afectados por la presencia de este compuesto y con ello por los efectos descritos.
Los compuestos encontrados en mieles de la región de O´Higgins son:
- Imidacloprid, encontrado en el 10% de las muestras de la región, compuesto que provoca niveles de muerte en la colmena del orden del 60% de las larvas.
- Myclobutanil, encontrado en menos del 5 % de las muestras y que tiene un nivel de apoptosis del 69% de las larvas expuestas.
- Glifosato, encontrado en el 80 % de las muestras de miel de la Región de O’Higgins, genera un porcentaje de apoptosis del 69% de las larvas expuestas.
- Thiametoxan ha sido encontrado en el 14,5% de los apiarios, de la familia química de los neonicotinoides. Entre ellos también está Acetamiprid encontrado en el 25,8% de los apiarios e Imidaclorpid en el 9,7% de ellos, con efectos similares a Thiametoxan.
Los investigadores hacen un llamado a profundizar estas investigaciones y desarrollarán asesorías tendientes a seguir identificando fuentes potenciales de contaminación, a apoyar relocalización de apiarios, evaluar en forma temprana los residuos de plaguicidas en polen y cera así como contar con evaluación y análisis de residuos en la producción final de miel.
Fipronil:
Es un plaguicida de contacto e ingestión del grupo químico de los Fenil pirazoles clasificado por su toxicidad ambiental como Plaguicida Altamente Peligroso (PAP) para las abejas. Es un potente alterador del sistema nervioso central de los insectos. Provoca la hiperexcitación de los nervios y los músculos de los insectos contaminados. Su mecanismo de acción se basa en bloquear la transmisión de los impulsos nerviosos mediados por el ácido γ-amino butírico (GABA) al unirse a algunos de sus receptores (tipo A) en el sistema nervioso de los insectos. Factores que contribuyen a la incapacidad de una abeja para alimentarse y volver a la colmena.
Existe suficiente investigación científica que señala la peligrosidad del fipronil para las abejas y otros polinizadores, sin embargo, es importante destacar la investigación, publicada en 2014 en Environmental Toxicology and Chemistry que investigó los efectos del fipronil en el funcionamiento bioenergético de mitocondrias aisladas de las cabezas y el tórax de abejas africanizadas. Esta inhibición de la bioenergética mitocondrial, conlleva una energía celular empobrecida y puede explicar, según los autores, la toxicidad de estos compuestos para las abejas. La reducción de la actividad mitocondrial en abejas expuestas a fipronil es la principal conclusión del estudio realizado por científicos de la Universidad Estatal Paulista en Dracena y São Paulo y la Universidad de São Paulo en Riberão Preto (Ver: Nicodemo, D., Maioli, M. A., Medeiros, H. C.D., Guelfi, M., Balieira, K. V.B., De Jong, D. and Mingatto, F. E. (2014), Fipronil and imidacloprid reduce honeybee mitochondrial activity. Environ Toxicol Chem, 33: 2070–2075. doi:10.1002/etc.2655) (ver aquí)
Necesidad de la prohibición y moratoria:
Por tanto, a la luz de los nuevos conocimientos científicos y técnicos disponibles en forma abundante en el exterior y de forma limitada pero real en Chile, hay suficiente información científica que indica que los usos autorizados de la clotianidina, el tiametoxam y el imidacloprid y en general de los neonicotinoides ya no cumplen los criterios de aprobación de SAG, por sus efectos en las abejas y otros polinizadores. Se pide la prohibición de estos insecticidas, que están clasificados en la categoría de altamente peligrosos.
En el caso del glifosato, el alto riesgo para las abejas, las abejas chilenas y otros polinizadores solo puede descartarse imponiendo además la moratoria del herbicida glifosato y el insecticida fipronil, por un período de siete años, a la espera de documentación adicional sobre su peligrosidad para las abejas en nuestro país y/o otros.
En consecuencia, se plantea incorporar en un nuevo proyecto de ley el siguiente artículo:
Artículo. Prohibición de plaguicidas altamente peligrosos para las abejas. Se prohíbe la importación, uso, manejo, almacenamiento, distribución, venta u oferta de envío, recibo, entrega u oferta de entrega o transporte de los plaguicidas Clothianidin, Imidacloprid, Thiamethoxam Dinotefuran, Thiacloprid, Acetamiprid, así como cualquier otro plaguicida que pertenezca a la familia de los neonicotinoides. Respecto del herbicida glifosato y el insecticida fipronil, regirá una moratoria por un período de siete años, a la espera de antecedentes adicionales sobre peligrosidad.
Fuente y foto: RAP-AL Chile